Llegaba el Alcorcón a Los Cármenes en la vuelta de la Copa. La derrota en Santo Domingo por 0 a 2 dejaba la eliminatoria casi sentenciada para los andaluces, por lo que para los alfareros solo había una idea, disfrutar. Era el turno de los más jóvenes, Chema y Jesús tenían la oportunidad de lucirse ante su entrenador, mientras que Rubén Sanz y Nagore volvían a ser titulares. Todo apuntaba un mero trámite para el Granada, con la grada casi llena y el colchón de los dos goles marcados fuera de casa, todo apuntaba a que la noche del martes se convertiría en una celebración. Pero el Alcorcón no tira la toalla tan fácilmente.

No tardó el equipo madrileño en avisar al Granada. Un tiro de Pacheco a los cinco minutos desde el borde del área dejaba claro que los amarillos no estaban de paseo. Replicó al instante Recio por el lado del Granada, pero su tiro se marchó desviado. El Alcorcón entonces comenzó a controlar el juego, buenas triangulaciones hacían que la tímida presión del Granada no fuera suficiente. Cumplida la media hora de partido, un buen pase entre la defensa andaluza dejaba al canterano Jesús solo delante de Karnezis, pero la rápida salida del portero desbarató la ocasión visitante. Aun así, ninguno de los dos equipos llegaba con claridad a la meta rival, por lo que el equipo nazarí comenzó a adormecerse a falta de pocos minutos para el descanso. De esta manera llegó el gol alfarero. Un córner botado por Rubén Sanz lo aprovechó Verdés para marcar de cabeza. El gol llegaba en el mejor momento y la eliminatoria quedaba abierta. 

El Granada dueño y señor del balón

Tras el descanso el mensaje de Lucas Alcaraz a sus jugadores parecía claro: no permitir al Alcorcón tener la posesión. Y así lo hizo el equipo rojiblanco. El equipo alfarero no olió el esférico en los primeros 15 minutos de la segunda parte, pero la solidez defensiva por parte de Chema y Verdés no dejaron crear a los locales grandes ocasiones de peligro. Por su parte el Alcorcón esperaba su momento a la contra. Alcaraz no quería sorpresas por lo que decidió dar entrada a Riki y Piti para dar un mayor aporte ofensivo. 

El Granada dominaba el balón y fruto de ello a punto estuvo de subir el empate al marcador. Un saque de esquina lo cabeceó Riki, pero Dani Giménez de manera milagrosa repelió el balón en la línea de gol. Perdonó el Granada y lo aprovechó el Alcorcón. Pocos minutos después de la magistral parada de Giménez, un mal despeje de la defensa rojiblanca lo ganaba Nagore, el cual se sacaba un magnífico zapatazo desde fuera del área que sorprendía a Karnezis. Empataba la eliminatoria el equipo madrileño que dejaba a la grada silenciada. 

Tocaba resistir

Después del gol, los locales no se arrugaron. Nada más alejado de la realidad comenzaron un asedio constante a la portería alfarera que duraría hasta que se cumpliesen los 90 minutos. Lo intentaban los nazaríes por todos los flancos pero la defensa del Alcorcón, hoy más que nunca, no iba a dar facilidades. Tuvo la oportunidad Jesús de acabar con la eliminatoria, pero su tiro fue directo al lateral de la red. El Alcorcón resistía y de llegaba vivo a la prórroga. A punto de marcar estuvo el Granada pero Chema, bajó palos, sacó el esférico. Los dos equipos se tanteaban pero ninguno parecía dispuesto a ir a por la victoria. Sin más jugadas de peligro y un breve descanso, comenzó la segunda parte de la prórroga. El cansancio era evidente en ambos conjuntos, pero el conjunto amarillo intentó con mas ahínco inquietar la meta rival. Iribas, que salió en lugar del joven Jesús, provocó numerosas faltas que dieron aire a sus compañeros.

El Alcorcón acaba con otro primera

Llegaban los penaltis. Los técnicos señalaban a los jugadores encargados de ejecutar la pena máxima. Mientras, los rostros serios de los jugadores rojiblancos contrastaban con los de la escuadra madrileña, que soltaban algunas sonrisas entre ellos. 

Iribas abría la tanda desde el punto fatídico. Le siguieron Juli y Nagore los cuales tampoco fallaron ante el meta griego. Tras Nagore, por parte de los locales Piti fallaba su penalti y llegaba el turno del capitán, Rubén Sanz. Tenía la oportunidad de dejar casi sentenciado el pase a octavos, sin embargo tocaría sufrir un poco más. Karnezis le adivinaba la intención y le paraba la pena máxima al centrocampista amarillo. Le siguió al capitán el artillero Quini y Jony, los cuales no se arrugaron ante la presión de la grada y marcaron sus penaltis. Habíamos entrado en la muerte súbita y Murillo tenía la presión de hacer continuar a su equipo con vida. No fue así, y el defensa falló el penalti. Los jugadores del Alcorcón comenzaron entonces a correr para abrazar a su portero, el Alcorcón se había metido en octavos de final.

Tuvo que sufrir el Alcorcón pero consiguió un triunfo más que deseado. Los alfareros agrandan su leyenda, su currículum de gestas y acaban con otro equipo más de primera en su historia copera. Ahora los amarillos esperan rival en Copa mientras que con esta victoria continúan con su idilio copero.