Diez puntos de 15. Éste es el balance, hasta ahora, del conjunto dirigido por Machín. Cierto es que es exactamente el mismo que tenía la temporada pasada, pero sin duda las sensaciones son radicalmente distintas. El Girona actual ha empezado como un cohete, y sólo pudo romper una inmaculada racha de tres victorias y un valioso empate en Gijón (1-1) el poderoso Betis hace siete días en Montilivi (1-3). Que supuso un paso atrás, es posible; que se perdió el coliderato, seguro. Pero las sensaciones del equipo invitan al optimismo y los hombres rojiblancos deben volver a la senda del triunfo que mostraron las primeras jornadas.

Para ello deberán derrotar hoy a un Numancia que, lejos de hacerse fuerte en el Nuevo Los Pajaritos, campo tradicionalmente frío y complicado para los rivales que se acercaban, todavía no acumula un solo punto en dicho estadio (1-3 contra la Ponferradina y 1-2 frente al Sporting). El conjunto de Juan Antonio Anquela -otrora comandado por Machín, que volverá hoy a la que fue su casa durante 13 años- compensa este déficit con buenas victorias a domicilio, en Sabadell (0-3) o en Albacete (0-1).

Los Pajaritos, recuperar el fortín

Tal y como apuntamos, la gran asignatura pendiente de este Numancia es volver a hacer de su campo un fortín, un campo donde el rival deba sudar y deba imprimir una intensidad brutal para llevarse algo positivo. Anquela apuesta por cambiar, sin duda, la actitud de sus pupilos. "Si se juega como ante la Ponferradina, se pierde seguro. Hay que jugar a un buen nivel para conseguir algo. El equipo obtendrá lo que haga en el campo", aseguró.

Además, el técnico jienense fue preguntado por el temor a jugar como locales. "No lo entiendo", dijo. "Nada más venir veo las caras y no son las que hay fuera de casa. No sé por qué, es nuestra casa con nuestra gente, transmiten inseguridad", dijo un Anquela que aseguró que cuando juegan como visitantes, tienen ganas de competir. "Les hago ver que no pasa nada, que tienen que tener la autoestima alta".

Enfermería local llena

A pesar de los problemas que acumula el Numancia en su campo, problemas que no entiende Anquela cada vez que el equipo le corresponde jugar ante su afición, Machín dijo que ello "los hacía más peligrosos". Sin embargo, hay que tener en cuenta que los sorianos no verán hoy a los lesionados Julio Álvarez, Javi del Pino y Kader Oueslati, así como al sancionado Marc Pedraza. El lugar de éste último será ocupado probablemente por Antonio Tomás, que ha forzado para recuperarse.

El Girona tiene menos problemas en cuanto a bajas se refiere. Al contrario, su técnico dijo el pasado viernes que era un verdadero rompecabezas configurar la convocatoria. De la lista quedaron fuera Carles Mas y Cristian Gómez, que fueron titulares la semana pasada, por decisión técnica, y Christian Alfonso por precaución, por un golpe en el ojo. Tampoco ha viajado Pablo Íñiguez, que sigue sin recibir el alta médica. Machín podrá contar de nuevo con Richy, que no jugó hace siete días, con lo que volverá a apostar por los cinco defensas titulares (Cifuentes, Ramalho, Lejeune, Juncà y el propio Richy).

Eloi Amagat, posible novedad en el once

Si bien es verdad que Machín tiene a su disposición a los once jugadores que más minutos han tenido, el técnico soriano podría dar entrada hoy, por delante de la línea defensiva, a Eloi Amagat, que ya disputó media hora contra el Betis. De ser así, el medio gerundense daría un paso más en su vuelta a los terrenos de juego, mientras que el damnificado sería Granell. Arriba, ya dijo Machín que podía alinear a Sandaza y Mata, con Felipe como enganche, o podía dejar a uno de los dos grandes en el banquillo y apostar por Bordas o Jandro.

Además, el partido será especial para Machín, que supondrá el retorno a la que fue su morada futbolística durante 13 años, tanto en las categorías inferiores como en el primer equipo -los dos últimos como técnico-. "El partido de Soria es una vuelta a casa, en un entorno muy conocido. Es un privilegio volver allí, y espero hacerlo durante muchos años. Sería una buena señal", aseguró el de Gómara.

Remontar el vuelo en Los Pajaritos

La historia no favorece al Girona en este estadio. El año pasado el equipo de Javi López pudo romper una nefasta racha de seis derrotas en otros tantos partidos en Soria tras empatar a cero. El equipo encadenó allí el quinto empate seguido con el técnico en el banquillo, en un momento de la temporada en la que sumar de uno en uno era un bagaje demasiado pobre para un equipo de la parte baja. Al menos, el Girona consiguió parar una dinámica pésima en un escenario donde se sucedía derrota tras derrota.

Fue cruel el 1-0 de la temporada 2011/12, cuando Julio Álvarez transformó una falta directa en el descuento (el tiempo añadido ya se había superado, era el minuto 94). La figura de Agné al frente del banquillo empezó a ser discutida. Contundente fue el 4-0 de la campaña anterior, aunque el Girona ya no se jugaba nada en aquella penúltima jornada. Ni tan solo en el histórico año de Rubi se consiguió arañar un punto, pues los catalanes perdieron 2-1. La goleada más grande recibida en tierras numantinas se remonta al curso 1949/50 y fue un 6-0.

Posibles onces