Como viene siendo habitual durante los últimos años los futbolistas del cuadro granota han estado sudando la camiseta primero en España y posteriormente en Ermelo (Holanda). Los entrenamientos anteriores al pitido inicial sirven para coger la forma física necesaria para la competición y para adaptarse a las exigencias que pueda tener el entrenador. Aún así, el futbolista lo que quiere es competir, luchar cada balón, dar asistencias y, marcar goles. Por eso, el aficionado lo que acaba priorizando es la imagen que proyecta el equipo en los bolos amistosos y, por supuesto, los resultados.

El Levante volvió a los entrenamientos el pasado 6 de julio y, como no podía ser de otra forma, los primeros rivales fueron de poca enjundia. Ni el filial del Celtic de Glasgow ni la UD Alzira fueron capaces de evitar salir goleados. Ambos encajaron tres anotaciones y ayudaron a que los pupilos de Lucas Alcaraz soltasen algo de adrenalina y olvidasen las palizas del día a día. Contra el Alzira, además, se estrenó como goleador Nabil Ghilas, uno de los señalados para comandar la parcela ofensiva junto con Deyverson Silva. Todo lo bueno que se había hecho hasta ese momento se echó por tierra cuando hubo que enfrentar al CD Teruel. Tras 90 minutos tediosos un solitario gol de Víctor Casadesús sirvió para dar el pleno de victorias. Resulta decepcionante que un conjunto que lleva un lustro en la máxima competición del fútbol nacional no sea capaz de crear peligro alguno a unos futbolistas amateur, aún así, tres de tres

Con el objetivo de evitar el calor del Mediterraneo la expedición puso rumbo a Holanda, a Ermelo, donde ya ha estado entrenándose en épocas anteriores. Los chicos agradecen el cambio de temperatura y el cuerpo técnico aprovecha para exprimir la parcela física. Otro de los aspectos en los que más se ha hecho hincapié es la táctica. Alcaraz ha estado perfilando ese 1-3-5-2 que utilizó el año pasado y parece que va a volver a utilizarlo este curso. Ese mismo planteamiento fue puesto en liza ante el PEC Zwolle. El choque en sí sirvió para que los jugadores se inmunizasen al agua y para que Ghilas se destapase como goleador con un doblete. Roger cerró la cuenta y puso la puntilla con el tercer gol. De los otros dos enfrentamientos tan solo podemos sacar en claro que la defensa actual no tiene el nivel suficiente para la Primera división. El Bayer Leverkusen, conjunto Champions, se aprovechó de la fragilidad de la zaga y de la pronta expulsión de Juanfran para destrozar la portería levantinista con cuatro tantos. El problema llega cuando tres días después vuelves a caer en lo mismo y te expulsan a otros dos (Verza y Casadesús). Un rácano empate a uno contra el NEC Nimerga puso el punto final a la estancia en la tierra de los tulipanes.

Este domingo día 2 toca volver a España y con un par de tareas por hacer. El juego del equipo es bastante pobre. Las combinaciones en corto para desequilibrar entre lineas brillan por su ausencia y, el juego al pelotazo está a la orden del día. Así acaba siendo muy complicado generar peligro. Y lo que es peor, el nivel de la zaga ha sido entre malo y malísimo. El único central es David Navarro, Juanfran (a sus 39 años) hace lo que puede, y Simao Mate regala goles a los delanteros contrarios con pases inverosímiles al portero. Mientras tanto, la afición clama por la llegada de refuerzos para esa zona del campo. Esperemos que lleguen por el bien del club.

Aún faltan dos semanas para el inicio del campeonato, tiempo más que suficiente para retocar lo que sea necesario en pos de cumplir el objetivo final, que no es otro que amarrar la permanencia. De momento lo prioritario es el debut en Liga ante el Celta de Vigo en el Ciutat de Valencia. El Trofeo de la Cerámica, 6 de agosto ante el Villarreal, es la piedra de toque perfecta para llegar al inicio de lo importante con un buen sabor de boca.

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