Con la consigna de conseguir la victoria ante un rival directo y la necesidad de salir de los puestos de descenso, donde incluso podían caer al último lugar si se daban los resultados para ello, los jugadores del Alcorcón viajaron a Ponferrada con la esperanza de reconducir su rumbo en esta Liga Adelante, donde con un par de triunfos consecutivos se pueden poner incluso en los puestos de playoffs de ascenso.

Siendo el segundo partido de José  Bordalás en el banquillo alfarero, y tras empatar el primero a uno con el Mallorca bajo el diluvio, los aficionados amarillos esperaban algún cambio en la alineación respecto al anterior técnico. El alicantino sacaba un centro del campo con Sergio Mora y Rubén Sanz, y por delante Antonio Martínez, con la intención de jugar al toque pero sin perder la verticalidad. Sin embargo, el pésimo estado del terreno de juego, embarrado y que casi impedía el bote del balón, hacía que desde los primeros instantes, el juego combinativo se sustituyera por un choque más físico.

Ventaja visitante

Ambos equipos tenían que apostar por el juego directo, y la Ponferradina fue la primera escuadra que lo intento, dominando casi por completo los primeros minutos de juego. Sin embargo, y en una de las pocas ocasiones de peligro del Alcorcón, Babin se elevaba por encima de su defensor en un córner para rematar el esférico de cabeza a las redes de la portería rival.

Este gol suponía ventaja en el marcador para los visitantes, que sin embargo, dieron un paso atrás y permitieron que los locales se vinieran arriba con el apoyo de su público. El juego directo que empleaban la Ponfe no resultaba efectivo ante las dos torres amarillas que se mostraron durante todo el choque muy sólidas: Babin y Serrán, que había entrado por Héctor Verdés en el primer cuarto de hora tras resentirse este de un golpe en la rodilla.

El mal estado del terreno de juego provocaba que hubiera pocas ocasiones en cualquiera de las dos porterías. Las únicas claras para los bierzanos llegaron a balón parado, primero con un remate de Diego Sánchez de cabeza que blocó sin problema Dani Giménez y después con un disparo de falta de Robusté al que sacó una mano espectacular el cancerbero vigués, muy acertado durante todo el encuentro.

Sufrida victoria

Si la primera acaba con los alfareros metidos casi en su propia área, la segunda comenzaría igual. A pesar de que en los primeros minutos los visitantes parecía que querían controlar más el esférico, enseguida se vio como iban a sufrir de lo lindo para llevarse los tres puntos de El Toralín. Los blanquiazules dieron un paso hacia adelante, y gozaron de las mejores oportunidades de todo el partido a balón parado.

Los defensas amarillos cometieron varias faltas muy peligrosas que hicieron sudar a sus aficionados. En una de ellas, Rueda sacó un misil  desde el pico del área que tocó con la yema de los dedos Dani Giménez para desviar la trayectoria del esférico, que acabó golpeando con violencia el larguero. A penas unos minutos después, un nuevo tiro libre, esta vez de Robusté, obligó al meta de la Agrupación Deportiva Alcorcón a sacar una mano espléndida que evitaría de nuevo el gol.

El partido entraba en los últimos veinte minutos, y Bordalás metió a Camille para defender el resultado y a Biton para aguantarla arriba. Los balones seguían lloviendo en el área visitante, dónde la zaga alfarera no se complicaba nada y sacaba todo esférico que rondara las inmediaciones de su portería.

Cuando el partido estaba agonizando, y más sufrían los madrileños, llegó el tanto de la tranquilidad de Antonio Martínez.  Tras un mal despeje de los locales, Biton comenzaba una contra ante cuatro rivales, levantaba la cabeza y con toda la tranquilidad del mundo le dejaba el balón a Antonio Martínez, que encarando a su defensor y marchándose de él, colocaba el esférico donde no podía llegar Santamaría sentenciando de esta manera el partido.

Con el choque ya terminado, un balón disputado entre Sergio Mora y Berrocal, que había entrado en el segundo tiempo, acabó con una dura entrada del jugador de la Ponferradina sobre el 10 amarillo, que acabó muy tocado. El colegiado no lo dudó ni un instante y expulsó a Berrocal de manera directa, unos instantes antes de pitar el final del partido.

Con esta victoria, el Alcorcón sale del descenso y evita así colocarse como farolillo rojo, dando un paso de gigante hacia la zona media-alta de la tabla y otorgando un gran  voto de confianza a José Bordalás en el segundo partido de su vuelta al vestuario alfarero.