Aquella temporada 2012-2013, que significó otra liga más para el Barcelona, fue la despedida de San Mamés, el mítico estadio del Athletic de Bilbao. Ese 26 de mayo de 2013 era soñado para todos los bilbaínos para culminar una era con una victoria ante el Levante, situado en mitad de tabla. Con el partido ya abocado al empate sin goles, apareció el levantinista Juanlu para fastidiar la tarde a los rojiblancos. Su gol en el 89 fue el último en Primera División de un estadio que ha sido anfitrión por ejemplo, del Mundial del 82. El malagueño, ya retirado del fútbol, pasó a la historia con su gol.

Desde entonces, el equipo azulgrana no le ha vuelto a morder la oreja a los del norte de la Península Ibérica. Derrota tras derrota, como esta temporada. La siguiente, 2013-2014, ya en el Nuevo San Mamés, Mikel Rico y Aduriz remontaron el tanto inicial de David Barral. Idéntico resultado en el Ciutat en el mes de abril, cuando un doblete de Aduriz fue contrarrestado inútilmente por su compañero San José, que no solo falló un penalti sino que introdujo el balón en su propia portería. Aquel Levante comandado por Keylor Navas era dirigido por Joaquín Caparrós, y finalizó en décima posición.

La temporada pasada se dio una sonora derrota del Levante en Bilbao. Un 3-0 con goles de Aduriz, Iturraspe y Muniain ajustició a los de Mendilibar, incapaces de remontar el vuelo a su vez en el partido disputado en Valencia, por 0-2 con un nuevo doblete de Aduriz. El delantero de San Sebastián le tiene tomada la medida al equipo azulgrana, y si a eso le sumamos el buen momento en esta temporada, con su mejor promedio goleador, unido con el peor momento de los de Rubi, el desenlace del envite puede ser abrumador. El Levante tiene que apelar el espíritu del viejo San Mamés para empezar a remontar su situación en la Liga.