Tras el 4 a 0 encajado en Sabadell, lo más probable era que Javi López no continuara al frente del banquillo del Girona. No sólo por el resultado, sino por las sensaciones del equipo y por el pobre bagaje conseguido en los once partidos que ha durado el técnico barcelonés. Una única victoria frente al Lugo es la única alegría en estos últimos once partidos, una racha que empezó con una derrota en Mallorca, pasó por seis empates consecutivos, en una mejora del equipo defensivamente -no así a nivel ofensivo-, luego el citado triunfo, y tres derrotas consecutivas que han dejado el equipo a una situación muy frágil, a cuatro o cinco puntos de la permanencia, es decir, más de un partido.

A pesar de que la decisión ya era madura tras lo sucedido en la Nova Creu Alta, los máximos responsables de la entidad, Francesc Rebled y Oriol Alsina, presidente y director deportivo respectivamente, esperaron 24 horas para comunicar el despido al ya ex entrenador. Antes, quisieron cerciorarse de encontrar un técnico durante la tarde de ayer, procedimiento que ya se siguió con el anterior entrenador, Ricardo Rodríguez. Al asturiano, a diferencia de Javi López, le fue comunicada su destitución tras haber entrenado a los suyos tras el partido en Copa ante el Getafe (acabó 4 a 1), pero el barcelonés se ahorró este paso, pues el equipo tenía descanso ayer. Hoy tampoco está programado ningún entrenamiento, por lo que Pablo Machín tendrá su primer contacto con la plantilla mañana por la mañana.

Pablo Machín, un hombre de la casa en Soria

El club gerundense apostó por un entrenador joven, Pablo Machín (Soria, 1975), siempre vinculado al club de Los Pajaritos. El preparador tiene poca experiencia en Segunda División -ha entrenado dos años a su club, dejándolo siempre a media tabla- y ahora tendrá la difícil misión de sacar del pozo al Girona. El soriano jugó en el Numancia en la década de los 90, y con sólo 25 años, ya entrenaba a los equipos base de su club. Pasó por el filial, en Tercera División, y se convirtió en segundo entrenador del primer equipo, con Arconada, Kresic y Unzué. Durante el verano de 2011, tuvo la propuesta de dirigir al primer equipo, y con él, el Numancia se ha instalado en la zona tranquila -acabó décimo en la temporada 2011/12 y duodécimo la siguiente- pero lejos de los puestos privilegiados para ascender a Primera División.

Este pasado verano, el club fichó a Anquela y Machín se quedó sin trabajo. Ahora afronta el reto de entrenar al Girona, y con sólo 13 jornadas por disputarse deberá revertir la comprometida posición en la que se encuentra el equipo. La situación es parecida a la de hace dos temporadas, en la que llegó Javi Salamero para sustituir a Josu Uribe -el asturiano duró diez partidos, uno menos que Javi López- con doce jornadas por delante. Finalmente, los gerundenses se salvaron, casi de milagro; veremos si Pablo Machín puede conseguir lo mismo que Salamero.