Después de un esplendoroso partido ante la UD Las Palmas en el Ángel Carro en el que el Lugo doblegó con una facilidad sorprendente a su rival, sucumbe en el partido de hoy ante un Real Madid Castilla que suma sus primeros tres puntos de la temporada. La cara mostrada por los de Setién fue totalmente distinta a la que se vio en anteriores partidos: un Lugo soso al que le costó crear juego en distintos tramos del partido y sobre todo un Lugo que no fue capaz de aguantar las acometidas locales una y otra vez.

Comenzaba la contienda con un Castila volcado arriba presionando la salida de balón gallega en la que el Lugo, después de una gran jugada de triangulación entre Iván Pérez y Rennella, rematada por Pablo Sánchez y salvada bajo palos por la defensa madrileña a punto estuvo de hacer el primer gol.

Parecía que el estilo de Setién se impondría en el Alfredo Di Stéfano pero escasos minutos más tarde, después de un mal control de Dani Mallo y un despeje un tanto infructuoso al palo de su propia portería por parte de Carlos Pita, el equipo dirigido por Toril aceleró para que instantes después Jaime Romero de jugada personal por la banda izquierda cruzara un balón y éste acabase en la red contraria. Un desborde extraordinario junto a una defensa adelantada propiciaba la ventaja local.

Tranquilidad madrileña y minutos rojiblancos

Luego de este genial arranque, los blancos decidieron relajar un poco la presión a su contrario, cosa que favoreció que Álvaro Peña tentara al gol con un disparo desde el borde del área buscando la portería contraria.

Más tarde, los hombres más peligrosos del Lugo -Rennella, Pablo Sánchez e Iván Pérez- trataron otra vez de buscar el gol con una precisa triangulación pero lo único que fueron capaces de conseguir fue un saque de esquina. Botado éste por el mismo Pablo Sánchez, los rojiblancos dispusieron de una nueva oportunidad la que, tras un caos en área local en el que remataron inútilmente una y otra vez los gallegos, el balón fue despejado por la zaga madridista.

El Lugo seguía siendo el propietario del balón y ganaba terreno, buscando cada vez con más peligro la meta contraria, pero el Castilla lejos de amedrentarse asediaba con veloces e incisivos contragolpes la meta de Mallo.

Así, en una de esas idas y venidas Iván Pérez derriba a un contrario dentro del área rojiblanca. El colegiado del encuentro interpreta que hay penalti y señala la pena máxima, siendo Omar Mascarell quien con un remate raso a la derecha del guardameta visitante pone el dos a cero en el luminoso en el minuto treinta y cinco. Diez minutos de transición con un Lugo que mantenía el estilo a pesar de los dos goles en contra dieron paso al final de la primera mitad.

Ocasiones cambiantes

Los segundos cuarenta y cinco minutos se preveían similares a los instantes finales del primer tiempo, con un Lugo impetuoso que no cejaría en su empeño de marcar un gol por medio de jugadas largas y de toque; y un Castilla que se aprovecharía de la velocidad de sus hombres al contragolpe. Así, instantes después de que el colegiado marcara el inicio, Burgui a punto estuvo de sumar el tercero.

Las oportunidades se las rifaban unos y otros. Primero Lucas Vázquez mandaba a la cruceta un balón luego de disparar cruzado desde el borde del área. Después Iván Pérez buscaba con vanos intentos penetrar la defensa contraria, pero la gran mayoría de los pases que salían de sus botas acababan en los pies de los contrarios.

El Lugo seguía tocando. Era quien de llegar hasta los tres cuartos de campo, pero incapaz de crear peligro real de gol. Rennella lo intentaba una y otra vez. Seguían sin precipitarse y maduraban las jugadas; presionaban arriba con cuatro futbolistas para tratar de robar el balón sin ceder espacio, pero la zaga blanca repelía toda ocasión visitante.

Tímido despertar

Fueron en los instantes finales cuando el Lugo recobró el sentido que perdiera minutos antes, en el que el partido se fue durmiendo con el paso del tiempo. El responsable fue Fran Sandaza. El ariete toledano avivó la llama de un conjunto de Setién aún aletargado con dos grandes jugadas. En la primera tiró de casta y luego de luchar un balón en el área y zafarse de los marcadores remató a puerta. En la segunda ocasión se encontró un con balón colgado de espaldas y luego de esperar a que éste botase, remató muy justo obteniendo un saque de esquina.

Entretanto el Real Madrid Castilla seguía haciendo alarde de la velocidad de sus hombres buscando una y otra vez las espaldas de la defensa rojiblanca.

Iván Pérez pudo recortar distancias en el minuto ochenta con un disparo a la escuadra de Pacheco tras un lanzamiento de falta, pero el balón no llevaba la suficiente fuerza y todo lo que consiguió fue otro saque de esquina.

El partido llegaba así a su fin, pero antes de que el colegiado del encuentro marcase el final del partido, un desentendimiento entre Víctor Marco y Dani Mallo volvió a asustar a la afición rojiblanca pues el esférico se paseó delante de la portería que defendía este último y tuvo que ser Lolo Pavón el encargado de mitigar el peligro con un despeje potente.

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Sobre el autor
Borja Garcia
Seguidor del CD Lugo. Redactor y excoordinador en @Lugo_VAVEL, coordinador Liga Adelante. www.VAVEL.com Escritor aficionado. Walkman. Toda persona es tonta de remate al menos durante cinco minutos al día. La sabiduría consiste en no rebasar el límite.