Hoy el Levante UD ha vuelto a los entrenamientos después de unos merecidísimos días tras la victoria transcendental del conjunto granota frente a su eterno rival el Valencia CF. Los jugadores han podido relajarse y coger fuerzas para los próximos partidos que se avecinan y que serán fundamentales para los intereses de los levantinistas si quieren continuar con esta buena racha en su feudo y comenzar a puntuar lejos de Valencia, la próxima cita será el sábado, 20:30 horas ante el Deportivo en el estadio de Riazor, un conjunto complicado y un campo todavía más difícil ya que la mala situación que tiene el conjunto gallego hará que los aficionados lleven en volandas a los suyos.

La sesión ha comenzado esta mañana a las 10:30 horas en las instalaciones del Levante en Buñol, un entrenamiento que ha estado claramente diferenciados en dos partes. Para comenzar Rubi ha querido hacerlo con unos entrenamientos físicos para recuperar el máximo nivel de los suyos ya que en el choque contra el Valencia tiraron más de garra que de energía, la liga es muy larga y aún quedan los partidos más importantes. La segunda parte ha constado del contacto con el balón, una sesión de entrenamiento más enfocada a las cuestiones tácticas y la preparación de jugadas estratégicas.

Cabe destacar que el técnico catalán ha contado con el total de la plantilla a excepción de los lesionados en el encuentro frente a la Real Sociedad, Toño e Iván. Los dos defensores se han ejercitado en el gimnasio y ultiman sus recuperaciones para apoyar al equipo cuanto antes. El entrenamiento de mañana será a puerta cerrada y comenzará a las 10:30 horas en Buñol, un entrenamiento donde Rubi quiere concentrar a sus jugadores para hacerles ver que la salvación es posible y van a luchar por ella.