El pequeño pudo con el grande. Cuando el partido se acercaba a su fin y el empate sin goles parecía lo más previsible, el extremo andaluz del C.D. Leganés Fernando Velasco dio la victoria al equipo pepinero en con una volea implacable que hizo estallar Butarque como nunca antes, excepto su fondo sur, ocupado por cientos de aficionados béticos, a los que les estalló, sin embargo, la paciencia.

De tú a tú

Butarque lució una de sus mejores galas para recibir al Betis: 8.050 espectadores abarrotaron las gradas del estadio del Leganés, junto con cientos de béticos que colaboraron en el precioso aspecto y color que rodeaba el césped.

El primer acto tuvo cuarenta y cinco minutos la igualdad. Reinó en el verde la disputa de la posesión con ligeras fases de dominio para ambos equipos. El Betis fue quien más de ellas tuvo, pero no pudo aprovecharlas para ponerse por delante, ya que se encontró enfrente a un Leganés que no sólo supo aguantar el potencial bético, hoy muy por debajo de sus posibilidades, sino que creó y generó peligro.

Dioni, titular por primera vez esta temporada en la delantera del Leganés, fue uno de los más destacados del equipo en la primera parte, con buenas acciones individuales, siempre generando peligro y apareciendo cerca del área. La defensa bética supo contener sus acciones, de igual forma que la pepinera hizo lo propio con Rubén Castro, quien tuvo la ocasión más clara de su equipo con un remate desde fuera del área que rozó el exterior del palo, para alivio de Queco Piña. No obstante, el canario no gozó de la compañía necesaria arriba para hacer más daño al Leganés, y no apareció mucho más.

Un Leganés in crescendo

La segunda mitad arrancó sin embargo con un Betis más despierto, con mayor control de balón y aparentemente más cómodo que el Leganés, quien perdía la posesión demasiado rápido. Una sensación de control la del equipo de Julio Velázquez que desapareció demasiado pronto, y rápidamente fue el Leganés quien tomó la iniciativa, empezando a transmitir mayor seguridad y vértigo en sus acciones.

El 0-0 que ilustraba el marcador no ocultaba sin embargo la tensión y la emoción del partido, intenso hasta el final. Pero las ocasiones de peligro, la salsa del fútbol, no llegaban. Tímidos intentos se quedaban en acercamientos frustrados por una y otra defensa. En el baile de cambios, salió ganando el Leganés, pues como si de una balanza se tratara, el peso del partido se declinó en favor del equipo de Asier Garitano, que encontró en Fran Moreno y en Diego Aguirre mayor profundidad y frescura, frente a un Betis que no lograba imponerse ni mandar.

El Betis empezó a errar, y el Leganés lo aprovechó para encadenar varias llegadas consecutivas que subieron los decibelios de los cánticos pepineros en la grada de Butarque. Pareció recíproco, pues el Leganés no le negó el impulso a la grada, y encontró el óxigeno que le faltaba al Betis. Pero no salía nada. Hasta que salió.

Velasco mata al Betis en el último suspiro

Era el 89’. Fran Moreno y Borja Lázaro combinaron con una pared en el pico del área. Fran, desde la banda izquierda, centró al área, donde esperaba ya Borja. No llegó, pero detrás apreció un inspirado Fernando Velasco, que con una magnífica volea empotró la pelota en el fondo de la red, y provocando el éxtasis en el feudo pepinero, que veía rozar lo que al principio se suponía como un resultado difícil -aunque no imposile- de imaginar.

Fue así cómo el Leganés logró vencer al Betis, de nuevo sin perder la fe hasta el pitido final, como ya hiciera en partidos como contra Mallorca o Racing. Un seña de identidad que en Butarque lo mantiene invicto, y que supone una victoria moral para el equipo de Garitano, redimiendo con ella la derrota en el último minuto en Gijón la pasada jornada. Toda victoria, por desgracia para el oponente, supone una derrota. En esta caso la bética, para poner a Julio Velázquez al borde del precipicio, pues la afición verdiblanca no dudó en mostrar su desaprobación en forma de cánticos en contra de su entrenador, sin paciencia ya para más desaires.