Hace catorce años, cuando la estabilidad en Primera División era una quimera para el Levante, Gabriel Salinas se hizo su primer carné de socio. Fueron años de un Ciutat de València embarrado, alejado del glamour que llegaría después sin afectar al ADN de una entidad acostumbrada a luchar durante su historia centenaria: “Sabemos que somos un club pequeño, por lo que nadie nos va a regalar nada. Ser del Levante nunca ha sido fácil”, define el nuevo presidente de la Delegación de Peñas al ser cuestionado sobre el término “Levantinismo”, que pretende fomentar desde su nuevo cargo.

Antes de la mayoría de edad, Gabriel Salinas ya quiso fundar una peña con sus compañeros de fatigas, pero la legalidad no les permitió constituir Voy P´Allá hasta varios años después. Su participación ha sido cada vez más activa en los círculos peñistas, promoviendo la animación de un equipo que llegó a pasear su  nombre por Europa. Ahora, tras un verano convulso y un inicio de liga adverso, es cuando “hay que hacerse fuertes”, confirma Salinas tras estrenar su cargo como presidente de la Delegación de Peñas.

"Empecé a recibir llamadas insistentemente animándome a formar una candidatura”. 

La dimisión de su predecesor, Vicente Cosido, tras la negativa del club de permitir la compra de acciones de Robert Sarver, abrió un proceso de elección a la presidencia en el que Gabriel Salinas nunca imaginó verse envuelto: “Pensaba que habría personas con mayor experiencia y cualificación para el cargo, pero empecé a recibir llamadas insistentemente animándome a formar una candidatura”. Una conversación con el propio Vicente Cosido fue el detonante que acabó por convencer al que se convertiría en su relevo en el cargo, tras ser aprobada su propuesta como la única presentada dentro del plazo abierto para ello. “Hemos conformado una candidatura integradora que aunara la sensibilidad de toda la delegación. Ahora hay que poner todo de nuestra parte para corresponder con nuestra gestión toda esa confianza que hemos recibido”, sentencia Salinas, consciente del reto que emprende a sus 26 años.

Gabriel Salinas afirma recibir un gran legado pero sin esconder sus intenciones de “darle una vuelta que reforme y haga más grande todavía la Delegación”. Por ello, ha aprovechado sus primeros días en la presidencia para establecer las primeras tomas de contacto con todos los estamentos del club, incluido el máximo mandatario levantinista, Quico Catalán, con el fin de “trasladarles las intenciones del nuevo proyecto en aquellas áreas donde podamos colaborar”.

Foro de levantinismo

  “Pretendemos potenciar la vinculación entre fútbol y compromiso social”.

Uno de los aspectos principales que llevará a cabo el nuevo presidente de la Delegación de Peñas será el de incrementar la animación en el Ciutad de València, de forma que ésta no se reduzca únicamente a la disputa del partido: “Queremos impulsar las jornadas pre-partido con actividades que impliquen al aficionado, así como buscar herramientas de hermanamiento con aficiones rivales”, declara al respecto Salinas, quién también ha analizado sus expectativas de potenciar el patrimonio cultural con “exposiciones, coloquios, debates y multitud de actos que se han descuidado desde que se celebrara el centenario”. Salinas pretende convertir la Delegación de Peñas en un foro de Levantinismo, además de “potenciar la vinculación entre fútbol y compromiso social”.

 "No podemos dar por descendido al equipo en la jornada cinco”.

Gabriel Salinas no esquivó las preguntas enfocadas a la actualidad del club, que no atraviesa su mejor momento, aunque el nuevo presidente de las peñas apela a “ser pacientes y no dar por descendido al equipo en la jornada cinco”, distinguiendo la crítica destructiva de una “autocrítica constructiva que es necesaria para que los proyectos crezcan y se renueven”. 

Por delante resta una larga travesía en la que Gabriel Salinas deberá arropar las voces de todo el entorno de aficionados del Levante, además de aceptar otras responsabilidades como la modernización de la Fundación, donde entrará a formar parte como accionista de la comisión, a través de la cual espera fomentar un “debate abierto y participativo en el que quepan todas las voces que ayuden a configurar un modelo sólido”.

Ese sueño que comenzó con la creación de una peña se ha convertido, una década después, en una responsabilidad que abarca los latidos de más de 60 asociaciones de peñistas que esperan verse representados en Gabriel Salinas. Él acepta el reto.