Cuando en el mes de junio del año pasado, tras la agónica y milagrosa salvación del Girona en la última jornada, empezaron a marcharse jugadores -Chando, Tato, Bruno Herrero, Jofre, Moisés Hurtado, Carmona, Migue, Matamala...- y la plantilla había quedado con 12 o 13 efectivos, nadie se esperaba llegar adonde está ahora el equipo. Cuando Oriol Alsina, por falta de entendimiento con el presidente Francesc Rebled, abandonó la nave albirroja al poco de firmar su contrato como director deportivo, nadie se esperaba llegar adonde está ahora el equipo.

Sin embargo, con la ayuda de Quique Cárcel en la parcela deportiva, el cuadro gerundense empezó a confeccionar una plantilla de garantías para no sufrir como pasó la temporada anterior. Las incorporaciones se fueron sucediendo para pulir un equipo que, como cada verano, sufriría un severo lavado de cara para intentar, de nuevo, mantener la categoría. La pretemporada fue inmaculada. Seis victorias en seis encuentros fue el bagaje de los de Machín, que poco a poco iban engrasando la máquina para la competición doméstica.

Los mismos puntos que Rubi. Las claves

La temporada 2012/2013 quedará gravada para siempre en la retina de los aficionados rojiblancos. Una temporada inmaculada, culminada con unos históricos playoffs contra Alcorcón y Almería, que finalmente se llevarían los andaluces gracias a los goles de Charles y las paradas de Esteban. En la primera vuelta ya se fraguó la excelente campaña con unos nada desdeñables 38 puntos. La cifra permitió a los de Rubi auparse hasta la segunda posición, que concedía el derecho a ascender de forma matemática, sólo superados por un Elche (45 puntos) que acabaría subiendo a la máxima categoría del fútbol español.

Felipe y Christian luchan un balón en el Girona - Almería del playoff de ascenso. | Foto: www.mundodeportivo.com.

En la actual campaña, el Girona ha cerrado la primera vuelta con los mismos puntos en la clasificación. Nada es fruto de la casualidad, ya que el guarismo de 38 puntos es totalmente merecido y cada vez menos anecdótico. Pero, ¿cuáles son las claves del éxito, hasta el momento, de los pupilos de Machín? ¿Qué ha permitido que los catalanes estén realizando una temporada de ensueño? En VAVEL.com intentaremos responder a estas dos preguntas a partir de diez causas:

