La Liga, tanto la femenina como la masculina, terminó, pero el espectáculo continúa y lo hace, con el agradecimiento de una parroquia “granota” ansiosa de levantinismo, con un nuevo e ilusionante objetivo de la categoría más laureada de la entidad. El Levante Femenino se levantará el domingo con un todo o nada por delante que comenzará a las 12:00 en Nazaret.

Tras un gran inicio de temporada en el que las azulgranas llegaron a estar empatadas por el liderato con el todopoderoso Fúbol Club Barcelona, la campaña acabó derivando, ante el bajón comparativo a mediados de ésta, en una lucha por sacar la mejor posición posible dentro de las que daban acceso a la competición copera. Clasificadas para ella, se planteó como una gran oportunidad de resarcirse de la pasada edición y alzar el codiciado título. La primera ronda de cuartos de final deparó un enfrentamiento con el Sporting Club de Huelva. En la ida, las cosas se complicaron para las valencianas con la victoria mínima de sus rivales por 1-0, gol de Virgy. Sin embargo, las de Antonio Contreras tienen el gen levantinista, no dejaron de creer, de luchar ni de sufrir y en la vuelta en Nazaret mostraron su garra. En un breve lapso de tiempo, concretamente en los últimos cinco minutos, se reescribió la historia. La ventaja por un tanto de las onubenses se acabó con dos agónicos, al mismo tiempo que eufóricos, goles de María Pérez y Anabel. Estaban en la semifinal.

Por su parte, el Athletic de Bilbao acabó desquiciado y sin tener mucho que decir en la lucha por estar en lo más alto enfrente de un Barcelona imparable. Así, la Copa de la Reina también se presentaría para ellas como la última oportunidad del año para ensanchar las vitrinas. Para ello, en el camino tuvieron que encontrarse primero con el Valencia CF. Las valencianistas resistieron en la ida con un 1-1 que se suponía alentador. Pero en la vuelta las bilbaínas acabaron por arrollarlas con un contundente 1-4 que las clasificó e hizo cruzar con el otro equipo de la ciudad, el Levante UD.

Así, sus trayectorias se entrecruzaron con una primera parada en Leioa. En casa, las vascas se presentaban como un rival temible pero el empate sin goles final dio un respiro a las “granotas”, que, a su favor, tendrían la oportunidad de jugarse el pase a la final en su feudo. Arropadas por los suyos también en la ida y sabedoras de la importancia de la cita, han pedido, mediante la voz de toda una figura del vestuario como es Maider Castillo, el apoyo del levantinismo. “Llevamos mucho tiempo sin jugar una final y para conseguirlo necesitamos el apoyo de toda nuestra afición”.