El Athletic Club y el Mirandés se enfrentaban en el partido de vuelta de una de las semifinales de la Copa del Rey perteneciente a la temporada 2011/12. En el encuentro de ida, disputado en un abarrotado estadio de Anduva, el resultado fue de un tanto a dos y los de Carlos Pouso estaban obligados a realizar la hombrada de derrotar a los de Marcelo Bielsa si querían estar en la gran final. San Mamés, como era previsible, lucía sus mejores galas con una mezcla preciosa de seguidores locales y visitantes. Los rojillos, en una campaña histórica en esta competición, venían de eliminar a equipos de la categoría del Villarreal, del Racing de Santander y del Espanyol, quién no recuerda el gol de César Caneda en el tiempo añadido.

El encuentro como era normal empezaba con claro dominio del Athletic Club y fruto  de ello, llegaba el primer gol. En el minuto 11, en un desajuste defensivo de los centrales visitantes, el extremo izquierdo Muniain batía Nauzet para poner el uno a cero y dejar la eliminatoria muy encarrilada para los locales.

Una gran primera parte de los locales dejaba la eliminatoria sentenciada. 

Cuatro minutos más tarde, en pleno vendaval de juego de los vizcaínos, los leones lograban el dos a cero ante la desesperación de los futbolistas del Mirandés, que no encontraban la manera de parar el ritmo tan frenético de los locales. Una gran jugada colectiva por la banda derecha era aprovechada por Susaeta para mandar el esférico dentro de las mallas de la meta defendida por un Nauzet que no pudo evitar ninguno de los tantos.

Con el Mirandés totalmente superado, salvo algunas jugadas de Pablo Infante, gran triunfador y máximo goleador de la Copa del Rey, el Athletic Club sentenciaba el pase a la gran final en el minuto 22. Un centro desde la derecha era rematado de cabeza por el lateral izquierdo Aurtenetxe, ante la pasividad de Garmendia, al fondo de la red. La defensa mirandesista formada por Raúl García, Aitor Blanco, César Caneda y Garmendia no podían parar, junto al resto del equipo, las incursiones por ambas bandas de los de Bielsa. El sueño del Mirandés por alcanzar la final se desvanecía poco a poco.

El primer tiempo se daba por concluido con un contundente tres a cero. Los locales desde el inicio se estaban mostrando muy superiores, salvo algún disparo muy tímido de los visitantes, y la eliminatoria estaba cerrada salvo milagro del Mirandés que a lo largo de la competición, gracias a su excelente fútbol, había conseguido plantarse en esta ronda.

El defensa central Aitor Blanco fue el autor de los dos goles del Mirandés.

El inicio de los segundos 45 minutos fue muy diferente, con el Athletic Club muy relajado gracias a la gran ventaja adquirida en la primera mitad y el Mirandés se lanzaba a por el gol. El premio, ante la enorme felicidad de los seguidores rojillos, se producía en el minuto 57. El central Aitor Blanco anotaba a placer el tres a uno y llevaba la alegría al banquillo visitante. La proeza, aunque difícil, estaba más cerca.

El conjunto vizcaíno se encargó en el minuto 71 de aplacar de un plumazo las aspiraciones del Mirandés. El delantero Llorente, ahora jugador del Sevilla, con una preciosa vaselina marcaba el cuatro a uno. Las contras de los locales estaban matando a los rojillos. Con ambas aficiones entregándose a sus conjuntos y con un San Mamés precioso, la eliminatoria se cerraba de manera final. La fiesta estaba montada a falta de 19 minutos para la conclusión de una semifinal histórica para los de Miranda de Ebro.

A falta de 14 minutos para el final Llorente anotaba el cinco a uno, el resultado era lo de menos, los últimos instantes del encuentro servían para que los visitantes se dieran un homenaje por su gran competición, mientras que los locales celebraban el pase al partido definitivo.

San Mamés despidió al Mirandés con una ovación realmente emocionante 

Aitor Blanco, en el minuto 86, y César Caneda, en propia puerta en el 88, ponían resultado final de seis a dos en una gran fiesta del fútbol. El Athletic se colaba en la final, que perdería ante el Barcelona por cero a tres, y el Mirandés cerraba una competición que siempre quedará para el recuerdo de todos sus aficionados.