Las dos instituciones que este fin de semana se enfrentarán en el Ciutat de València, el Levante y el Atleti, hace tiempo que dejaron atrás las penurias para vivir un momento histórico mucho mejor. Los azulgranas pudieron llegar hasta vivir, tras estar pocos años atrás en una situación crítica, la primera participación europea de su historia y se convirtieron en el último representante del fútbol español de aquella edición, sorprendiendo a muchos, hasta que el verdugo de los mismos colchoneros, el Rubin Kazan, acabó con sus sueños. Ahora, es el Atlético la nueva sensación nacional al estar plantándole cara en Liga al Real Madrid y al Barcelona y acabar de meterse en una final de la Champions que tendrá sabor español.

Dicen que la memoria es selectiva, que mientras unos se empeñan en pensar en las cosas buenas otros están contando todas las malas, que del pasado nos vienen más a la mente los buenos momentos vividos pero también aquellos que, para bien o para mal, marcaron nuestro presente y, probablemente, también nuestro futuro.

Los clubs de fútbol, aunque puedan serlo en un sentido estricto, no son inertes. Están compuestos por una masa de gente que siente, sufre y se divierte, y que se desviven por él. Pues bien, ni en las orillas del Manzanares ni por Orriols las cosas siempre han ido tal y como están trascurriendo. Hubo un momento, un poco más de una década atrás, en el que ambas instituciones se vieron las caras con menos luces, en Segunda.

Salillas, Roa, Kaiku y Alberto consumaron la mayor goleada del Levante al Atlético

Nos remontamos al año 2000. Los granotas todavía estaban inmersos en su particular condena, vagar por las categorías inferiores desde los 60, sin saber que temporadas después volverían a Primera. Los rojiblancos, por muchos goles que marcó el bueno de Jimmy Floyd, no pudieron evitar quedar abocados al descenso con unas desastrosas estadísticas defensivas en la 1999/00. En A Coruña se celebró con locura el título del Depor pero en una parte de la capital se resignaron con volver la próxima campaña a la categoría de plata. Así pues, ambos cruzaron sus caminos por primera vez en este escalón en la 2000/01. En la primera jornada de ésta ya se produjo la primera batalla. Como escenario, el Ciutat de Valencia. El resultado, un aplastante 4-1 por parte de los locales. Salillas, Roa, Kaiku y Alberto pasaron por encima al solitario tanto de Salva Ballesta para consumar, así sin más, la mayor victoria y goleada de los levantinistas frente al Atlético de Madrid. La vuelta en el Vicente Calderón, en la fecha número 22 del campeonato, no fue tan prolífera para los valencianos y la batalla se saldó con un empate a uno con goles de Aguilera por los locales y Alberto por los visitantes.

Pero en la 2001/02 las cosas transcurrieron de diferente forma. Esta vez, el Levante no sería rival para el Atlético de Luís Aragonés. En la jornada 5 Correa y García Calvo anotaron los dos goles que dieron la victoria a los rojiblancos en su feudo contra los granotas por 2-1 y en el segundo asalto los madrileños les devolvieron en el Ciutat el 4-1 de la pasada campaña. Con un doblete de un Fernando Torres que comenzaba a dar sus primeros pasos y dos dianas de Correa y Diego Alonso vencieron por cuatro a dos (Kaiku y Lima) y volvieron a Madrid con la victoria.

Aquellos seis puntos más los otros 73 cosechados les sirvieron para retornar entre la flor y nata del balompié español, de donde no han vuelto a desprenderse. Dos campañas más tarde y de la misma forma, el Levante de Manolo Preciado volvió 40 años después a Primera, aunque logrando asentarse firmemente a partir del ascenso en la 2009/10. No es la historia de un pasado mejor sino de, como reza la elástica azulgrana, un presente y “un futuro por conquistar” por dos escuadras que viven grandes momentos de su historia y que hace ya que trasladaron sus enfrentamientos a la máxima división.