El conjunto granota realizó un gran despliegue físico en la noche del lunes para tratar de conseguir una victoria en el Ciutat de València que no acabó llegando. El Levante se enfrentó al Sporting de Gijón en un partido que estuvo marcado por una intensa lluvia que desgastó aún más a los jugadores. El césped del feudo levantinista se hizo muy pesado debido a la gran cantidad de agua que había sobre el verde, algo que obligó a que los futbolistas se emplearan a fondo.

Las precipitaciones y el complicado estado del terreno de juego no fueron el único motivo por el que el conjunto granota acabó completamente agotado del encuentro disputado el lunes a las 20:30 horas. El Levante necesitaba imperiosamente los tres puntos para dar un paso de gigante hacia la lucha por la permanencia, por lo que los futbolistas del equipo valenciano no pudieron desaprovechar ningún minuto en la búsqueda de la victoria. De esta manera, los 90 minutos se convirtieron en un enorme lastre en el físico de los pupilos de Rubi.

Además, el desgaste mental provocado por la mala fortuna de cara a portería se convirtió en un auténtico problema para la plantilla granota. El hecho de haberse desfondado físicamente en el Ciutat y no haber conseguido el objetivo se convirtió en un desgaste moral determinante para los jugadores. El Levante lleva toda una temporada remando a contracorriente para salir de los puestos de descenso y, a medida que avanzan los partidos, ve más lejos el final del túnel. El desgaste anímico comienza a pasar factura.

Dos días menos de preparación que su próximo rival, el Betis

Sin embargo, los levantinistas no tienen tiempo para lamentarse, ya que el sábado disputan otra final para tratar de mantener la categoría. Esta vez, se enfrentan a un Betis que va a disponer de dos días más que la plantilla granota para preparar el encuentro. El conjunto hispalense jugó el sábado a las 16:00 frente al Atlético de Madrid, mientras que el Levante disputó su partido de la jornada 31 el lunes a las 20:30. El aspecto físico se puede convertir en un aspecto clave de cara al encuentro del próximo sábado a las 22:05 en el Benito Villamarín.

Ante esta situación, Rubi ha decidido darle un día de descanso a sus jugadores para volver a retomar el trabajo con fuerza. El Levante volverá a trabajar el miércoles 6 a las 10:30 para llevar a cabo un entrenamiento en la Ciudad Deportiva de Buñol. El técnico catalán dispondrá de tres días para preparar un partido crucial en el futuro inmediato del conjunto levantinista (miércoles, jueves y viernes), algo que parece más que innecesario.

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