Orgullosos. Así es como pueden sentirse los jugadores y aficionados del Girona. Quizás no satisfechos ni contentos, porque nadie con una derrota tiene motivos para la alegría, pero con la convicción de haber plantado cara al mejor equipo de la categoría: el Valladolid. Es un equipo de Primera, con unos jugadores de Primera, un entrenador de Primera y un estadio de Primera. Tardaba ya el conjunto blanquivioleta en auparse al liderato de la Segunda División, que tuvo que vencer al hasta ayer líder para conseguirlo. Anecdótico, según Rubi, pues sólo se llevan disputadas once jornadas ligueras, pero significativo, al fin y al cabo.

La disposición táctica ideada por Pablo Machín estuvo a punto de dar sus frutos, pero la efectividad de cara a puerta del Valladolid -esta vez no hubo premio para los rojiblancos- fue letal para encontrarse con la victoria. Un Mojica pletórico se zafó de la zaga visitante y soltó un zurdazo para el recuerdo, mientras que la entrada de Jeffren en la segunda mitad dio un plus al ataque vallisoletano, y su gol en el 82' parecía sentenciar definitivamente el encuentro. No ante este Girona, que si tiene una virtud es la de no rendirse jamás, y su insistencia encontró el premio en el gol de Juncà, que llegó demasiado tarde para los intereses gerundenses.

Arranque digno del choque

Joan Francesc Ferrer Sicília, 'Rubi', sorprendió a todo el mundo con la no inclusión de David Timor en el centro del campo, uno de los líderes en el verde. El técnico apostó por Sastre y Leão en la medular para contener el poderío gerundense en esta parcela de juego, bien comandada por Pere Pons, Granell y Eloi, ayer titular en detrimento de Jandro. En las bandas, alineó a dos balas llamadas Mojica y Bergdich, que hicieron sufrir de lo lindo a los defensas del Girona.

El encuentro tuvo un inicio muy bueno, con un Girona que contenía muy bien los ataques del Valladolid y que mantenía, de forma muy inteligente, el balón lo más lejos posible de su portería. La alternancia en el juego no se traducía en ocasiones claras, pero la intensidad por parte de ambos conjuntos era palpable. En el minuto 5, Eloi vio la primera amonestación del encuentro tras una patada en el centro del campo. En el minuto 10, llegó una jugada que, a la postre, fue intranscendente, pero podía haber cambiado, y mucho, el signo del partido. Bergdich recibió un balón interior, intentó sortear a Becerra -saltó por encima del portero- y el árbitro se creyó el piscinazo y decretó penalti.

Óscar Díaz se encargó de lanzar desde los once metros, pero no sabía que San Pedro diría la verdad, es decir, que no fue penalti y, en consecuencia, no fue gol gracias a la gran parada de Becerra, que tocó lo justo el balón para que fuera repelido por el palo. Respondió de inmediato el conjunto de Machín, sabedor que podía ser un golpe moral duro para los de Rubi. Un minuto más tarde, Cifuentes se plantó en el área y soltó un derechazo a bocajarro que Javi Varas despejó a córner. Las cosas, sin embargo, volverían al orden natural según el cual manda el más fuerte, esto es, el Valladolid.

El gol imposible

Antes del tanto de Mojica, el conjunto pucelano ya avisó de lo que podía venir. En el 17', Sastre centró y no llegó por muy poco al balón el extremo colombiano. También lo intentó Óscar Díaz (20') con un disparo que se marchó a la derecha del marco defendido por Becerra. Y en el 23' Mojica se inventó una jugada personal por la izquierda, superó a Ramalho y soltó un obús que todavía no se sabe por dónde entró. Becerra se agachó y el balón pasó por encima de su cabeza, por asombro de todos los presentes. Fin a la imbatibilidad del badalonés, que acumuló 387 minutos sin encajar un gol.

Becerra detuvo un penalti, pero el gol de Mojica (23') acabó con 387 minutos de imbatibilidad.

El Valladolid se tranquilizó y el que tenía que mover ficha era el Girona, demasiado timorato en estos compases de partido. En el 27', Felipe intentó conectar un balón profundo para Sandaza pero el oportunismo de Leão evitó el posible empate. El propio delantero toledano lo intentó en el 33', pero su disparo mordido lo desvió Varas. Machín tuvo que dar entrada a Pablo Íñiguez por un lesionado Ramalho al filo del descanso.

Un guion distinto

Todo lo que no atacó el Girona en la primera mitad, lo hizo en los cinco minutos iniciales de la segunda, aunque no pudo decantar la balanza hacia un empate. Sandaza falló delante de Varas cuando lo tenía todo de cara tras una magistral jugada de Pere Pons (46'); el centrocampista tampoco tuvo el acierto necesario tras un pase de Felipe (49'), y éste último disparó con demasiada fuerza cuando se había zafado de un defensa (47'). 

Se encendieron las alarmas en el Nuevo José Zorrilla, que no se esperaba esta salida en tromba del conjunto catalán. Tuvo que apagar los ánimos visitantes Rubi, que dio entrada a Jeffren (61') por un desacertado Óscar Díaz para tener más presencia en ataque. El ex del Barcelona actuó como revulsivo y fue un quebradero de cabeza para la defensa del Girona. Suyo fue el gol de la tranquilidad en el minuto 82 (2-0), aunque cinco minutos después Juncà pusiera de nuevo los nervios en el feudo pucelano.

Antes, el hispano-venezolano ya mostró su carta de presentación y en el minuto 76 recibió un balón largo, aunque su disparo, tras una salida precipitada de Becerra, se estrelló en el palo. Con el tiempo a favor del Valladolid, Óscar conectó un preciso centro para Jeffren que esta vez no perdonó para anotar el 2 a 0 (82'). La grada suspiraba tranquila, pensando tener unos minutos finales plácidos, pero no iba a ser así porque el Girona no se rinde.

Recompensa demasiado tarde

Con más corazón que cabeza, el equipo de Machín no bajó los brazos y buscó desesperadamente un gol que le permitiera llegar con opciones hasta el final. Éste llegó por parte de Juncà, que dejó un centro chut que se coló en la portería con la colaboración de Javi Varas (87'). De nuevo volvieron a estar intranquilos en Pucela, que veían que otro gol gerundense les dejaba sin liderato. De hecho, Bordas tuvo en sus botas el empate tras un pase de Granell, pero su disparo se perdió cerca de la portería rival.

Perdió el liderato el conjunto de Machín, que sigue en posiciones de ascenso directo y el próximo sábado (Montilivi, 20:00h) volverá a vivir otro partidazo frente a Las Palmas, tercer clasificado. El nuevo líder, el flamante Valladolid de Rubi, deberá defender dicho honor el próximo sábado a las 16:00h en Miranda de Ebro.