Su nombre, José Luis Morales Nogales y su posición... se podría decir que en cualquier sitio donde le venga bien a Lucas Alcaraz. El jugador, con posición natural en el extremo y medio izquierdo, ha llegado a jugar de media punta e incluso a lo largo de la banda derecha (lateral, medio y extremo). Su polivalencia es fruto del trabajo, esfuerzo y de amoldarse al clásico "jugaré donde sea, con tal de jugar". En este caso, se hace realidad.

Sin hacer mucho ruido, y con un carácter tranquilo que le permite centrarse en hablar exclusivamente en los entrenamientos y el terreno de juego, nunca se ha quejado y ha aceptado cualquier rol y papel en el equipo. Desde jugar en posiciones poco usuales para él, a verse sentado en el banquillo, o inclusive en las gradas del Ciutat, sin lesión aparente y en un buen momento de forma.

Lo de ayer, gol y asistencia, no es una novedad. El año pasado ya se reivindicó con un latigazo desde fuera del área que permitió al Levante endorsarse el derbi de Valencia y ganarse a todos los aficionados, que poco a poco ya iban apreciando su valía, con actuaciones anteriores destacadas, como por ejemplo, curiosamente también contra el Eibar, aunque en tierras vascas (3-3 fue el marcador, donde Morales abrió la lata poniendo el provisional 0-1, que suponía su primer gol en Primera División, y siendo uno de los jugadores más destacados).

Este año es cierto que comenzó sin estar convocado, pero con el de ayer, ya son 174 minutos (93 de ayer) en tres partidos disputados, con un gol y una asistencia. El año pasado, que al igual de este comenzó sin ser convocado, jugó un total de 36 partidos, con 2794 minutos disputados (77,61 de media por partido) marcando tres goles y asistiendo en otras tres ocasiones.

El camino de Morales en el Levnate UD no ha sido precisamente un camino de rosas, y llegar hasta donde está ahora es sinónimo de mucho esfuerzo y sacrificio. Llegó al club en la temporada 2011/2012 procedente del CF Fuenlabrada, club al que había aterrizado tras su primer paso por la AD Parla. Jugó en el filial durante esa temporada y en la siguiente, con alguna aparición esporádica en el primer equipo en su segunda campaña. El descenso del filial a Tercera División le obligó a buscar un destino donde ir cedido al no considerar el cuerpo técnico que estaba lo suficientemente preparado para formar parte del primer equipo. El Eibar lo acogió con los brazos abiertos en Segunda División, con quien consiguió el ascenso a Primera División siendo uno de los jugadores más destacados. Volvió de su cesión la temporada pasada y con mucho sacrificio, encontró su hueco en el once inicial.

Esta temporada había tenido que volver a remar a contracorriente pero tras el partido de ayer queda claro que Morales lo ha vuelto a hacer, a vuelto a hacerse un hueco en el equipo.