Es sentirte arropado, protegido, apoyado... En definitiva, sentirte a gusto. Volver a casa siempre suele ser una buena noticia y para el Alcorcón no es para menos. En Santo Domingo el conjunto alfarero es uno de los equipos más difíciles de batir y el lugar donde sentar la base para soñar con algo más que la permanencia.

Ayer, el partido entre Alcorcón y Mirandés era un duelo directo; un envite por seguir soñando con los puestos de promoción. Ambas escuadras se daban cita en Santo Domingo con la pretensión de no descolgarse de ese pelotón de equipos que luchan por un puesto en el play-off. Los alfareros querían resarcirse de la dura derrota en Palamós, mientras que el Mirandés llegaba con la moral alta tras vencer por 4-1 a otro rival directo, el Valladolid.

El árbitro, protagonista

Hay ocasiones en donde los focos no se centran en los 22 jugadores sobre el terreno de juego. En Santo Domingo se vivió uno de esos días. Tan solo habían transcurrido 15 minutos de encuentro cuando David Rodríguez se plantaba solo ante el meta del Mirandés tras un buen pase al hueco de Insa.

El ariete regateaba a Raúl quien le zancadilleó, algo que no impidió que el delantero continuara su carrera y alojara el balón dentro de las mallas. Sin embargo, Ais Reig, colegiado del encuentro, señaló falta previa, expulsó a Raúl Fernández y anuló el gol. Santo Domingo era un clamor y el 0-0 no se movía del electrónico. Entre tanto, los jugadores de uno y otro equipo no se lo podían creer. Unos porque consideraban que el colegiado debía haber aplicado la ley de la ventaja y dar el gol válido y otros porque la entrada del cancerbero del Mirandés no era para que viera la cartulina roja. La decisión del árbitro valenciano no cambió y David Rodríguez se tuvo que conformar con un lanzamiento de falta al borde del área que despejó la barrera.

A partir de ese momento el guion del encuentro quedaba establecido. El Alcorcón, con superioridad numérica, iba a ser quien llevara la batuta del encuentro mientras que el Mirandés tendría que atajar las embestidas rivales esperando que alguno de sus hombres de arriba cazará algún balón sin dueño para montar rápidamente la contra. No fue así, y los minutos que restaban al descanso se tradujeron en un asalto incesante amarillo. Las ocasiones se sucedían una tras otra aunque caían en saco roto. El conjunto alfarero desequilibraba por bandas pero los pases al corazón del área no encontraban rematador. Si lo encontró cuando David Rodríguez puso a prueba los reflejos del portero suplente, Sergio Pérez, con un buen testarazo. Sin embargo, el marcador no se movería y el Mirandés llegaba vivo al descanso.

Natxo Insa abre la lata

Tras la reanudación el conjunto alfarero continuó con monólogo. Tanto como Muñiz como Carlos Terrazas comenzaron a mover el banquillo para desequilibrar la balanza de su lado. Aun así, el asedio del Alcorcón continuaba aunque pronto tendría premio. El enésimo intento alfarero por banda llegó a buen a puerto cuando un centro lateral de Razvan lo aprovechaba Natxo Insa quien, recogía el rechace y, sin pensárselo dos veces, perforaba la meta de Sergio Pérez.

El Alcorcón no se conformó y rápidamente intentó poner tierra de por medio a costa de un Mirandés que continuaba plantando cara a pesar de jugar con un jugador menos. Sin embargo, esta temporada el Alcorcón está condenado a sufrir en cada uno de sus encuentros. En el minuto 73 Razvan veía la segunda amarilla y el equipo madrileño se quedaba con jugador menos. Se equilibraban las fuerzas y el Mirandés veía entonces la oportunidad de sacar algo positivo en su visita.

Los de Miranda de Ebro se desquitaron del dominio amarillo y comenzaron a rondar la meta defendida por Dani Jiménez. Peligro que certificó la jugada trenzada entre Sangalli y Álex García que, finalmente, no movió el resultado del electrónico.

Con esta victoria ante el Mirandés, el Alcorcón continúa haciéndose fuerte en casa. Algo primordial para continuar en la lucha por los puestos de play-off ya que los resultados lejos de Santo Domingo y los complicados desplazamientos a los que deberá hacer frente ahora la escuadra dirigida por Muñiz pondrán a prueba las aspiraciones alfareras. Aun así siempre quedará Santo Domingo. Porque, al final, como en casa, en ningún sitio

Foto 1: LFP.es