Al margen de la Liga, que es la competición importante y en la cual tienen que estar más concentrados ambos equipos, llegaba ayer al Estadio Municipal de Vilatenim, en Figueres, una cita de la Copa Catalunya entre ampurdaneses y gerundenses. Distinta motivación en los dos conjuntos, mucho viento y unas ochocientas personas fueron los ingredientes del encuentro anoche.

La Unió salió con una disposición táctica y una voluntad de ir a por la eliminatoria desde el minuto uno. La primera aproximación clara, y seguramente la que más en todo el partido, fue un lejano disparo de Moñino en el minuto 8 que, con la ayuda del viento, se estrelló en la madera. Era el primer aviso de los de Francesc Cargol, que diseñó un plan para desactivar todo peligro de los atacantes rojiblancos.

A esta jugada de peligro respondió el Girona en el minuto 27, que por mediación de Gerard Muñoz tuvo la ocasión más destacada de los suyos. Recibió un pase en profundidad, y tras la mala salida del portero Ureña, levantó el balón, pero el viento volvió a evitar el tanto para, esta vez, desviar el esférico a la derecha de la meta local.

Y aquí se acabó el ataque gerundense. Lo intentaron Jofre y Carmona por las bandas, pero estuvieron muy desacertados y muy bien frenados por los laterales Micaló yMurga. Sólo la pausa de Eloi y Matamala daba un poco de criterio al juego gerundense, demasiado precipitado y errático durante los noventa minutos.

El susto para los de Javi López llegó con una falta botada de nuevo por Moñino. Esta vez el balón no tocó el palo, sino que se fue ligeramente desviado a la izquierda, pero en su estirada, Palatsí impactó con el palo de la portería, e incluso el portero del filial Andrés Díez salió a calentar por si se confirmaban las peores noticias. Afortunadamente, todo quedó en nada y el castellonense pudo recuperarse.

En la segunda parte, el guion no cambió, presión arriba de los de Francesc Cargol y peligro constante, sobre todo en las botas de Xavi Ferrón, el extremo cedido por el Olot. En el minuto 48, el jugador figuerense chutó demasiado cruzado ante Palatsí, y en el 61 Barrera, que había entrado por un lesionado Busquets en la primera mitad, tras una mala salida del meta del Girona, chutó, y sólo la velocidad y el oportunismo de Ramalho evitaron el gol, que ya se cantaba en las gradas.

A todo esto, el técnico visitante empezó a mover ficha y entraron Jandro y el argentinoPascual, que debutó con la elástica rojiblanca. Un tímido y desviado chut de Carmona fue el único peligro que crearon los de Javi López, que aguantaron el resultado final hasta que se llegó a los penaltis.

Aquí, el acierto de JandroJofreCarmona y Matamala, que convirtieron sus penas máximas -sólo falló Eloi el primero- y las dos paradas de Palatsí a sendos remates de Argi y Moñino sellaron el pase para los gerundenses, que sin brillo y con un merecimiento cuestionable, están en semifinales de la Copa Catalunya, donde esperan FC Barcelona o Espanyol, un premio muy grande para un equipo que, por su delicada situación en la competición doméstica, necesita alegrías como las de anoche.