Visitaba como primer rival del año Santo Domingo el Real Betis Balompié, uno de los grandes de la categoría plata, en un inicio de 2015 donde las gradas del estadio madrileño estaban casi llenas, gracias en parte a los 2000 béticos que acudieron a la llamada de su equipo. Además, los aficionados locales también llevaron al bastión alfarero su más sincero y recordado a Estaban Márquez, presidente de honor del club recientemente fallecido y una de las grandes figuras que salvaron a la escuadra madrileña de la desaparición.

Para brindarle una victoria, José Bordalás sacaba un once bastante equilibrado, donde la ausencia de Óscar Plano por sanción condicionaba a jugar con más unión entre los cuatro del centro (Iribas, Rubén Sanz, Fausto y Guichón), y dónde Antonio Martínez era el encargado de conectar con David Rodríguez. Además, en la zaga, Nagore volvía al lateral derecho, mientras que Chema formaba con Verdés en el centro y Bellvís en la izquierda.

Sin juego ofensivo 

En una tarde fría de invierno, y en muy cerca de la llegada de los Reyes Magos, Alcorcón y Betis no querían hacer ningún regalo a su oponente, por lo que se centraron en no cometer errores más que propiciar jugadas de gol. Y así fue como transcurrió prácticamente la primera mitad, un primer acto donde el respeto entre ambos equipos y la intención de mantener sus porterías a cero llevaron a Falcón y a Adán a convertirse en dos espectadores de lujo del choque.

Con el paso de los minutos, las ocasiones no llegaban ni para uno ni para otro equipo, y sólo un remate de Renella que se marchó por poco y un gol anulado por fuera de juego a Rubén Castro fueron el bagaje ofensivo de los primeros cuarenta y cinco minutos. No se pudo decir lo mismo de las tarjetas amarillas, ya que la intensidad de ambas escuadras convirtieron el partido en una batalla donde los amonestados iban empezando a llegar e iban a ser relevantes en el transcurso de la segunda mitad.

Una segunda mitad que se caracterizó por un ritmo más intenso, más jugadores amonestados y sobre todo por la falta de gol en los dos conjuntos. Y es que aunque hubo más ocasiones, y el partido sobre todo estuvo más abierto, los delanteros brillaron por su ausencia y el juego duro se impuso a la calidad.

Expulsiones en la segunda mitad

Bellvis fue el primero en avisar la meta de Adán con un disparo lejano que se marchó por poco, y los jugadores del Alcorcón se fueron animando en ataque. Sin embargo, una buena contra del conjunto andaluz estuvo a punto de acabar con el primer tanto de la noche pero Rubén Castro, que no tuvo su noche, falló en el remate.  Los locales eran quienes dominaban hasta que en el minuto 62, y en una jugada muy protestada, Rubén Sanz veía la segunda amarilla y dejaba a su equipo con diez. Esta acción pudo haber cambiado el partido, ya que los verdiblancos se vinieron arriba, pero la defensa amarilla estuvo excelente y no pasó apuros en esos minutos.

Además, Piccini iba ayudar aún más a que el Alcorcón no pasará apuros con su expulsión, también por doble amarilla, que igualó las cosas, e hizo que los últimos minutos fueran para los locales, que buscaron la machada con un gol que nunca estuvo cerca de llegar. Al final, justo reparto de puntos para los equipos en un partido insípido y con pocas ocasiones.

El Alcorcón ha perdido de esta manera la ocasión de meterse en la zona de playoffs de ascenso, y se pone a dos puntos de la Ponferradina, que ocupa la sexta posición con treinta puntos. Los madrileños llevan tres partidos sin ganar, los dos últimos en Santo Domingo con idéntico resultado: 0-0.