Regresaba La Liga tras el parón navideño y lo hacía con un encuentro de los que no suelen defraudar. Atlético y Levante cumplieron con las espectativas y ofrecieron un duelo de gran intensidad como cada vez que se ven las caras. Desde hace ya algunas temporadas, los partidos entre valencianos y madrileños son agradables de ver por su imprevisibilidad y rudeza, así como por el espectáculo que se puede presenciar en los toma y daca que propicia el aguerrido sistema de juego de ambas escuadras. Ésta no sería una ocasión diferente.

Dominio rojiblanco

Tomó la iniciativa el bloque colchonero, que dominó de inicio a fin la primera parte, y ya bien temprano avisó con un gol de Arda Turan que sería anulado. En la arrancada de un saque de falta, Godín se posicionaba en fuera de juego y su pase cruzado para el testarazo del turco quedaba invalidado por el asistente. Era el primer aviso para un Levante que pronto iba a encajar el primer tanto, cuando Griezmann empujaba con la cabeza un centro de Siqueira desde la banda izquierda. Mariño no pudo hacer nada.

En la primera parte, el partido se jugó casi por completo en el área 'granota'

Las ocasiones rojiblancas empezaban a sucederse y el partido se jugaba casi por entero en el área levantinista. Los de Lucas Alcaraz raramente llegaban arriba, y cuando lo hacían, apenas representaban peligro para Moyá. Defendían bien los de Orriols, pero estaban demasiado encerrados en su área. La superioridad de los del 'Cholo' Simeone se hacía cada vez más patente a medida que transcurrían los minutos y se adivinaba que un nuevo gol de los locales estaba próximo.

Así llegó otra ocasión clara de los madrileños en la que se volvía a salvar el Levante gracias a la fortuna, esta vez a causa de unas manos de Mandzukic que invalidaban la magnífica jugada de Arda Turan por el flanco derecho en la que rompía a la zaga visitante. Los jugadores se fueron al descanso con el 1-0 en el marcador, pero con la sensación para ambos equipos de que la diferencia podría ser más abultada.

Segundo golpe de Griezmann

Tras la reanudación, no obstante, Griezmann puso el segundo en el marcador en una jugada embarullada dentro del área azulgrana, donde se produjeron varios rebotes. El francés, que fue un verdadero quebradero de cabeza para la defensa granota, a la que tuvo totalmente desconcertada de manera constante con su juego entre líneas, aprovechó el despeje de Vyntra para rematar de nuevo de cabeza. Mariño trató de sacarla in extremis, pero la pelota ya había traspasado la línea.

El choque empezó muy bien para los colchoneros pero terminó costándoles más de lo que suponían

El Levante lo siguió intentando y el técnico azulgrana propuso cambios ofensivos con el fin de luchar por el partido. No le fue mal, ya que poco después de la entrada en el campo de Nabil El Zhar, los valencianos conseguirían su primer gol y con ello se metían de lleno en un partido en el que el guión daba un giro sorprendente. Casadesús remataba magistralmente con la testa un saque de esquina. Su misil lo sacaba de la mismísima línea Moyá. El balón rechazado por la zaga colchonera caía a los pies de Iván López, que disparaba con toda la intención a puerta y su chut rebotaba en el marroquí para despistar al cancerbero atlético.

Un nuevo partido

Se vino arriba tras esto el conjunto de Orriols y volvía a poner en apuros a los del 'Cholo', sólo un minuto después del tanto, con un zapatazo de Morales. El encuentro estaba ahora abierto y se palpaba el nerviosismo rojiblanco desde la anotación de los granota. El Levante, por su parte, aprovechaba para apretar y buscar la igualada, aunque le faltó pólvora en la punta de ataque a la hora de definir.

Pero cuando el cuadro local parecía verse más contra las cuerdas, llegó Godín para acabar con la ilusión y con todas las opciones levantinistas. El uruguayo, también mediante un cabezazo, empujaba hacia la red un magistral centro colgado al área que había salido de las botas de Tiago, matando definitivamente un partido que empezó muy bien para los colchoneros pero que terminó costándoles más de lo que llegaron a suponer en algunos momentos, pues el Levante jamás se rindió.

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Sobre el autor
Rubén García González
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