C.D. Leganés y S.D. Ponferradina empataron a uno en un partido igualado en el que diferentes fases de juego pudieron declinar la balanza para uno u otro lado, aunque finalmente el marcador no se movió más después de que tanto Pablo Infante como Álvaro García marcaran desde los once metros.

Inicio fulgurante

La lluvia quiso ser protagonista en la noche de hoy, aunque respetó a aficionados y jugadores una vez escuchado el pitido inicial. Quien no ‘respetó’ los tiempos fue Pablo Infante, que en su vuelta al once, rápidamente empezó a marear a la defensa, y provocó un penalti en el minuto tres, que él mismo se encargaría de ejecutar. Gol, y mejor regreso imposible.

Un deja vu para los locales, que veían cómo se repetía el mismo inicio que en Soria, con el partido cuesta arriba desde demasiado pronto. Y como tal, quiso rememorar la buena reacción de entonces, y la consiguió. A partir del gol del equipo leonés, el ‘Lega’ encontró su mejor fase de fútbol, logrando fluidez, buenas combinaciones y peligro en ataque. Diego Aguirre, titular, fue el que más quebraderos de cabeza dio por banda izquierda, dejando a Carpio en evidencia en varias ocasiones, tanto que en el 13’ cometió penalti sobre el toledano. Álvaro García ejecutó y marcó para igualar de nuevo el marcador.

No cejó el Leganés, y continuó con la inercia de llegadas, apretando cada vez más las líneas del conjunto de Manolo Díaz, que parecía haberse quedado desarmado en un duelo en el que el segundo gol pepinero parecía que iba a llegar. Sorprendió, sin embargo, el cambio que realizó técnico pepinero al más puro estilo Paco Jémez, sustituyendo al lateral derecho Rubén Peña a la media hora de partido. La tarjeta amarilla que arrastraba desde el penalti a Pablo Infante en el inicio, fue la responsable de tal cambio. Garitano lo corroboró en rueda de prensa al afirmar que Peña es un jugador “impetuoso” y que era “arriesgado” para el resto de partido.

Pese a los buenos minutos locales, soportó bien la presión la Ponferradina y logró llegar viva al descanso.

Una Ponferradina con más control

La segunda mitad empezó con menos ritmo, y rápidamente la Ponferradina se hizo con el control del juego. El Leganés no logró en ningún momento encontrar su fútbol ni hacer verdadero daño cerca de la portería de Dinu, como sí venía haciendo el primera parte. Sí hicieron daño los blanquiazules vestidos hoy de rojo, con un Sobrino que tuvo en el 56’ la mejor ocasión, con un disparo en una situación de mano a mano que pegó en el lateral de la red. Perdonaba la ‘Ponfe’, que no tuvo una ocasión mejor.

Lo polémica estuvo servida tras una acción ocurrida en la banda, cerca del banquillo local. La Ponferradina no tiró un balón fuera cuando el delantero pepinero Dioni se quedó tendido en el suelo. Más adelante, el Leganés sí lo tiró cuando un jugador del conjunto leonés se quedó tendido en el verde. Fue entonces cuando Óscar Ramírez fue a devolver la pelota al Leganés, pero Asier Garitano le pidió que no lo hiciera. Desde entonces, la grada pepinera la tomó con el 20 de la Ponferradina, sin saber que tal acción era petición del Leganés. El técnico pepinero justificó tal acción al explicar en rueda de prensa que su equipo nunca ha de tirar el balón fuera -dejando al árbitro la responsabilidad de parar el partido-, por lo que fue un castigo a sus pupilos para que no vuelvan a hacerlo en un futuro.

El partido poco a poco se fue igualando, aunque la Ponferradina demostró estar más cerca del gol que el Leganés, que tuvo su ocasión más evidente en las botas de Carlos Álvarez, que ingresó en la segunda mitad, y pudo haber marcado tras un despiste defensivo en el que Duni se encontraba adelantado. La parábola no fue demasiado alta, y Duni pudo parar el balón.

Sin ninguna acción destacable más, el partido finalizó y ambos firmaron un empate que los hace mantener la posición en la tabla en la que iniciaron el partido.