El domingo a las 12:00 el Ciutat de València acogerá uno de los derbis más importantes de la historia de la ciudad del Turia. Con sus respectivos objetivos en apuros, el Levante y el Valencia vuelven a verse las caras para disputar tres puntos cruciales para el devenir de los dos equipos. Con las Fallas a la vuelta de la esquina, Valencia se paralizará una vez más para presenciar el duelo por excelencia en la ciudad.

El derbi valenciano obligará a que los contendientes se empleen a fondo y que se dejen la piel en el campo para tratar de conseguir una victoria más que determinante de cara al tramo final de la temporada. El conjunto de Rubi afronta el partido con la imperiosa necesidad de sumar los tres puntos para dar un paso más hacia la salvación, ya que una derrota se puede convertir en una sentencia para abandonar la máxima categoría, en función de los resultados de sus rivales directos. Por otro lado, los de Gary Neville quieren la victoria para acercarse a los puestos europeos.

El Levante y el Valencia están citados en el feudo granota para protagonizar un encuentro trepidante en el que no sólo está en juego el futuro de la Liga BBVA, sino el estado anímico de ambas hinchadas. La afición afrontará la semana entrante con la ilusión provocada por la llegada de las Fallas y quiere disfrutar las fiestas valencianas con la moral por las nubes. Ches y granotas compartirán la semana con las sensaciones provocadas por el derbi de la ciudad.

Piatti y Pedro López disputando un balón | Foto: Valencia CF
Piatti y Pedro López disputando un balón | Foto: Valencia CF

Sin roce no hay cariño, ni rivalidad

La rivalidad en el fútbol siempre es positiva, ya que aviva enfrentamientos legendarios que suelen acabar convirtiéndose en auténticos partidazos para cualquier aficionado de este deporte. Esto es lo que sucede en numerosas ciudades que tienen más de un equipo en Primera División, como Madrid, Barcelona y Sevilla. Algo que también ocurre en Valencia desde hace unos años, desde que el Levante ascendió a la máxima categoría nacional, el pique y la rivalidad en la ciudad del Turia ha ido en aumento.

La estancia del conjunto granota en categorías inferiores hizo que el Valencia se olvidara de la gran rivalidad que existía en la década de los sesenta del pasado siglo, incluso hizo que la afición blanquinegra empezara a considerar al Levante como un equipo menor. Los dos rivales han vivido realidades completamente diferentes, lo que acabó desembocando en que la afición che, tradicionalmente, mirara a su vecino con cierta indiferencia, algo que irrita profundamente a la hinchada blaugrana.

Rubén, Alcácer y Toño durante el último derbi | Foto: Valencia CF
Rubén, Alcácer y Toño durante el último derbi | Foto: Valencia CF

Sin embargo, a medida que han transcurrido los últimos años, el Levante se ha consolidado en Primera División y ha peleado con uñas y dientes por dominar en la ciudad de Valencia. El conjunto y la afición granota llevaban años esperando este tipo de duelos, años deseando poder enfrentarse al Valencia en un encuentro liguero, por lo que cada enfrentamiento entre ambos se convierte en una cita que provoca unas conmociones inexplicables, un partido que es capaz de separar a amigos y familiares mientras se libra la contienda. Durante noventa minutos, Valencia estará paralizada, con dos bandos bien diferenciados.

Un pique sano que va en aumento

Esa sensación de indiferencia que sentía antiguamente la hinchada valencianista ha ido desapareciendo a medida que el Levante ha crecido deportivamente en la ciudad, hasta tal punto que lleva tres temporadas consecutivas ganando a su eterno rival en el Ciutat de València, estadio en el que volverán a verse las caras este domingo. Un hecho que incentiva aún más a los jugadores y a las aficiones de cara al derbi de la ciudad del Turia.

El Levante y el Valencia no se han cruzado con tanta asiduidad como para que esta rivalidad se haya convertido en un problema, es más, levantinistas y valencianistas viven este pique de una manera muy sana, aunque existan pullitas “cariñosas”. Ambas hinchadas se concedieron antiguamente un apelativo “afectivo” para denominarse entre ellas, aunque su origen era totalmente despectivo. “Chotos” y “granotas” tratan de tomarse con cierto humor estos motes que tienen un origen histórico.

La hinchada granota en el Ciutat de València | Foto: Levante UD
La hinchada granota en el Ciutat de València | Foto: Levante UD

Por un lado, el levantinismo comenzó a denominarse granota porque su campo Stadium se encontraba muy próximo al río y desde el estadio se oía croar a las ranas, que es lo que significa ese apelativo en castellano. Sin embargo, lejos de tomárselo como una ofensa, tanto la afición como el propio club han aceptado este hecho con cariño y lo han incorporado al sentimiento levantinista. La rana o “granota” ya forma parte de los símbolos de identificación de la afición del Levante.

Algo que no ha ocurrido con su rival vecino. El valencianismo adquirió que mote de “chotos” porque cuando se inauguró Mestalla existía un matadero de ganado cerca del estadio al que llevaban a diario numerosas cabras para ser sacrificadas. Unas razones no muy ‘simpáticas’ que hicieron que la hinchada blanquinegra no haya asumido durante todo este tiempo ese apelativo.

Afición del Valencia | Foto: Valencia CF
Afición del Valencia | Foto: Valencia CF

Esta es la historia de una rivalidad sana y deportiva entre unos vecinos que se dedican chistes mutuamente para vivir a su manera la pasión futbolística en la ciudad. Sin embargo, este domingo ninguno de los dos equipos están para chistes ni para bromas, ya que afrontan una parada crucial para subirse al tren que les lleva a sus respectivos objetivos: Europa y la permanencia. Ganar el derbi y dominar en la ciudad se puede convertir en un impulso anímico determinante de cara al último tramo de la temporada.

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