Se antojaba como trascendental el partido de ayer entre Sabadell y Girona, era un derbi y no uno cualquiera: los arlequinados tenían la oportunidad de alejarse de la zona de descenso y, de paso, hundir un poco más a un Girona que ve como, semana tras semana, el objetivo de la permanencia es cada vez más difícil.

El encuentro fue el fiel reflejo de que a este equipo no le salen las cosas cuando juega bien, o más o menos bien, y que si no está concentrado le puede caer un saco de goles, como ocurrió ayer en la Nova Creu Alta. Cuatro tantos le endosó el equipo de Miquel Olmoa los gerundenses, que no supieron aprovechar la expulsión de Carlos Hernández y, cuando jugaron contra diez, no tuvieron la intensidad de los locales.

El conjunto de Javi López empezó bien el partido, buscando la portería contraria con insistencia y llegando al área con facilidad. Ya en el minuto 7 Ortuño tuvo un mano a mano con Nauzet, que paró lo que llegó por parte de los visitantes, aunque el meta detuvo su lanzamiento.

El Sabadell encontró la respuesta por medio de las botas de Aníbal, que hizo lucir a Palatsí en el minuto 14 con una gran intervención. A pesar de que los de Miquel Olmo lo intentaban con contragolpes, el Girona tenía el control territorial y combinaba bien.

En el minuto 32, la magia de Jandro dejó un pase en profundidad para Gerard Bordas-el más activo de los de Javi López durante el partido-, éste la dejó a Ortuño, y en una doble oportunidad, en la que casi era más fácil marcar que fallar, apareció Nauzet como un rayo para evitar el primer tanto de la noche.

La expulsión lo cambió todo

El Girona, además de tener las mejores ocasiones del encuentro, vio cómo el rival quedaba en inferioridad numérica en el minuto 36. Gerard Bordas provocó la segunda amonestación del zaguero Carlos Hernández, que se fue a los vestuarios antes de tiempo, y la afición visitante tenía motivos para creer en la victoria.

Pero la expulsión tuvo el efecto contrario. Quizás los jugadores gerundenses pensaron que sería más sencillo jugar contra diez y la intensidad, la garra y las ganas las pusieron los arlequinados. Lo intentó primero Gato, pero Palatsí en primera instancia, y luegoDavid Garcia, salvaron momentáneamente al Girona.

El que no fallaría sería Collantes, que también marcó en el partido de la octava jornada disputado en Montilivi. En esta ocasión, Gato chutó, y entre el meta castellonense y el palo se evitó el gol, pero el rechace lo aprovechó Collantes, que marcó el primero ante la pasividad de la defensa rival.

Con este golpe moral se llegaba al descanso. Parecía que cuarenta y cinco minutos y jugar contra diez eran suficientes para remontar el partido, pero el equipo gerundense se desmoronó. Chus Herrero, que tuvo una noche para olvidar, no despejó a tiempo un balón largo y el esférico se perdió a córner, bien luchado por Aníbal. El propio jugador hispano mexicano remató de cabeza tras la salida del saque de esquina y estableció el segundo en el electrónico. Ver para creer.

Debacle gerundense

Javi López sabía que se la jugaba e hizo debutar a Tato, que suplió a David García, con lo que la defensa pasó a ser de tres jugadores: Iván López, Migue y Chus Herrero. El experimento de jugar con dos delanteros no funcionó, y no sólo porque se encontraban con un muro inexpugnable cada vez que intentaban pisar el área, sino porque atrás se dejaban muchos espacios y fue aquí donde el Sabadell mató el partido.

En una contra, Collantes se fue por velocidad de Chus Herrero, que le derribó dentro del área. La acción le costó al defensa la expulsión y el tercero del Sabadell, porqueAníbal no falló desde los once metros. Quedaban más de veinte minutos y la Nova Creu Alta empezaba a ser una fiesta.

Seis minutos más tarde, llegaba el cuarto, obra de Gato. En una acción personal, se zafó de la defensa visitante, regateó a Palatsí y remató a placer para redondear la goleada. También pudo haber llegado el quinto de no ser por la rápida intervención de Iván López, cuando Collantes se quedaba solo ante el portero de La Salzadella.

Se le hicieron largos los llamados minutos de la basura al Girona y los aficionados locales, en un ambiente festivo, hicieron la ola. Todo lo contrario que los gerundenses, que tendrán que remar muy a contracorriente para revertir esta situación. El próximo domingo el Murcia visita Montilivi, en una cita en la que ni conseguir los tres puntos será suficiente para contentar a una afición disgustada por lo que vio ayer en el campo, y en un partido en el que no estará Javi López, que podría ser destituido en las próximas horas.