Algo se cocía en el salón del Hotel Golden Tulip en Holanda. Todos los jugadores que conforman la plantilla del Levante UD se reunían para departir un tema de bastante importancia, tocaba elegir capitanes para el curso 2015-2016. Así que se abrieron las urnas y en un símil electoral poco a poco se fueron entregando las papeletas para dictaminar un ganador. Víctor Casadesús fue el que más votos contabilizó y por tanto se declaró que sería el portador del brazalete durante esta temporada. 

Este hecho puede parecer un elemento casi trivial, pero no lo es. Aquel que lleva esa prenda en la manga carga con una responsabilidad mayor que los demás futbolistas. No solo debe encargarse de meter goles, la finalidad principal en el fútbol, también debe hacer de nexo entre la directiva y sus compañeros y lograr que los aficionados se sientan orgullosos de sus figuras y representados sobre el césped. Si bien, esto no le llega de primeras al atacante balear. Pues el año pasado ya actuó como máximo exponente en distintas ocasiones, ante el Valencia, en el derbi, o ante el Villarreal.

La elección, además, viene a refrendar la importancia que ha adquirido dentro del club. La salvación se logró, en parte, gracias a su innegable participación en el juego, ocho goles durante la 2014-2015 así lo demuestran. A sus 30 años le ha llegado el momento de consolidarse dentro de la entidad y para eso trabajará día a día en Buñol. Sin duda alguna los jóvenes granotas van a tener un magnífico ejemplo de liderazgo dentro  del vestuario.

El pelotero habló tras conocerse la noticia y aseguró estar orgulloso de poder vestir y representar un escudo con tanta historia y a un grupo de futbolistas que trabajan en busca del orgullo de los suyos. La responsabilidad ante esta temporada es mayúscula, la ilusión con la que la afronta todo el mundo también. La permanencia cada vez es más difícil, pero ya saben, estos muchachos se crecen ante la adversidad.

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