No fue el partido más brillante ni el más vistoso que ha disputado el Girona esta temporada, pero la eficacia del conjunto de Pablo Machín es impecable. Invicto lejos de Montilivi y habiendo perdido un solo partido ante el poderoso Betis, el cuadro catalán puede presumir de seguir arriba tras ocho jornadas disputadas. Nada desdeñable el dato si se tiene en cuenta que hace cuatro meses el equipo estaba luchando para no descender a la categoría de bronce.

El Albacete, por su parte, tenía que ofrecer una buena imagen tras la dolorosa derrota sufrida hace siete días en Sabadell (6-1), y para ello Luis César Sampedro introdujo varias novedades en el once inicial, comenzando por su portero. Alberto pagó los platos rotos de la goleada y cedió su puesto a Diego Rivas, aunque éste último tampoco pudo evitar la derrota de su equipo en la tarde noche de hoy.

Primera mitad con alternativas

Para disipar las dudas y que la grada no perdiera la calma antes de tiempo, el conjunto manchego salió más entonado que el catalán. Antoñito, que gozó de libertad por la banda derecha, especialmente durante la primera parte, mandó varios centros al área que no encontraron rematador. El Girona esperaba replegado atrás la oportunidad de salir rápidamente al contraataque.

En una transición rápida por parte gerundense, Felipe Sanchón centró desde la banda izquierda un balón para Mata, que mandó al lateral de la red tras un remate muy forzado en el minuto 8. Rápidamente replicó el conjunto albaceteño por mediación de César, que tras superar muy fácilmente a Granell, disparó al primer palo, obligando a Becerra a hacer su primera estirada de la noche. Cinco minutos más tarde, Antoñito llegó hasta la línea de fondo, pero su fuerte centro no encontró rematador.

El Girona quiso sacarse la presión de encima y forzó un córner en el minuto 25, el primero por su parte. El centro de Granell lo remató Felipe, el rechace llegó a Sandaza, que chutó para que Diego Rivas se luciera una vez, pero el segundo rebote lo aprovechó el mismo Felipe para mandar el balón a la red y anotar el 0-1, a la postre definitivo. Los jugadores manchegos reclamaron vehementemente un fuera de juego de Sandaza que, tras ver las repeticiones, se comprobó que no existía.

Los de Machín habían hecho lo más complicado, adelantarse en el marcador, pero el Alba no iba a darse por vencido tan fácilmente. Respondió tras el tanto el cuadro de Sampedro, y en dos minutos consecutivos, Samu dejó en evidencia a Ramalho y puso a prueba la zaga gerundense. La primera ocasión la mandó Richy a saque de esquina, mientras que la segunda la desbarató una buena parada de Becerra.

Le costó al equipo visitante volver a meterse en el partido, y no fue hasta el minuto 42, cuando Sandaza arrancó hasta el área contraria, dejó atrás para Cifuentes, el mejor de la escuadra catalana durante el partido de hoy, y éste remató desviado arriba. Dos minutos más tarde, podía haber dejado encarrilado el encuentro Felipe Sanchón, que no aprovechó un magnífico pase de Granell y mandó el balón al muñeco. Llegó la contundente respuesta manchega en el área de Becerra, César Díaz fusiló al meta barcelonés y éste sacó una mano increíble en una gran demostración de reflejos. Con el 0-1, se llegaría al descanso tras unos buenos primeros cuarenta y cinco minutos iniciales.

Quiero y no puedo

La intensidad de la primera mitad se quedó en el banquillo porque sólo le duró cinco minutos al conjunto de Machín, mientras que el atrevimiento local se manifestó sólo en algunos tramos de la segunda parte, con más corazón que cabeza. Cierto es que Eloi y Lejeune tuvieron buenas oportunidades para hacer subir el 0-2 en el electrónico, pero aquí se acabó la intentona gerundense.

El cuadro rojiblanco se dedicó más a mantener el resultado que a buscar la sentencia, aunque no sufrió en exceso para conseguir el objetivo de la victoria. El Albacete empezó a dominar casi con totalidad la posesión del balón, y Antoñito por la banda derecha y Jorge Díaz -que sustituyó a César- por la izquierda colgaron balones que, si bien solían ganar los delanteros locales, lo solían hacer sin demasiado acierto.

Rubén Cruz, en el minuto 73, remató desviado a la derecha de Becerra un centro de Edu Ramos, y en el 85 el mismo jugador cabeceó con más intención, obligando al guardameta a estirarse para atajar el esférico. También hubo tiempo para que debutara Pablo Íñiguez en el Girona -disputó cuatro minutos- y para que Cidoncha, tras un saque de falta, volviera a obligar a Becerra a realizar una gran parada en la última jugada del encuentro.

La timidez del cuadro manchego le impidió llegar con más peligro en los metros finales por desespero del público, que ve la cuarta derrota seguida de su equipo, lo que le hunde en el último cajón de la clasificación, con cinco puntos. El combinado catalán, por su parte, se afianza en el coliderato con el Real Valladolid -a la espera del resultado de Las Palmas- y es un rival muy a tener en cuenta por el resto de equipos. Los de Machín volverán a disputar un partido como visitantes el próximo sábado (20:00 horas), protagonizando un derbi catalán en Sabadell, y el Albacete visitará al Mirandés dos horas antes.