Lucas Alcaraz tiene la mirada puesta en el próximo choque del Levante, en el que se enfrentarán al Sevilla en el Ciutat de València. El técnico granadino quiere aprovechar el hecho de que dispone de todos los efectivos disponibles para preparar el partido. La plantilla es consciente de que la posibilidad de conseguir la permanencia sin sufrir pasa por ponerle un cerrojo a los puntos disputados en casa.

El entrenador granota quiere aprovechar el parón por compromisos internacionales para alargar un poco más la preparación de pretemporada para trabajar también la capacidad física de sus jugadores. Por ese motivo, la plantilla ha realizado un exigente circuito físico. Los futbolistas que participaron en menor medida en el partido de Las Palmas han intensificado las cargas de trabajo, mientras que los titulares han realizado la segunda parte del entrenamiento junto a los fisioterapeutas y en el gimnasio.

La noticia más relevante del entrenamiento fue la presencia de la última incorporación del conjunto granota, Diego Mariño. El portero ha vuelto a la que fue su casa y se ha ejercitado de nuevo con el resto de sus compañeros. El Levante volverá al trabajo mañana para realizar una doble sesión: a las 9:30 asistirán a Buñol para llevar a cabo el entrenamiento matinal y por la tarde están citados en el Ciutat de València para seguir con la planificación.