El Lugo vive un estado de gracia. Esta afirmación es conocida y válida desde Ortegal hasta Fisterra, desde A Guarda hasta Ribadeo, pasando por Santiago de Compostela. Los de Setién maravillan con su juego a propios extraños. El equipo, poco a poco, va copando piropos mientras se hace un hueco en el reinado compartido del fútbol gallego. Es el espejo donde han de mirarse los conjuntos humildes.

Lo de los lucenses es puro presente y futuro inmediato. Pero otrora existió en Galicia una escuadra que, al igual que los lucenses, perforó la mentalidad dual del balompié galaico. Los métodos y las formas fueron bien diferentes, pero la SD Compostela de los 90’ fue tal que el Lugo, un equipo rebelde, capaz de abordar retos difícilmente alcanzables para entidades de su natruraleza.

Aquellos maravillosos años 90

Estos dos soñadores por naturaleza tuvieron la oportunidad de cruzarse en una categoría de respeto como es la Segunda División. Fue en la campaña 92 / 93, un año de grato recuerdo para la parroquia lucense. El CD Lugo, tras años de brega en el fútbol de bronce, disfrutó de su primera experiencia en el fútbol profesional. Como todo novato pecó de falta de adaptación y nadie pudo evitar que su experiencia durase más de una campaña.

Pero antes del descenso, el Lugo tuvo la oportunidad de darse a conocer al aficionado estatal. Visitó feudos históricos como el Sardinero o el Zorrilla, y compartió escena con otras formaciones sorprendentes en una Segunda casi quijotesca. Basta ver la composición grupal para darse cuenta de este hecho. Junto a los lucenses, una invasión de conjuntos atípicos completaba la nómina de plata. Palamós, Figueres o Atlético Marbella avisaban a la épica de que harían uso de ella si fuese necesaria. Y en este bonito amalgama de soñadores -que luego acabarían viviendo sendas pesadillas- escuadras como el Compostela. Liderados por el bigote y la persona de Fernando Santos, los capitalinos sacaban pecho frente a los nuevos como el Lugo, haciéndoles ver que esta era su segura temporada en la categoría. Algo así como el niño de quinto de primaria que mira por encima del hombro al párvulo, aún a sabiendas de que un estirón del segundo pudiera menguar su valentía.

En estas tuvo lugar la ida del único derbi gallego de la categoría, que llegó tras la disputa de diez jornadas. Este partido que tuvo lugar en San Lázaro, ese anfiteatro sobre el que todo viajante repara durante el viaje entre Lugo y Santiago, cuando accede a la capital gallega. El partido no fue gran cosa y las expectativas generadas pronto se arrojaron por la borda. Pero poco importó, la temporada era larga y todavía había tiempo para la reacción.

Pasan las semanas y el partido de vuelta tomó cuerpo y forma. Compostela y Lugo se volvieron a ver las caras en la trigésima tirada del campeonato. A diferencia del primer encuentro este si tuvo representación goleadora. Pichi Lucas fue el autor del tanto albiceleste, mientras que Patiño anotó el gol del empate. Esta igualada supuso el segundo partido de los albivermellos sin perder, una racha que se prolongaría durante otras dos jornadas, siendo la mejor dinámica de resultados obtenida ese año.

A pesar de la equidad demostrada en estos dos enfrentamientos, un breve análisis de las plantillas dejaba entrever claras diferencias. En el bando lucense, hombres de garra y pundonor como Alvite fueron los encargados de echarse la mochila a la espalda. En la escuadra compostelana, nombres como los de Ohen, Fabiano o Bellido dan buena fe de las aspiraciones de esta plantilla.

La temporada acabó con una despedida entre ambas entidades. El Lugo finalizó en decimoctava posición y acabó con su cuerpo en el lugar de donde vino: la Segunda B. La Esedé evitó el descenso por tres puntos y dijo un hasta luego a los lucenses en el apartado de enfrentamientos.

El espaldarazo del nuevo milenio

Pasaron los años, pasaron los jugadores… y el Lugo se pasó los siguientes diez años en la categoría de bronce. Mientras, al otro lado del camino el Compostela vivió su particular idilio. Los picheleiros disfrutaron de una dorada década de los 90, en la que conocieron sus mejores años, llegando a disputar cuatro temporadas en la máxima categoría de nuestro fútbol. Mas las virtudes deportivas se despedazaron con la llegada del nuevo milenio. Las desventuras de una directiva que había tocado la gloria acabaron con el equipo de nuevo en Segunda B.

En el tercer escalafón del balompié nacional, Compostela y Luego se reencontraorn en la campaña 01 / 02. De nuevo, la paridad vuelve a ser la tónica que marca los duelos entre santiagueses y lucenses. En la ida, el 0-0 de partida se mantiene hasta la conclusión, mientras que en la vuelta, el Lugo hace valer el factor campo y somete a los compostelanos por 1-0. El autor del único gol fue Míchel, siendo uno de los cuatro que anotaría esa campaña, siendo su mejor curso en el apartado anotador. Los onces presentados por Julio Díaz y Duque presentaron varios puntos de conexión. Bajo los palos de la portería santiaguesa, Carlos, un hombre que vivió su carrera deportiva entre Santiago y Lugo. El seoanense es historia viva de ambas entidades, en las que probó el amargo sabor del descenso en tres ocasiones: en la 97/98, de Primera a Segunda, con el Compostela; en la 02/03, de Segunda B a Tercera con el Lugo; camino hacia el precipicio que repetiría en la 03/04, cuando regresó a las filas del equipo santiagués. Los vínculos no acaban aquí.

