El Levante sigue con su terrible temporada y se despide a las primeras de cambio de la Copa del Rey. Ni eso le queda ya al club valenciano. Inmerso en una dinámica nefasta, Rubi es incapaz de remontar el vuelo. Su equipo vuelve a ser además el colista de Primera División. La eliminatoria llegaba igualada tras el 1-1 de Valencia, y Verza con un golazo de falta parecía hacer el sueño realidad de pasar a las octavos de final. A partir de entonces el partido se torció, empató acto seguido el canterano madridista Burgui, y en la segunda parte remontó Caicedo.

Rubi atendía a la prensa a la conclusión del encuentro: ''Hemos tenido muy cerca el empate, que nos hubiese dado el pase. Tuvimos suerte al encontrarnos con el gol, pero nos empataron rápido. El segundo fue una pena porque en general supimos controlar el juego del Espanyol''. A partir de entonces, el Levante se volcó al ataque, pero no entró el balón. ''Hicimos buenos minutos durante casi todo el partido y en nuestra situación es difícil, pero no se tradujeron en goles''. Lo cierto es que el equipo azulgrana en la primera mitad apenas inquietó a Pau López, salvo el gol a balón parado.

''No tengo nada que reprochar a mis futbolistas'', concluía Rubi; ''Necesitamos algo más de suerte para que nuestro trabajo se vea recompensado''. El Levante ahora se tiene que centrar solamente en revertir su situación en la Liga BBVA. Se encuentran en la última posición, y este domingo -día electoral- tiene una buena oportunidad ante el Athletic de Bilbao en San Mamés, antes de otra decisiva final ante el Málaga e irse de mini vacaciones con buen sabor de boca. Rubi sigue contando con la confianza de la directiva, pero consciente de que la paciencia no es infinita.