El Levante se llevó el máximo botín posible del Insular. El empate que estrena el casillero granota servirá para disfrazar el mutismo ofensivo que el equipo de Lucas Alcaráz exhibió en su primer desplazamiento liguero. Si ante el Celta los méritos no lucieron en el marcador, en esta ocasión el resultado mejoró cualquier merecimiento.

Se podría embellecer con tópicos el planteamiento de Lucas Alcaraz, con el aval de haber mantenido la portería a cero y lo positivo de sumar puntos a domicilio. Pero lo cierto es que la propuesta levantinista fue ramplona y carente de ambición ante un rival con buenas maneras y mejores intenciones, pero impotente de cara al gol que se le resiste en su retorno a primera.

Más de una década después, el aficionado canario volvía a disfrutar de un partido de primera, sin saber que volvería a su casa creyendo haber visto un espectáculo más propio de otra categoría sin tanto relumbrón. Ni siquiera el césped estuvo a la altura de la cita, perjudicando el vuelo del canario y beneficiando a la rana visitante, más acostumbrada a saltar de roca en roca hasta encontrar un charco que esta vez desapareció del horizonte. El Levante volvió de las islas con la duda de qué habría pasado exponiendo algo más de ambición, igual que ese chico inseguro de sí mismo que dudará de por vida si tenía alguna posibilidad con la chica a la que nunca se atrevió a acercarse.

Primera parte sin porterías

El bloc de Lucas Alcaraz se inundó de anotaciones defensivas, dejando para otro día los apuntes sobre como incidir en área rival. Incapaz de producir un córner en noventa minutos, lo más parecido al riesgo que provocaba el Levante provenía de los holgados lanzamientos de banda de Iván López, que sobrevolaban a una defensa canaria nada exigida en toda la noche. En una de esas acciones, José Mari conectó un cabezazo que detuvo Javi Varas, que ya había intervenido anteriormente en otro disparo lejano del centrocampista granota. Ahí finalizó la acometida levantinista, incapaz de generar aproximaciones de peligro en la hora que restaba de partido.

Igualada sin goles entre UD. Las Palmas y Levante. Foto / Liga BBVA
Levante y UD Las palmas igualaron sin goles.
Foto: LFP

Sin novedades en un área, tampoco hubieron grandes sucesos que reseñar en la otra. Las combinaciones de la UD Las Palmas morían en la frontal, poblada de defensores visitantes que se desplegaban en una estudiada línea de cinco en la que Feddal fue finalmente el que sustituyó al sancionado Simao Mate. Jonatan Viera y Araujo insinuaron la complicidad adquirida la temporada pasada, aunque en primera deberán pulir su conexión para ganar profundidad. El argentino lo intentó con disparos lejanos que no inquietaron a Rubén, que se dedicó a perder tiempo desde su primera intervención hasta que el descanso calmó los bostezos que se empezaban a barruntar en una primera parte que pudo jugarse sin porterías.

Mismo escenario

El panorama no varió en la reanudación. El Levante se atrincheró atrás, encomendado a un empate que actuara de salvavidas ante la inoperancia ofensiva. Con las manos en los bolsillos no se puede subir una escalera, igual que sin atacar no se puede anotar un gol. Lucas Alcaraz ni se planteó subir un peldaño que le acercara al objetivo de perforar la meta rival. La entrada de Víctor Casadesús y Roger apenas cambiaron una perspectiva en la que los delanteros se aislaban desasistidos de balones y obligados a colaborar en tareas de destrucción en detrimento de la clarividencia. El piar de los canarios se fue agudizando con el paso de los minutos, pero sin alcanzar las cotas de acoso y hostigamiento que le acercaran al premio. Nabil El Zhar debutó de amarillo en la semana en que se confirmaba su desvinculación con el Levante, desaprobada en las redes sociales por muchos aficionados granotas que ya recuerdan con nostalgia la magia del atacante franco marroquí. Un efectivo menos para un equipo que anda escaso de lucidez en la parcela ofensiva, sin creativos que enlacen con la delantera ni jugadores de banda que aporten verticalidad a una proposición con demasiado garabato.

No fue un partido válido para medir a los delanteros granotas. Deyverson se marchó sustituido y amonestado tras perseguir balonazos durante 70 minutos. Parecida suerte corrió Ghilas, desafortunado en los balones aéreos que cayeron en su mayoría del lado canario. En los últimos minutos el equipo de Paco Herrera se abalanzó al ataque con más obligación que idea, sin desatascar un partido abocado al empate a cero. Araujo bregó hasta el final, regalando una chilena desde fuera del área en el descuento que rozó la portería de Rubén. Hubiera sido el retorno soñado a primera para la UD Las Palmas y un merecido escarmiento para el Levante, que tendrá que afrontar los duelos contra Sevilla y Barça con un sólo punto de colchón. Hace un año Mendilibar se descarrilaba en la cola de la clasificación mientras Alcaraz se relamía en su casa. Ahora el Eibar de Mendilibar es líder y el Levante de Lucas Alcaraz celebra un punto sin brillo. Aún queda un día de mercado y quizá Manolo Salvador debería plantearse un último rastreo. Jefferrson Lerma tuvo un debut testimonial, pero no ocupa las posiciones que urge reforzar. El Levante aprobó en defensa, pero anda muy verde en ataque.