Si hay algún jugador querido por la afición del Granada Club de Fútbol, ese es Manolo Lucena. Un jugador que ha estado en momentos bastante delicados de la historia del club rojiblanco horizontal, llegando a tener su afición la idea de la desaparición del club muy presente. Jugador de la tierra, que ha ejercido de capitán y que ha sido jugador granadinista desde Tercera hasta Primera División. Del Estadio Municipal de Armilla al Santiago Bernabéu.

Pero la carrera futbolística, como la vida misma, va por etapas. Lucena cerró su etapa con "su" club con 31 años para empezar una nueva en otro club, concretamente en el Mirandés. Lucena es un central que en los últimos años también ha jugado de mediocentro defensivo. Sus puntos fuertes son su fiabilidad en balones aéreos, su veteranía, su regularidad, su sentido del juego y el ser un jugador que se 'vacía' en el terreno de juego.

Casi toda su vida futbolística se ha desarrollado en el Granada, pero también ha jugado en el Arenas de Armilla, el Marino de Luanco y el Sporting B. Desde la temporada del regreso al fútbol profesional, su presencia en el terreno de juego ha ido menguando, pasando de jugar 24 partidos la temporada del ascenso a Primera -23 de titular- a 6 y 2 partidos las dos últimas temporadas, respectivamente. Curiosamente, en la última temporada, jugó el primer y el último partido de la competición, los únicos que disputó.

El central es el noveno refuerzo de los burgaleses, tras los fichajes de Iván Malón, Igor Martínez, Nagore, Javier Flaño, Ríos, Borja Docal, Iriome y Txema Pan, aunque este último tendrá ficha del filial.

Otro jugador experimentado más que suma el equipo entrenado por Gonzalo Arconada, otra novedad del conjunto mirandesista, ya que sustituye al entrenador que llevó al Mirandés a las semifinales de la Copa del Rey y a Segunda División, Carlos Pouso. Veteranía y experiencia para un club que afronta su segunda temporada en el fútbol profesional.