Quince minutos tardó el Sporting en, prácticamente, sentenciar a los visitantes. El Mirandés, que esta vez salía vestido de blanco impoluto, poco tardó en ensuciar todos los planes ideados durante la semana. Aunque gran parte de la culpa la tuvieron los sportinguistas y su ímpetu inicial. Carlos Castro y Carmona fueron los verdugos primeros verdugos. Un primer cuarto de cuarto de hora de ensueño para los de Abelardo, técnico rojiblanco, noqueó a los de Miranda de Ebro.

Los jugadores dirigidos por Carlos Terrazas continúan estancados. Los de casa tardaron apenas diez minutos en adelantarse en el marcador con una jugada ensayada por los de Gijón y llevada a cabo a la perfección. Carmona lanzaba, desde casi el círculo central, a la cabeza de Bernardo, que éste prolongaba a la pierna de Carlos Castro. El delantero, hoy titular por la baja de Guerrero, remataba a gol con Razak ya batido.

Casi sin reponerse, el Mirandés volvió a recibir un mazazo. Dani Ndi ejecutaba un centro perfecto que era contestado con un excelente cabezazo, a placer y sin oposición, de Carmona. El guardameta ghanés, Razak, conseguía tocar el esférico pero no evitaba que entrase en la portería. Así, casi sin darse cuenta, el Sporting ya se encontraba con el partido encarrilado. Solo quince minutos, fueron necesarios para derribar a los ‘jabatos’ de Miranda.

Acción-reacción

A raíz del segundo tanto, las tornas cambiaron. Los visitantes se animaban en labores ofensivas, pero apenas producían peligro. Los rojillos cambiaron la cara de susto que se les quedó en los primeros compases del partido y se pusieron manos a la obra. Urko Vera remataba con la testa a las manos de Alberto García, que sustituyó con nota a Cuellar. Posteriormente, Pedro Martín ganaba la espalda de los centrales aunque su definición era desbaratada por Alberto.

Urko Vera remata a portería | lfp.es
Urko Vera remata a portería | lfp.es

Los contragolpes comenzaban a surgir tímidamente. Álex García realizaba el primero. Nuevamente Alberto García atrapaba el cuero. Aunque el Mirandés no encontraba el premio, iba encerrando poco a poco a los locales, como si de un cuenta gotas se tratase.

A la vuelta de los vestuarios los mirandeses continuó con el acoso y derribo. Primero Pedro Martín avisaba con un disparo cruzado, pero a los diez minutos del inicio de la segunda mitad, Urko Vera conseguía el trofeo. El delantero vizcaíno conseguía zafarse por velocidad de Lora y cedía a Fran Carnicer para que rematase a placer, pero su lanzamiento lo evitaba Alberto García con una meritoria actuación. No obstante, el rechace volvía a las botas a Vera que, esta vez sí, recortaba distancias en el marcador. El punta rojillo lograba su doceavo tanto en la competición.

El Mirandés se fortalecía por momentos. Era más intenso y constante. Urko Vera comenzaba a ser la pesadilla de la defensa sportinguista ya que dispuso de gran cantidad de ocasiones para empatar el encuentro. Sin embargo, bien por la falta de puntería o por intervenciones de Alberto, la igualada no llegó al marcador.

Castro golpea de nuevo

Cuando mejor fútbol estaba generando el Mirandés, volvió a recibir un nuevo revés. Un fallo en el despeje de Kijera permitía que Carlos Castro volviese a incrementar la diferencia en el marcador. El delantero rojiblanco conseguía su segundo tanto del encuentro y su séptimo de la temporada, convirtiéndose de esta manera en el pichichi del equipo.

Ndi centra al área | lfp.es
Ndi centra al área | lfp.es

Topetazo del cual los de Terrazas no supieron levantarse, no solo por que volvían a aumentarse las distancias, sino porque el gol llegó en el momento en el que mejor juego estaba desplegando el conjunto mirandés. Además, el equipo tuvo que disputar los últimos quince minutos del partido con un hombre menos debido a la expulsión de Fran Carnicer que veía la tarjeta roja por una entrada por detrás.

Pablo Pérez, tal vez ‘picado’ con su compañero Castro, quien había arrebatado el pichichi del equipo, intentó su gol, pero fue Álex Barrera el que culminó la fiesta rojiblanca en el Molinón. Un cuarto gol que no hacía justicia al juego establecido por el Mirandés que quizás mereció más que volver a Miranda con una goleada en el maletero.

De esta manera, el Sporting dirigido con soltura por Abelardo continúa con su sueño de volver a la Primera División y es colíder con la Unión Deportiva Las Palmás, aunque a la espera de lo que haga el Real Valladolid ante el Tenerife. Sin embargo, el Mirandés, que lleva cinco jornadas sin conocer la victoria, sigue empantanado en tierra de nadie, en la décima posición de la tabla, lejos del ascenso y del descenso.