Como sustituto de Domínguez, en el banco lucense un jovencísimo Adrián Laureda, en la actualidad meta titular del Compostela. Los lazos de unión se completaban con jugadores como Maikel, un auténtico trotamundos del fútbol gallego, al que se pudo ver vistiendo la elástica de la Esedé, el Deportivo, el Montañeros, el Ciudad de Santiago, y también la rojiblanca lucense, durante la campaña 2009 / 2010.

El destino volvió a separar al Lugo y al Compostela al final de esa campaña. La Esedé finalizó en tercera posición y logra superar la promoción de ascenso. El Lugo firmó un buen registro y acabó noveno. Las siguientes temporadas fueron un capítulo aparte para ambas entidades. Los de la ciudad amurallada cayeron al destierro de la Tercera División en la 02 / 03, donde se mantendrá hasta la 06 / 07. Esa campaña será el tercer curso en la Preferente Norte del Compostela, que mantuvo activo su encefalograma a pesar de la muerte súbita sufrida en la 03 / 04, en la que las deudas pusieron a la Esedé al borde de la desaparición.

Habrá que esperar hasta la temporada 09 / 10 para ver de nuevo en acción a Compostela y Lugo en un mismo encuentro. Otro curso de infausto recuerdo para la parroquia compostelana, esperanzada con la recuperación de la categoría de bronce, que acabará del peor de los modos posibles. Los santiagueses fueron incapaces de sacar adelante el año deportivo y la sombra de la extinción retornó para planear sobre San Lázaro.

Ese año los albicelestes confirmaron su descenso de categoría, pero, otra vez, cayeron al abismo de la preferente. Adoptaron desde ese momento una actitud propia de ave fénix. En el barco solo quedaron aquellos capaces de comprometerse con una historia, un escudo y unas siglas. Ante el Lugo del primer año de Setién, la Esedé perdió sus compromisos ese año. En el primero de los partidos, disputado el 22 de noviembre de 2009, el Lugo venció en San Lázaro por 1-2, en un partido que logró remontar en cinco minutos. El único tanto del Compostela fue anotado por Gonzalo, quien a la postre se convertirá en uno de los pilares del ascenso logrado por el Compostela la pasada campaña. Una vuelta a Segunda B de la que también fueron responsables jugadores como Casti, Catú o Jimmy, quienes formaron parte de una plantilla que sufrió lo indeseable durante ese curso. Los tantos de la victoria visitante fueron obra del excompostelano Maikel y el Chino Losada.

En el encuentro de vuelta, disputado en la jornada 33, el mítico Fabiano tuvo que comprobar desde el banquillo como su equipo volvía a estado cadáver, luego de haber sumado dos victorias consecutivas. Se repitió el resultado de la ida y uno de los anotadores de esa cita volvió a ver puerta. Maikel y Arroyo fueron los goleadores lucenses, mientras que el burkinés Keaton hizo el único gol de los visitantes.

Deseos de vuelta

Y hasta hoy. Compostela y Lugo no se han vuelto a ver las caras desde el último choque comentado. La reedición de este choque parece tener a estas alturas una realización lejana. Los de Fredi viven este año su primer año p.e.a, es decir, post enésimo ascenso. Un escalón más arriba, los de Setién viven un dulce segundo año en la categoría de plata, donde están cumpliendo con creces los objetivos marcados. Los seguidores del deporte local en ambas ciudades tienen ahora otros frentes abiertos. En fútbol sala, el Santiago Futsal mantiene, año tras año, intensos duelos frente al Azkar Lugo. En el ámbito del básquet, el Breogán se vio obligado en las últimas campañas a mirar desde abajo al Obradoiro, único representante gallego en la ACB.

Pero nada de esto supera lo vivido. No es lo mismo. El que guarda la camiseta de Bellido o Fabiano lo sabe. El que posee los carnets de las duras campañas en preferente también es consciente. La que carga con los bombos para San Lázaro en las pluviosas tardes de domingo también se da cuenta. Todos ellos viven este año una de las temporadas más bonitas que se recuerdan en la Segunda B en la que hasta cinco equipos gallegos integran el grupo primero de la categoría de bronce. Cinco propuestas y realidades diferentes.

Ourense, Racing de Ferrol y Compostela componen el tridente de honor de la categoría, equipos añejos que en tiempos pretéritos vivieron intensos duelos con el Lugo. A estos hay que añadirle el Pontevedra, afincado en el destierro de la Tercera División. Aficiones que recuerdan con nostalgia las visitas a la ciudad amurallada, donde además de buen comer se veía fútbol intenso, sin miramientos, con la competitividad elevada a su máximo exponente. Hoy, el Lugo les saluda desde arriba, mañana… ¡Mañana quién sabe! Mientras muchos se afanan por revolver la hemeroteca en busca de similitudes, pasados comunes y nexos, la historia futbolística espera paciente el reencuentro de todas estas escuadras, ajena a sus presentes y deseosa por llevarlos a lo más alto.

Fotos cuerpo: 1. El Progreso, 2-3-4. Todo Colección; 5. La Voz de Galicia; 6. El Progreso.