El efecto revulsivo de Rubi se disuelve entre los antiguos vicios de un Levante que acabará la jornada colista. El Ciutat de València encorseta a los granotas, incapaces de producir puntos en casa. La oportunidad de hacer bueno el empate de Barcelona ante un rival directo se esfumó al ritmo que marcó Peñaranda, quién con solo 18 años congeló a todo un estadio al que no le salvó ni el espíritu de la Navidad.

El Levante se ahogó en el guión más cruel, claudicando en el descuento y haciendo inútil la bocanada de aire que supuso el gol de Simao Mate. Los granotas siguen sin aprovechar las primeras partes, abonados al sufrimiento y obligados a remar contra corriente. Anoche, el equipo no transmitió las sensaciones de partidos pasados, en los que el premio merecido fue mayor. Mientras el vagón de la permanencia se aleja, el Levante se atasca en lamentaciones y errores que no cesan de restar puntos. Ayer el más clamoroso fue el de Rubén.

Simao Mate hizo el tanto del conjunto levantinistaEl disparo no parecía entrañar excesivo peligro, pero el meta granota se convirtió en una estatua de piedra. Le pesaron los guantes y se congelaron sus reflejos, no llegando a despejar un balón que se le echó encima hasta acabar en la red. El gol, más dolorosos si cabe por llegar en el descuento, reabre el debate de una portería que esta temporada no encuentra candado. Mariño tuvo su oportunidad en copa, pero podría repetir en Liga si los nervios de Rubén no le devuelven su espíritu felino.

Solo fue un fallo, perdonable si no fuera por la dinámica negativa que arrastra el equipo granota. El gol de Peñaranda supuso perder la oportunidad de salir del descenso, además de ver como un rival directo absorbía toda la moral de la que carece un Levante en pleno cortocircuito. Más que un cambio de portero, se necesita un revulsivo que altere lo visto hasta ahora. A Rubi solo le resta agitar el manzano para que los frutos empiecen a crecer en el huerto del Ciutat, que vive una sequía que no se recordaba desde hace más de un lustro. Ahora sí, que se enciendan todas las alarmas.