  1. El aspecto psicológico. Cuando el técnico soriano llegó a Girona en el mes de marzo del año pasado, ejerció no sólo de entrenador sino también de psicólogo, haciendo ver a los jugadores que la salvación era posible. Finalmente, el cuadro gerundense tiró de épica para mantener la categoría, y la renovación para el entrenador fue automática. El hecho de haber empezado desde cero ya es un punto a favor porque Machín conocía la ciudad y la plantilla. Además, el equipo ha tenido varias rachas muy buenas a lo largo de esta primera vuelta, y a veces el fútbol se basa en las dinámicas, que en Girona han sido, por lo general, muy positivas.
  2. El sistema de juego. Ya sorprendió Machín el año pasado introduciendo el 3-5-2 con el que el conjunto catalán está acostumbrado a jugar. Dos carrileros en ambas bandas, tres centrales, tres centrocampistas y dos delanteros. La disposición es poco habitual y ha sorprendido a muchos de los rivales a los que se ha enfrentado. El gran estado de forma de Juncà -hasta antes de la lesión que le mantiene apartado de los terrenos de juego desde el mes de noviembre- y la intensidad y garra de Cifuentes ayudan a que este sistema sea todavía más fiable. Atrás, la velocidad de Ramalho, la colocación y el liderazgo de Richy y el juego por alto y buen control con los pies de Lejeune evitan que se concedan facilidades al rival en la zona de tres cuartos hacia arriba.
  3. La irrupción de los gerundenses. El Girona ha intentado siempre, cuanto más cuanto menos, tener a jugadores de la casa en su plantilla. Normal y lógica es la apuesta por el plantel, aunque los jugadores salen con cuentagotas. Esta temporada, el cuadro gerundense tiene en sus filas a seis hombres de la provincia -Granell, Eloi, Juncà, Carles Mas, Pere Pons y Coris-, de los cuales tienen ficha del primer equipo los tres primeros.
    Granell ha vuelto al equipo del que tuvo que irse cuando era cadete y, tras un paso por el Banyoles, Manlleu, el Llagostera (en dos etapas), el Olot, el Cádiz y el Prat, se ha hecho en el Girona con la titularidad de forma indiscutible. Su gran visión del juego y dos goles para enmarcar son, por ahora, el gran sello del mediocentro.
    Eloi ha perdido algo de protagonismo. A la pubalgia del principio de curso se le han sumado cuatro suplencias consecutivas tras una amarilla ante el Recreativo. Los choques frente a Osasuna, Barcelona B, Zaragoza y Alavés los vio como uno espectador más. Tampoco ha anotado ningún gol -el año pasado hizo cuatro dianas-, aunque sigue luchando cada balón como si fuera el último.
    Juncà es una incógnita. A las noticias que llegan de su posible salida -en el mercado de invierno o a final de temporada- se le ha acumulado una inoportuna lesión que le ha dejado durante todo el noviembre -a excepción del primer partido del mes, ante el Valladolid, en el que anotó el gol del honor (2-1)-, el diciembre y lo que llevamos de enero sin jugar. Su gran rendimiento en la banda izquierda quedó apagado cuando empezó a sentir unas molestias musculares tras este encuentro en Pucela, y el equipo se ha resentido en cuanto a juego y resultados.
    Juncà, en una acción del Jaén - Girona del año pasado, no juega desde el mes de noviembre por unas molestias musculares en el muslo. | Foto: LFP.es.
    Carles Mas ha tenido una presencia testimonial. El bañolense sólo ha disputado tres partidos como titular esta temporada -Betis, Zaragoza y Alavés- y ha mostrado una buena versión.
    Pere Pons es la gran sorpresa y una de las grandes noticias de esta primera vuelta. Es muy atrevido y su rendimiento es espectacular, tanto en defensa como en organización del juego. En ocasiones deja detalles de calidad individual y eslálons difíciles de superar.
    Sebas Coris ha tenido presencia en el equipo en la misma proporción en la que Juncà la ha perdido. Originariamente atacante, Machín lo ha reconvertido para que ocupe la posición que el lateral de Riumors dejó vacante. Su adaptación al equipo es difícil y se cansa más rápidamente, por lo que suele ser el primer sustituido en cada partido. Sin embargo, sus detalles de calidad y su seguridad con el balón en los pies auguran un gran futuro al tosense.
  4. Un arranque demoledor. El Girona de Machín consiguió lo que nunca había conseguido ningún entrenador en la ciudad catalana: que el equipo sumara los nueve primeros puntos en los tres partidos iniciales de la liga. Racing (1-0), Alcorcón (1-2) y Tenerife (3-0) fueron las víctimas del ciclón catalán. Tras este inicio fulgurante, Sporting (1-1), Betis (1-3) y Numancia (2-2) frenaron el avance del conjunto albirrojo, aunque siguió demostrando mucha fiabilidad y ser un hueso duro de roer.
