La derrota en Cordoba no podía cambiar la dinámica que el equipo llevaba en Santo Domingo. Esta vez recibían al Sabadell, que como bien explicó su técnico en rueda de prensa, venían con una idea de juego que el Alcorcón no les dejó llevar a cabo. La presión fue de nuevo muy arriba, asfixiante para los defensas que no lograban sacar el balón jugado, solo en contadas ocasiones. Si algo no se le puede reprochar a este equipo, es el derroche físico que entregan cada jornada. Buena culpa tuvo de la victoria alfarera Pacheco, que fue un ciclón en Santo Domingo, destrozando a la defensa en cada acción. Metió dos auténticos golazos y provocó el penalti que transformó Juli. Estos tres puntos son vitales para el Alcorcón, que sigue en su lucha por la permanencia.
Saludo entre José Bordalás y Miguel Olmo
Once inicial del A.D. Alcorcón
Digno de destacar el paradón de Dani Giménez al inicio del partido.
Oscar Plano tuvo pronto la primera oportunidad pero la sacó bien Nauzet.
Este fue el lanzamiento de Pacheco que resultó imparable.
El Alcorcón siguió peleando por el balón en todo momento.
De nuevo, el protagonista del partido, lanzó este caño a Sotan antes de ser derribado.
La falta parece fuera del área.
Juli transformó el penalti engañando por completo al meta.
El Sabadell trataba de sacar el balón, con pocos resultados.
Ruben Sanz aportó el equilibrio en el centro del campo.
El partido se quedó helado durante unos minutos, y uno de los ayudantes de Bordalás salió del banquillo para alentar al público a que animase al equipo. La respuesta fue inmediata y el Alcorcón se vino arriba.
Esta fue la falta que precedió al segundo golazo del jugador alfarero.
Pacheco se fue a celebrarlo al banquillo donde todo el equipo se hizo una piña.
Dani Giménez, al igual que en el comienzo del partido, salvó de pasar problemas a su equipo en un mano a mano clarísimo.
El Alcorcón prepara ya el partido con el Real Murcia, a sabiendas que les espera un equipo duro y un territorio muy hostil.