Con ganas de romper su mala racha y con la intención de devolver la sonrisa a los aficionados de Santo Domingo. Así arrancó el partido ante el Córdoba un Alcorcón que como suele ocurrir con los conjunto aquejados de ‘fiebre’ alta tiende a temblar al primer mal síntoma que asoma en el rectángulo de juego. Ulises Dávila aprovechó las primeras dudas del Alcorcón con un disparo colocado que acabó estrellándose en la cepa del poste izquierdo de la portería de Giménez. Primer aviso cordobés, primeros temblores en el cuadro local.

Rubén Sanz fue el primero en dar una ‘aspirina’ a su equipo en forma de disparo y pocos minutos después, Sergio Prendes ofreció una nueva alternativa en ataque con una bonita diagonal que acabó con un disparo desviado. Mejoraba levemente el Alcorcón, pero a la primera embestida del Córdoba los temblores volvieron. Abel Gómez rozó el gol con un potente disparo a balón parado. El equipo de Pablo Villa se mostraba fino al elaborar jugadas de ataque y las dos mejores opciones de los primeros minutos fueron para el conjunto andaluz.

A base de latigazos, el Alcorcón se mantuvo dentro del partido, pero nunca terminaba de quitarse los nervios que tanto daño le han hecho en otros encuentros del presente curso. Un balón al larguero de Caballero y un disparo desde dentro del área de Strahman aumentaron el repertorio de oportunidades del cuadro cordobés, mucho más inspirado y eficiente que su oponente.  

Sergio Prendes fue el protagonista de los minutos finales del primer acto. Primero pidió penalti en el área del Córdoba, acabó con amarilla por protestar, y posteriormente tuvo en sus botas el 1-0 aunque su disparo a bocajarro acabó en las nubes. Santo Domingo terminó de desquiciarse con otro posible penalti sobre Quini. El árbitro empezaba a coger demasiado protagonismo justo cuando el Alcorcón hacía lo propio para bien.

Empezó con más fe la segunda parte el Alcorcón y rápidamente generó acciones de peligro sobre la portería defendida por Saizar. Juli mantuvo su capacidad de multiplicarse por diez en el campo y Sergio Prendes tiró de diagonales para ejercer más presión sobre la defensa visitante. Durante algunos minutos la táctica alfarera no fue mala, pero sin peligro real sobre la portería rival, el Córdoba acabó por abandonar posiciones defensivas para aparecer mucho más en tres cuartos de campo.

Un balón al palo de Iribas en su propia portería terminó de acabar con la paciencia de la grada que pedía una y otra vez la destitución del técnico, Miguel Álvarez. Justo en el peor momento llegó la mejor ocasión para el Alcorcón con un disparo al poste de Christian Alfonso que no entró en la portería por centímetros. Incluso el palo se aliaba con la mala fortuna alcorconera.

Con la expulsión de Pedro por doble amarilla y los cambios de Martínez y Óscar Plano apareció otra ‘aspirina’ para un Alcorcón con un fuerte dolor de cabeza. El oxigeno estaba sobre el campo, sólo faltaba que las ideas también aparecieran sobre el césped. Apareció la casta del Alcorcón, pero no hubo noticias de oportunidades claras. El reloj consumía los minutos a un ritmo acelerado y el Alcorcón se consumía con él.

Para mayor agonía del Alcorcón, el cuadro amarillo se encontró con la cruceta en la última opción del encuentro. Los goles se han olvidado del Alcorcón.

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