La mala racha parece alejarse de Anduva. El Mirandés, que encadenaba cuatro derrotas consecutivas, ha conseguido arrancar tres puntos en su feudo, con los que se acerca a sus principales competidores y sirven de bálsamo psicológico para las próximas jornadas. Y es que esta victoria es mucho más que eso, es un empujón para el equipo rojillo que llevaba desde el 19 de abril sin lograr una victoria -ante Las Palmas- en su campo.

El encuentro comenzaba firme para los de Carlos Terrazas. Solo le bastaron siete minutos al conjunto de Miranda para encarrilar el partido. Caneda cabeceaba a la red un saque de esquina botado por Emilio. Los de casa, casi sin quererlo, se encontraban con el resultado favorable, mientras que la plantilla dirigida por Juan Antonio Anquela se complicaba el partido en un error en la marca a la hora de defender el córner. El central rojillo remataba sin oposición y Biel Ribas no podía evitar el tanto.

A partir del gol. El Mirandés dio un paso atrás y fue el Numancia quien, obligado, buscaba el empate mediante Sergi Enrich. Aún así, las ocasiones eran pobres, o ni siquiera llegaban por parte de los sorianos, y de esta manera, los locales se encontraban cómodos con el resultado y con el juego que se estaba viendo sobre el césped.

La dupla numantina, Enrich y Braian, no estuvieron acertados de cara a la portería. El media punta pudo marcar con un remate acrobático, pero su disparo se marchó desviado ante los ojos de Sergio Pérez, que respiraba tranquilo durante la primera parte. Aunque, antes de que Arcediano Monescillo, el colegiado del encuentro, señalase el descanso, los mismos personajes de la jugada anterior se volverían a ver las caras. Esta vez, Enrich remataba un centro al área, pero el esférico pasaba cerca del poste rojillo.

Ya en la segunda parte, el encuentro cogió un tono alocado, donde el Numancia se volcó en busca del empate. Esto hizo que el Mirandés pudiese aprovechar algunas contras para “sangrar” un poco más a la defensa de Soria. Barahona y Pedro Martín buscaban su ocasión mediante la velocidad. La presión ofensiva también fue un factor clave, y es que cada vez que los defensas numantinos retrasaban el balón a Biel, éste se encontraba con más de un problema para sacar el balón jugado.

Urko Vera intenta controlar el balón. Foto: lfp.es
Urko Vera intenta controlar el balón. Foto: lfp.es

Llegada la hora de partido, Carlos Terrazas puso en el campo a Urko Vera que volvía tras una lesión. El delantero vizcaíno revolucionó y dio sentido al juego del Mirandés. Vera comenzó a controlar todos los despejes y balones que anteriormente iban en balde y enlazaba jugadas con el centro del campo rojillo. La entrada del delantero, coincidió con los mejores minutos de Emilio y el apoyo de Álex García, que se ofrecía constantemente por la banda izquierda. A su vez, el equipo de Miranda disponía de otra variante que era la velocidad de Igor Martínez. Por su parte, el Numancia se iba desinflando cada vez más

Vera ya venía avisando, y a falta de diez minutos para el final, remataba con un testarazo un gran centro de Álex García. La superioridad aérea que el delantero barakaldarra ofrece a los jabatos, terminó por rematar a los visitantes. El Mirandés sentenciaba ante su afición y conseguía la primera victoria como local en esta temporada, que parece dar, por el momento, crédito al proyecto de Terrazas.