Con el Real Madrid en el horizonte, la Agrupación Deportiva Alcorcón se enfrentaba con su capa de "matagigantes" a todo un equipo de Primera División como el Espanyol. Los alfareros llegaban tras empatar a dos goles con el Barça B, y sabedores que la Copa del Rey es ese torneo tan especial con el que tienen un idilio desde hace varias temporadas.

Consciente de que el Alcorcón necesitaba un buen resultado, y sobre todo marcar algún gol en su estadio para ir con opciones a Cornellá-El Prat, Miguel Álvarez sacaba un once ofensivo, sin complejos y con  dos delanteros como Óscar Plano y Sergio Prendes, aunque el ex del Castilla se volcaba a la banda izquierda. Junto a ellos Christian Alfonso y Sales formaban un rombo de cuatro jugadores, que buscaba ser el mejor arma de los locales.

Partido plano al inicio

El partido comenzaba con un intento de dominio de los amarillos. Los madrileños, conscientes de su oportunidad, no quería ser dominaba por su rival, y buscaban el control del esférico. Las primeras llegadas al área eran locales, buscando balones largos a la espalda de la defensa y abriendo el campo con Camille e Iribas como puntas de lanza. Sin embargo, eran los pericos quienes, mientras se acostumbraban a las dimensiones del terreno de juego de Santo Domingo, llegaban a las inmediaciones del marco de Dani Giménez, aunque sin lograr un disparo claro  frente al vigués.

El partido era plano, sin un claro dominador y sin peligro para los cancerberos, aunque la primera parte no estuvo exenta de polémica. Una caída de Sidnei en el área, que había arrancado con fuerza desde la medular dejando atrás a la zaga amarilla, fue muy protestada por el conjunto catalán, que reclamaba un claro penalti a su favor. La primera parte no pasaría a la historia del fútbol, ya que ambos equipos estaban más concentrados en no cometer errores que en buscar la ofensiva.

Los alfareros traicionaban su juego combinativo, y se dedicaban a mandar balones largos desde la defensa, donde un imperial Chema Rodríguez estaba frenando las tentativas rivales. Las pocas jugadas que consiguieron hilvanar los hombres creativos dieron su resultado. Primero, con un disparo de Christain Alfonso, que se marchó besando la base del palo defendido por Germán. Y después, un centro de Óscar Plano que buscaba a Prendes no llegó a su objetivo por escaso milímetros. La primera parte tocaba a su fin y ambos conjuntos se retiraban a vestuarios con la sensación de poder hacer más en el encuentro.

Pacheco y Juli cambian el choque

El discurso en el vestuario alfarero hizo cambiar la forma de jugar de los suyos ya que empezaron a combinar los hombres de ataque y a asomarse sobre el marco de Germán, al que no se vio en los primeros cuarenta y cinco minutos. El dominio era claro de los locales, mientras que el Espanyol se conformaba con el empate. Por el minuto sesenta, Miguel Álvarez movía el banquillo con dos cambios que iban a  revolucionar el choque y ponerlo de cara para su equipo: Juli y Dani Pacheco.

Enseguida, los cambios realizados por Miguel Álvarez iban a tener su efecto deseado. Nada más entrar al campo, Pacheco y Juli cambiaron por completo al equipo. Un par de saque de esquinas y con mucho peligro y unas cuantas jugadas por banda que desquiciaban a los laterales pericos  fueron el preludio del mejor momento de la noche para los amarillos, un regalo de Reyes atrasado que ofreció el jugador malagueño a la afición.

En una falta lateral muy lejana al área de German, todos esperaban un balón colgado para las torres alfareras. Sin embargo, el más listo de la clase, Dani Pacheco, vio un pequeño hueco que dejaba el cancerbero rival por el primer palo. A pierna cambiada, el andaluz sorteaba la barrear y soprendiendo a propios y extraños, colaba el esférico  por el único sitio posible, marcando así un golazo desde 35 metros que a la postre iba ser el de la victoria para los suyos.

Victoria sin paliativos

El tanto dejó muy tocado a los catalanes, que vieron cómo Juli estuvo a punto de engordar el marcador tras quedarse sólo ante el portero, pero su disparo se marchó muy alto, desperdiciando así el segundo tanto. Aguirre tenía que ver desde la grada como los suyos lo intentaban y no podían con un rocoso Alcorcón en defensa. Ni los cambios introducidos por Alfredo Tena, su segundo, surgían efecto.

El partido iba poco a poco llegando  a su fin. Sergio García pudo evitar la sorpresa en el último suspiro con un disparo dentro del área que tapó Chema, el mejor hombre de los amarillos, quien se marcó un partido propio de una joven promesa que ya es una realidad para Miguel Álvarez. Cumplidos los tres de descuentos, un gris Muñiz Fernández decretaba el final, haciendo saltar así la sorpresa en Santo Domingo.

El “matagigantes” se cobró una nueva víctima, aunque el resultado puede ser en vano si no se remata la eliminatoria en Cornellá-El Prat. Lo que si supuso fue la vuelta de la victoria del Alcorcón  en su feudo, algo que hacía más de tres meses que no lograba, precisamente desde el 28 de septiembre de 2013 cuando derrotó al Alavés por 2-0.