Con la oportunidad de ponerse líder sumando nuevamente los tres puntos en casa, el Alcorcón arrancó el choque con intensidad y contundencia en cada balón dividido. A priori es algo que siempre ocurre en Santo Domingo, pero en esta ocasión el rival puso el mismo o más empuje que los locales. Dentro de un cuerpo a cuerpo igualado era el Alcorcón el equipo que más ocasiones de peligro generaba aunque sin demasiado acierto. Dos fueras de juego muy discutidos encendieron los ánimos de la grada.

Antes de llegar al primer cuarto de hora llegó el 0-1 cuando mejor estaba el Alcorcón, al menos de mediocentro para adelante. Yuri fue el autor del tanto rematando dentro del área un pase de la muerte de su compañero Cristian. Casi sin tiempo para reaccionar, Dani Giménez sacó una mano perfecta que evitó el segundo tanto de Yuri tras un lanzamiento directo de falta efectuado por el número 10 de la Ponferradina. El ariete brasileño estaba causando estragos en la defensa amarilla.

El Alcorcón se lanzó en busca de la igualada topándose una y otra vez con una defensa visitante muy ordenada. El conjunto de Claudio Barragán fortificó su muro defensivo y mantuvo su peligrosidad en ataque incluyendo en su currículum ofensivo un posible penalti. Con claras opciones de anotar el 0-2 y con un Yuri demoledor, la Ponferradina dominaba el encuentro. El delantero brasileño tuvo en sus pies su segundo tanto tras poner la quinta, dejar atrás a toda la defensa y plantarse casi en solitario ante Giménez. Su definición fue horrible, su carrera espectacular.

Gracias a la rapidez defensiva de Serrán en varias acciones en la recta final de la primera parte no hubo más cambios en el marcador y ambos equipos se fueron a los vestuarios con 0-1 en el luminoso.

Con los dientes apretados. Así saltó el Alcorcón al rectángulo de juego para afrontar el segundo acto. Una oportunidad de Quini y otra de Ángel nada más reanudarse la contienda fueron una clara muestra de las intenciones alfareras. La teoría era perfecta: intensidad, garra y creación constante de peligro en campo rival. La práctica fallaba: pases imprecisos, remates forzados y poca claridad de ideas.

El míster alcorconero, Miguel Álvarez, no quiso esperar a más acontecimientos y al filo de la hora de partido retiró a Quini y a Christian Alfonso para dar entrada a Pacheco y Óscar Plano. El entrenador local quería un punto más de magia en el juego y Pacheco aceptó el reto sin dudarlo. El ‘11’ del Alcorcón dio un recital de movimientos, regates, pases y llegadas al área, todas sin fortuna, pero con peligro real. La situación obligó a la Ponferradina a retrasar líneas y a basar sus esperanzas de sentencia en contragolpes rápidos.

El transcurrir de los minutos impacientó a un Alcorcón impotente ante el muro defensivo de los hombres de Claudio Barragán. El cuadro berciano se siente muy cómodo con el marcador a favor y a quince minutos del final y con ventaja de 0-1 resulta muy complicado buscar fisuras en un bloque tan compacto. Aún así, el Alcorcón no cesó en su empeño y Miguel Álvarez retiró a Nagore para jugarse la última carta con Sergio Prendes.

No fue día de remontadas en Santo Domingo. Tampoco fue noche para puntuar. La Ponferradina aguantó las embestidas finales del Alcorcón y se llevó los tres puntos. Los amarillos pasaron de poder ser líderes a estar fuera del playoff. Así es la igualdad en la Liga Adelante.