  5. El acierto en ataque. En verano Mata y Sandaza llegaron con el objetivo de sustituir a la pareja de ataque que acabó la temporada pasada, Tato y Ortuño. Bordas se mantuvo, pero lejos de tener el protagonismo que tuvo -fue el pichichi junto al jugador del Granada (cedido ahora a Las Palmas) con nueve goles-, está condenado al ostracismo dado que sólo ha disputado 51 minutos con la elástica rojiblanca.
    Los dos gigantes ofensivos están dando mucho gol al Girona. Concretamente, 31 dianas, sólo superadas por las 40 de Las Palmas, las 34 del Zaragoza e igualadas con Betis, Ponferradina y Numancia. Cuando juegan juntos, Machín suele retrasar la posición de Felipe Sanchón o introduce a Eloi en el centro del campo, mientras que si lo hace uno de ellos, el propio Felipe lo acompaña como pareja atacante. El barcelonés lleva nueve tantos, Sandaza lleva siete y Mata, cuatro. En total, más de la mitad de los goles gerundenses.
    Felipe Sanchón -nueve goles- y Sandaza -siete-, flanqueados por Cifuentes y Lejeune, celebran un gol. | Foto: www.marca.com.
  6. La efectividad o la practicidad. A falta de buen juego, se tira de eficacia. En más de una y dos ocasiones lo ha llevado a cabo el Girona, explotando al máximo sus virtudes, tanto ofensivas como defensivas. Ante el Sabadell, el Albacete, el Leganés o esta semana frente al Lugo el equipo ha aprovechado sus bazas ofensivas y ha sabido gestionar el resultado con una gran defensa.
  7. Ser el mejor visitante. O haber conseguido 21 puntos de 33 posibles lejos de Montilivi. Una bestialidad. Mejor que en casa. Sólo ha cedido tres empates -Sporting, Numancia y Osasuna- y dos derrotas -Valladolid y Zaragoza-, ambas por la mínima (2-1). Ya ha derrotado a seis rivales a domicilio, los mismos que derrotó, también a domicilio, en toda la campaña 2012/2013. El Girona de Rubi fue más solvente en casa -22 puntos- que lejos de ella -16 puntos-, tendencia contraria a lo que sucede hoy -en Montilivi el cuadro catalán ha sacado 17 puntos-.
  8. La fiabilidad defensiva. Al final de la primera vuelta, el Girona de Rubi había encajado 21 goles, por 19 el actual. Como hemos apuntado, el cambio de sistema y el acierto en las líneas de atrás han permitido que el equipo gerundense sea el tercero menos goleado, sólo por detrás de Sporting (17) y Valladolid (16). Además, las paradas de uno de los porteros de la categoría, Becerra, han salvado más de un punto a su equipo.
  9. El poder del grupo. El técnico soriano confía mucho en un bloque que le está dando grandes resultados, aunque también es cierto que se 'olvida' de casi una docena de jugadores que tiene a su disposición. Las alineaciones son recitadas de memoria por los aficionados gerundenses, lo que significa que los jugadores que están en el césped están ofreciendo un gran rendimiento.
  10. El fondo de armario. Que haya jugadores que Machín utilice poco, o muy poco, no significa que éstos no existan. Y varios tienen experiencia contrastada en el mundo del fútbol. Íñiguez, Carles Mas, Aday, Jandro o David García -éstos dos últimos tuvieron minutos en Lugo- tienen apariciones más o menos regulares. Aday marcó un golazo frente a la Ponferradina y Jandro salvó los muebles en Soria con un cabezazo en las postrimerías del encuentro. Otros, como Cristian Gómez, Christian Alfonso, Juanlu o Bordas apenas cuentan para el numantino. Sería conveniente, a pesar de los buenos resultados que ofrecen los titulares, que los menos habituales contaran con la confianza del míster ya que la temporada es larga y siempre está bien que haya competencia en todas las posiciones.

Con todo, el cuadro catalán continúa pensando en el objetivo prioritario, que no es otro que la salvación, cifrada en, aproximadamente, 50 puntos. Cuatro victorias necesitan los de Machín para certificar una temporada más -y sería la octava- su presencia en el segundo escalón del fútbol español. Pero, dados los números y las sensaciones que ofrece el equipo, a nadie se le escapa que es goloso seguir luchando para llegar a cotas más altas. La segunda vuelta empezará el próximo fin de semana. A partir de ahí, 21 partidos para ver si el Girona es capaz de, al menos, igualar lo que hizo Rubi hace dos años, o si por el contrario, se deshincha por el camino.