Alcorcón y Hércules jugaban un partido muy importante en sus opciones de permanencia en la Liga Adelante. Si los locales conseguían vencer, podrían seguir soñando con una permanencia que por el momento parece muy complicada para la escuadra alicantina. 

Por parte de los madrileños, este partido podía significar la salvación no matemática, pero si anímica para una plantilla que ha vivido una temporada difícil desde el principio, que se le complicó a lo largo del año con una racha muy negativa de no ganar en su casa durante casi siete meses, y que está culminando de una manera excepcional con cuatro victorias en los últimos cinco partidos, y tres de ellas de manera consecutiva si contamos la lograda en esta jornada ante los alicantinos, que tienen pie y medio en Segunda División B.

Como es habitual en José Bordalás, en los partidos fuera de Santo Domingo, la alineación alfarera cambiaba, buscando reforzarse atrás con Pau Cendrós, Babin, Verdés y Ángel en línea de cuatro, y la inclusión de Iribas en el extremo derecho para ayudar por ese carril al lateral. Arriba, Juli, Pacheco y Antonio Martínez, imprescindibles en este tramo final, se situaban por detrás de Arnal, que salía como titular en la punta del ataque.

Primera mitad igualada

El choque comenzó con muchos nervios sobre el terreno de juego. La ansiedad de los locales por tener que sumar los tres puntos y el conformismo de los visitantes que sabían que sumar al menos un punto era vital para conseguir su objetivo hacía que las ocasiones brillaran por su ausencia, en un choque de imprecisiones de una y otra escuadra. 

Al cabo de los minutos, los jugadores fueron soltando los nervios inciales y las ocasiones empezaron a llegar. Las primeras fueron para el Alcorcón, en las botas de un Dani Pacheco que estaba muy activo y que quería volver loca a la defensa local. Arnal también pudo adelantar a los amarillos con un cabezazo a la salida de un córner que se fue alto. 

El Hércules, apoyado en su afición, empezaba a ganar terreno, y al filo del descanso, Dani Giménez tuvo que intervenir con una gran acción a un tiro lejano de Héctor Yustes. Los locales también buscaron el gol a balón parado, pero no creaban la sensación de peligro en Dani Giménez que se veía muy seguro. 

La estrategia decide el partido

Tras el paso por los vestuarios, y un comienzo un poco titubeante de ambos equipos en la segunda parte, llegaron los cinco minutos que cambiaron el destino del partido. En el 65´, Portillo cabeceaba en el segundo palo un córner que había prolongado un compañero suyo. El gol pudo dar alas a su equipo, y hacer que se viniera arriba, pero sin tiempo para disfrutar de él, los aficionados alicantinos pasaron de la alegría a la decepción en apenas dos minutos. 

El tiempo que pasó entre que los alfareros sacaron de centro tras recibir el tanto y el que acabaron celebrando el empate por mediación de Pau Cendrós. También a balón parado, en una falta lateral, el defensa golpeó casi sin querer el esférico, y le dio un efecto  hacia el marco de Falcón, que no pudo hacer nada para parar ese esférico que entraba mansamente.

El pesimismo hundió el Rico Pérez cuando tres minutos más tarde, la estrategia le daba la victoria al Alcorcón. Un saque de esquina botado por Rubén Sanz fue cabeceado por Héctor Verdés con fuerza entrando desde atrás, para poner el definitivo 1-2 en el marcador, un resultado que no se iba a mover hasta el final a pesar de los intentos en balde de los locales. 

Con esta victoria, los madrileños han dado un paso de gigante para conseguir la salvación, ya que dependiendo de los resultados que se den a lo largo de la jornada, puede estar nueve puntos por encima de la zona de descenso a falta de sólo tres jornadas.