Cero de nueve. Éste es el balance del conjunto de Pablo Machín ante tres de los equipos grandes de la Segunda División. Betis (1-3), Valladolid (2-1) y esta semana Las Palmas (1-2) doblegaron a un correoso equipo que nunca deja de luchar, por más adverso que esté el partido y al que, a juzgar por los resultados cosechados, es muy difícil batir.

Si fuera por lucha, por entrega, por garra, por coraje o por casta, hablaríamos de un balance completamente distinto ante estos 'cocos' de la Liga de Plata. Pero el presupuesto y sobre todo la efectividad han sido un arma letal para los intereses de los catalanes. En esta última entrega ante el conjunto canario, la falta de acierto en el penalti de Felipe Sanchón y los reflejos de Casto dilapidaron las opciones de empate de los gerundenses.

En media hora, todo resuelto

Pablo Machín dio entrada a David García y a Íñiguez por los lesionados Ramalho y Juncà. Paco Herrera, consciente de ello, decidió atacar por este flanco izquierdo -el derecho de su ataque- para hacer daño a su rival y, de hecho, así llegaron los dos tantos de Guzmán en menos de quince minutos. Ya en la segunda mitad, Coris relevó a David García, inoperante en defensa y algo más participativo en ataque, y mejoró las prestaciones de éste, pero ya era demasiado tarde.

Ninguno de los dos equipos procrastinó y buscó la victoria desde el pitido inicial. En el minuto 8, Guzmán recibió un pase de Araujo y, solo ante Becerra, cruzó el balón para que el meta barcelonés no pudiese llegar (0-1). Antes, el 0-0 inicial era un mero espejismo, especialmente tras el jugadón que se marcó Pere Pons en el segundo minuto de juego, en el que se zafó de cuatro rivales y cuando se plantó ante Casto cruzó demasiado el balón.

Tras el primer jarro de agua fría por parte de los insulares, el Girona reaccionó con celeridad. Cifuentes centró desde la derecha, Sandaza peinó al segundo palo y llegó David García, que con un zurdazo mandó el balón al poste, tras un paradón milagroso de Casto con la rodilla. Sin embargo, Las Palmas demostró que no vino a Montilivi a pasearse y, de nuevo, Guzmán recogió un balón profundo dentro del área para batir por bajo a Becerra (0-2, min. 15).

Ver para creer. Las ocasiones habían llegado a pares en ambas porterías, y lo justo hubiera sido un empate a dos, pero el marcador sólo reflejaba el 0-2 para los visitantes. Rápidamente se encargó el Girona de mover el marcador y marcar por decimosegunda jornada consecutiva, antes que los ánimos se enfriaran definitivamente. Felipe Sanchón aprovechó un buen balón en largo de David García, caracoleó dentro del área y batió con un tiro cruzado a Casto (1-2, min. 22).

Aunque con el gol podía llegar una buena dosis de moral para los locales, el conjunto de Paco Herrera siguió atacando por la banda derecha sin cesar. A pesar de ello, la última acción de la primera parte tuvo lugar por la banda izquierda y volvió a tener como protagonistas a Araujo y Guzmán. El primero rompió la zaga gerundense y dejó un balón franco para que el segundo rematara. Cuando la afición cantaba el tercer gol del ex jugador del Alavés, el balón encontró la oposición de un defensa (45'). Antes, Sandaza vio cómo el árbitro asistente le anulaba un gol por fuera de juego tras un pase de Cifuentes (41').

Entra Coris, mejora el Girona

En el intermedio, Machín sentó a David García, que además de haber visto una tarjeta amarilla sufrió un golpe en la cabeza, y dio entrada a Sebas Coris. El de Tossa de Mar cumplió e hizo lo que se le pidió, y además encaró con mucho más peligro a la defensa rival por la banda izquierda. Sin embargo, su participación no tuvo tanto protagonismo como la que tuvo Cifuentes, el otro carrilero.

El Girona salió del vestuario con ganas de voltear el marcador, y buena prueba de ello fue el fuerte disparo de Eloi, que atajó correctamente un atento Casto (47'). También se asociaron Coris y Felipe, aunque en la internada de éste último en el área, se encontró con la oposición de David García (54'). La grada local reclamó penalti -hubiera sido la segunda amarilla para el central amarillo-, pero el árbitro no vio nada sancionable. También podría haber sentenciado el conjunto insular en la salida de un córner, en la que Culio se quedó solo en el área y remató pero Becerra evitó la puntilla canaria (61'). 

Con Mata y a lo loco

El banquillo local empezó a moverse de forma arriesgada y el cuerpo técnico dio entrada a Mata por Granell (67'). El delantero madrileño formó la dupla con Sandaza, un tándem que fue habitual al principio de campeonato y que ha perdido su peso con el paso de las jornadas. Herrera también vio la jugada y el defensa Christian relevó al extremo Momo (72'). 

Al poco tiempo de ingresar al verde, Mata tuvo una gran ocasión de empatar tras un excelente centro de Eloi, pero se precipitó y disparó a las manos de Casto (73'). El mismo delantero fue el protagonista en una de las jugadas clave del partido. Cuando se disponía a rematar de cabeza tras un centro de Cifuentes, Ángel le empujó lo suficiente para que el árbitro viera un contacto para pitar penalti (78').

Del lanzamiento se encargó Felipe, pero lanzó al lado antinatural -él es zurdo y lo mandó a la derecha del portero- y Casto le adivinó las intenciones, por lo que el marcador no se movió. Con la entrada de Jandro por Lejeune y a la desesperada, el conjunto de Machín lo siguió intentando hasta el pitido final con varios centros que conectaran con la cabeza de Mata o Sandaza.

Los puntos, esta vez, se escaparon de Montilivi y recalaron en el nuevo líder de la Segunda División, Las Palmas. El cuadro insular deberá defender dicho honor ante el Mirandés el próximo sábado (18:30h). Por su lado, el Girona cayó hasta el cuarto lugar tras la victoria del Sporting (3-1) al Zaragoza e intentará enderezar el rumbo perdido el próximo sábado ante un recién ascendido, el Leganés (16:00h).