Penalti convertido es sinónimo de victoria

El lanzamiento de penaltis es un factor determinante en el fútbol, aunque convertirlos no siempre es fácil. Depende de la calidad del lanzador, el azar, el portero que se tenga delante, el aspecto psicológico, la presión... El Girona ha tirado seis penas máximas durante el presente curso, las más recientes, bastante rigurosas, frente al CD Numancia este pasado fin de semana, que le dieron la victoria (2-1). Eran los dos primeros penaltis que no lanzaba Felipe Sanchón, que es quien los ejecuta si está en el campo.

Felipe ha convertido la mitad (2/4) de los penaltis que ha lanzado.

De hecho, los cuatro primeros fueron señalados entre la tercera jornada y la duodécima. Felipe convirtió la mitad de los tiros desde los once metros. En concreto, en el minuto 65 del partido entre el Girona y el Tenerife, el ariete barcelonés colocó el segundo gol del partido en el electrónico con una pena máxima. Los catalanes ganarían el encuentro por 2 a 0. Una semana después, el mismo Felipe fallaría un claro penalti cometido sobre Juncà, contra el Sporting. Colocó demasiado el balón y éste se marchó fuera (11'). El Girona acabaría empatando 'in extremis' (1-1) con un gol, precisamente, de Juncà (93').

Ya en la jornada 10, en el partido entre el Girona y el Mirandés, el meta visitante Razak cometió penalti y fue expulsado en una jugada que condicionó el partido. La pena máxima fue convertida por Felipe en el minuto 21 y los de Machín acabarían ganando por 3 a 0. Dos semanas más tarde, el cuadro catalán volvería a tener otra oportunidad desde los once metros (79'). En esta ocasión, Las Palmas vencía en Montilivi por 1 a 2 y Felipe tenía la oportunidad de empatar el partido, aunque Casto, que ya detuvo un penalti a Timor la pasada temporada vistiendo la zamarra del Murcia, adivinó sus intenciones y los tres puntos volaron a Canarias.

Y no fue hasta esta última jornada 27 que el Girona no había lanzado más penaltis. Dado que el ex jugador del Hércules no estaba en el campo porque se recupera de unas molestias musculares, fueron Granell y Sandaza los que se encargaron de transformarlos. El cuadro gerundense venció en el encuentro por 2 a 1, lo que reafirma esta teoría de que los penaltis transformados se convierten en victorias para los catalanes.

Por otro lado, a Isaac Becerra le han lanzado sólo dos penaltis en estas 27 jornadas, lo que denota una gran capacidad defensiva de todo el bloque rojiblanco, que ha permitido únicamente 22 goles en contra. Una barbaridad. El primer penalti fue en la jornada 11, contra el Real Valladolid. Óscar Díaz lanzó a su derecha pero Becerra, con la ayuda del palo, adivinó la trayectoria del balón. Sin embargo, los de Machín acabarían sucumbiendo en Pucela por 2 a 1. También se dio el mismo resultado en Zaragoza en la jornada 17, aunque en este caso Borja Bastón transformó la pena máxima tras un inocente agarrón de Ramalho.