El conjunto dirigido por Setién sigue sin poder sumar de tres en tres. Frente al Mirandés desperdició una oportunidad de oro para frenar su negativa dinámica de resultados. El Lugo prolongó su racha de partidos sin ganar hasta la cifra de los ocho. A pesar de la mejoría en ciertos aspectos del juego, los lucenses perecieron en Anduva frente a un Mirandés que supo aprovechar sus opciones. El dominio sin recompensa es ley de vida para los del Ángel Carro, que actualmente ven los puestos de descenso a dos puntos, sin dejar de lado los playoffs, a tiro de 4.

Lejos de las cifras, el equipo presenta varios síntomas que evidencian que no está pasando su mejor momento. El ímpetu inicial con el que parten acaba traduciéndose en segundas mitades blandas. En estas, los rojiblancos caen hasta el gol rival, o se quedan a medias en una posible remontada.

No hay motivos para negar que el estilo de juego del Lugo le es propio. Basado en el toque y la precisión, los jugadores se sienten cómodos con la forma en la que han aprendido a conjuntarse. Pero tampoco ha de obviarse que a la táctica actual le falta un punto de precisión y efectividad. El Lugo es un tanque armado pero sin pólvora, con amplio conocimiento del campo de batalla, mas con miedo a disparar.

Contra el Mirandés los de Setién ejecutaron una primera parte seria en la que apenas sufrieron deslices. Los once en el campo supieron aguantar el cuero y probaron suerte abriendo el terreno, pero olvidaron hacer lo más importante: chutar. Con esa falta de intención se metieron en una segunda parte donde el destino se cruzó en su camino. La primera machada llegó -de nuevo- a balón a parado, y con la herida abierta, el equipo se desangró tras el gol de Nagore desde los once metros.

Esta mala trayectoria es una realidad que se arrastra en el tiempo. El Lugo, sin perder en ningún momento el rumbo de sus objetivos, procura ya  jornada tras jornada una victoria casi más moral que deportiva. Soria, primera parada para unha resurrección ansiada.

(0-3: Muy mal / 4: Mal / 5: Regular / 6: Bien / 7: Bastante bien / 8: Muy bien / 9: Fantástico / 10: Excelente / S.C: Sin clasificar).
 

Entrenador: Quique Setién

6 | Evitó complicarse. Siguió la línea marcada desde hace varios encuentros e introdujo algún cambio más por necesidad que por convicción. Sus palabras en rueda de prensa fueron más acordes a lo sucedido que en anteriores ocasiones. Reconoció la superioridad de los suyos en la primera mitad y tanteó la actuación arbitral con la sutileza necesaria. Le queda trabajo en los entrenamientos para enmendar los descuidos atrás y mejorar en las disposiciones tácticas a balón parado.

Dani Mallo

6 | Sin notificar grandes errores, poco pudo demostrar en los dos goles recibidos. Se vio apoyado por sus compañeros en la salida de balón en la primera mitad, algo que facilitó la creación del juego desde atrás, como en los viejos tiempos. 

Víctor Díaz

5 |  Sustituir a un hombre tan en forma como De Coz no es tarea fácil. Cumplió mejor que en anteriores ocasiones. Le faltó proyección ofensiva y se vio mermado por la amonestación recibida.

Pavón

| Enriqueció al equipo en ataque. Sus incorporaciones al remate en las jugadas a balón parado fueron las más peligrosas. Estuvo cerca del gol en dos ocasiones. 

Víctor Marco

6 | Hizo pocas concesiones a los mirandeses. Mantuvo a raya a los atacantes y resolvió con contundencia los lances. Como el resto del equipo, se vio arrastrado a un bajón generalizado tras el primer gol del Mirandés.

Manu

6 | Ganó protagonismo en relación a partidos anteriores. Volvió a hacerse dueño y señor de su banda. Asumió la responsabilidad de ejecutar casi todas las jugadas a balón parado. Con todo, necesita un descanso al igual que parte de sus compañeros          

Seoane

Con Pita otra vez como pareja de baile asumió el rol de destructor. Le faltó embate en el juego ofensivo. Descompuso más al rival de lo que expuso para ayudar a sus compañeros.

Pita

4 | Retornó a la titularidad de un modo gris. Centralizó el juego visitante en los primeros compases pero se fue diluyendo. 

Pablo Álvarez

4 | Totalmente estéril. Su regreso hace varias jornadas fue recibido con expectación por los lucenses, pero su magia acabó ese día. Va de más a menos en todos los partidos. Tuvo en su cabeza la mejor ocasión del encuentro. 

Álvaro Peña

Aportó movilidad y dotó de incisión al cuadro lucense. Le faltó templanza para encontrar su sitio en el campo. Setién todavía no ha sacado lo mejor del vasco, obligado a aprender un nuevo rol partido tras partido.

Juanjo

 Como un alma en pena. El balón apenas pasó por sus dominios y su aportación se redujo a crear espacios en la defensa local, algo que no llegó a conseguir del todo.

Rennella

5 | Todavía no ha llegado a la versión que ofreció en los encuentros previos a su lesión. La calidad que atesora difícilmente se encuentra en otro jugador de la categoría, pero ello no es suficiente para imponerse a todos los defensores que cada jornada le buscan las cosquillas.

Pablo Sánchez

| A pesar del bajón que experimentó el equipo en el segundo tiempo, él demostró ser un hombre de segundas partes. Su territorio, por la banda, fue un caldo de cultivo para la reacción local, aunque esta finalmente no pudo cocinarse.

Iván Pérez

6 | Sin presencia ni consistencia. No aprovechó su tiempo.

Iago Díaz

S.C | Empujó a los suyos. Con sus carreras y rápidas transiciones fue el artífice de un último atisbo de reacción del Lugo, que no acabó prosperando a pesar de su esfuerzo.

Árbitro: Ricardo de Burgos Begoetxea 

5 | No tuvo un partido complicado. En la única jugada conflictiva, que dio origen al penalti transformado por Pavón, decidió barrer hacia casa.