Se habló de playoff pero el objetivo quedó muy grande. Cuando se quiso reaccionar para mantenerse, no se pudo. La permanencia quedó en algunos momentos relegada a un segundo plano con sueños de grandeza que han sido eso, sueños, para la afición rojilla y el CD Mirandés, al que le toca regresar entre llantos y una inmensa pena a Segunda División B dos campañas después de su primer ascenso a la categoría de plata del fútbol nacional.

Lo hace de forma dura, de forma cruel, cuando el objetivo estuvo cerca de cumplirse. La permanencia tan ansiada y deseada por la parroquia rojilla, que parecía que sufriría mucho en el mes de diciembre para lograrlo,  y se encontró con que Carlos Terrazas hizo crecer al equipo hasta imaginarse dentro de la lucha por el playoff de ascenso, pero cuando la orilla parecía estar cerca, el barco se hundió.

Lugo y el Anxo Carro fueron los lugares de defunción de un proyecto que parecía que se encontraba cerca de mantenerse una campaña más en la categoría de plata. A falta de seis jornadas, el colchón era de siete puntos. El Mirandés desciende con cincuenta puntos, uno menos que la salvación y se pregunta cómo ha podido dejar escapar la permanencia, con cuatro puntos de veintiuno posibles en las últimas jornadas.

La especulación previa al drama

El empate con el que se inició el dramático partido valía a los locales y dejaba a los visitantes en una situación relativamente cómoda, porque el punto podía valer según los resultados que se fueran dando en los campos involucrados en el descenso. Ni los de Quique Setién ni los de Carlos Terrazas se vieron en la obligación de atacar y de tener que ganar el partido como necesidad imperiosa, por lo que decidieron correr los mínimos riesgos durante buena parte del primer periodo.

Una cesión señalada por Arcediano Monescillo fue la primera ocasión clara del partido a favor del cuadro visitante. Pablo Infante lanzó fuera el balón cuando se encontraba en una situación favorable para poner en ventaja al Mirandés. Había pocas ocasiones y un pacto de no agresión casi simbólico hasta que uno de los dos no corriera peligro real de descenso, o estuviera en una situación que le fuera desfavorable respecto a otros partidos donde se jugaban la permanencia.

Apenas un buen intento de volea a la media vuelta de Pablo Álvarez sobre el marco de Dani Giménez, y un remate arriba de Antxón Muneta fueron de las pocas ocasiones destacables de un primer tiempo que se consumía en el fuego de la especulación y el resultadismo. No iba a ser muy diferente el inicio del segundo periodo, con dos equipos expectantes a que sucediera algo relevante. Y sucedió.

Los goles dibujan el descenso rojillo

A los nueve minutos del segundo periodo, el Jaén se adelantaba en su campo ante el Alavés, y dejaba al Mirandés en Segunda B provisionalmente. El gol jienense activó los ataques mirandesistas, a los que ya no les valía el empate momentáneo en el Anxo Carro. Todo fueron prisas desde ese momento en el ataque visitante. Precipitación, nervios, ansiedad por que llegara el gol antes de poder marcarlo. El tiempo consumía y devoraba las opciones de un conjunto dirigido por Carlos Terrazas que no encontraba remedio a sus males.

Por si fuera poco, ya sin Rennella en el campo, principal peligro lucense, Pita anotaba el gol del triunfo rojiblanco a falta de diecisiete minutos para el final. El centrocampista remató a placer en el segundo palo un saque de esquina y puso un oscuro nubarrón en las perspectivas de futuro rojillas. Un negro panorama que apresuró las ofensivas castellano-leonesas, que no cesaron del gol de Pita hasta el final.

Tuvo ocasiones el Mirandés en este tramo de partido para no haber lamentado el desenlace final, pero cada uno de sus disparos se estrellaban en José Juan o en la falta de acierto de cara a gol. Ocasiones sencillas se convertían en misiones complicadas, y las difíciles parecían imposibles de anotar. Hasta que el Alavés empató de nuevo en la capital del Santo Reino  y dio un alivio momentáneo a los mirandesistas, roto por el segundo tanto albiazul en Jaén.

La locura vivida a miles de kilómetros estaba en conexión con Lugo en los últimos minutos de partido. Las ocasiones que fallaba el Mirandés daban vida a los que jugaban en la ciudad andaluza, y la locura vivida en la Nueva Victoria daba esperanzas al equipo burgalés de que el empate allí les valdría para alcanzar la permanencia. No fue así. El Jaén empató, pero cuando se aproximaba el final, Guzmán le dio la puntilla a los jienenses y a los rojillos, que recorrían juntos el camino hacia la categoría de bronce en este angustioso final. La falta de acierto en el momento clave, no haber ganado en las últimas siete jornadas y una mala primera vuelta privan al Mirandés de un tercer año en Segunda División. Es el momento de trabajar para volver cuanto antes.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Alberto Sánchez
25 años.Toda una vida dedicada al fútbol.6 años jugando en la Cantera del Atlético de Madrid. Actualmente soy un intento de entrenador de fútbol, jugador de barrio, y camino de periodista. Autor del blog http://iltrequartista10.blogspot.com. Hablando de todo un poco. Atlético de Madrid, fútbol sala, Eredivisie, CD Guadalajara... Todo lo que sea redondo y se juegue en un rectángulo sirve para hablar de ello.