Sebas Coris (Tossa de Mar, 1993) es un chaval que cada vez que se viste con la elástica gerundense aporta algo distinto al equipo, y en un gran porcentaje, lo hace muy bien. En Sabadell, con 0-2 en el marcador y el conjunto arlequinado buscando recortar diferencias, Coris sustituyó al bigoleador Felipe en el minuto 77 y el asedio local se apagó por completo. Cuatro jugadas bastaron para que el canterano dejase su sello de calidad, en dos de las cuales estuvo a punto de marcar.

Pocos días antes, en el encuentro de Copa ante el Valladolid, el joven se hizo con el carril derecho, propiedad casi innegociable de Cifuentes. Fue el más activo de la escuadra gerundense, que protagonizó un partido bastante pobre, incapaz de rematar a puerta en los noventa minutos. El cuadro vallisoletano se hizo con el encuentro y la eliminatoria tras batir dos veces a Palatsí (2-0).

Este sábado, a Coris le tocó jugar de carrilero izquierdo, tras una primera parte muy discreta de David García. A él no le importa porque, lo sitúen donde lo sitúen, va a dejar una imagen muy notable. "He hecho lo que me dijo el entrenador, que controlase, que encarase y fuera hacia portería. Cierto es que podría haber participado más", resumió tras la derrota frente a Las Palmas (1-2).

En cuanto al encuentro, en el que Guzmán anotó un doblete en quince minutos, Coris cree que fue un partido atípico. "El 0-2 ha sido muy raro. De repente te encuentras por debajo en el marcador. El equipo ha tenido las ocasiones para empatar y ganar. Como mínimo se merecía un empate, pero no ha habido suerte", dijo el tosense, que cree que es una pena el frenazo que ha sufrido el Girona. "Es cierto que jugar bien y no ganar sabe muy mal", concluyó.