Parecía que el término rival directo, era digno de fobia para los hombres de Pablo Machín. Varios encuentros ya con ellos, y ni un triunfo. Puede que fuese la motivación de los mismos jugadores, o la magia del fugaz eclipse lunar que ocurriría por la noche, pero el Girona destrozó por fin al cuadro pucelano. Después de ser vencido en Copa y en la ida de Liga, el cuadro gerundense sentenció un 2-1 con mucha intensidad, fuerza, ambición y sobre todo con buen fútbol y hambre de gol.

El Girona arrolló claramente al Valladolid del ex técnico rojiblanco Rubi, que no demostró ser el que era en el césped de Montilivi. De hecho, los albivioleta sólo hicieron daño al conjunto catalán, en los últimos 15 minutos de la primera mitad. Pero el global se lo llevó el Girona, que tuvo un dominio clamoroso del juego, y no dejó tocar balón al rival, que en 25 minutos jugados, pudo ejecutar fácilmente a su contrincante.

El público estuvo enorme, sobre todo con los tantos, y aún más con el gol de volea de Eloi Amagat, que estalló de emoción después de ver que la victoria ante su máximo rival era posible. El 2-1 redondeó un gran partido y reivindicó el Girona como candidato, ya de pleno derecho, al ascenso directo a la categoría reina. 

David contra Goliat 

El Girona, uno de los clubes más humildes de segunda, pudo destrozar a un claro candidato desde inicios de esta campaña a volver a su primera división. El conjunto gerundense saltó al campo con la idea de coger el timón desde el inicio y ahogar a un rival que venía a por los tres puntos. Para descolocar a los visitantes, la defensa se situó muy adelantada, y la presión fue enorme. El Valladolid no se podía creer su falta de creación en el campo, y cuando mejor estaba el Girona, Aday – minuto nueve de partido–, con una gran jugada individual, disparó con un disparo a la portería de Javi Varas, que no pudo hacer nada para salvar el 1-0. Después del gol, se aparecieron los fantasmas del pasado a Rubi, y a toda su cuadrilla que hacía tres partidos seguidos que no puntuaban lejos del José Zorrilla.

Poco después pudo llegar la casi sentencia, pero el árbitro –minuto 14– anuló el 2-0 de Mata por un fuera de juego muy, pero que  muy dudoso tras una precisa asistencia de Pere Pons, que como cada semana estuvo omnipresente en el medio del campo. A esta ocasión, tenemos que añadir la doble de Aday y Richy –minuto 22– que enviaron dos remates seguidos al larguero. Como el ave fénix, el Girona, resurgió de sus cenizas, y volvió a dar un baño impresionante en Montilivi. El Valladolid parecía pedir ya la hora e irse a casa para evitar la deshonra. Mojica –minuto 23– salvó al límite una vaselina de Eloi Amagat que ya había superado Javi Varas. Además, el árbitro –muy poco imparcial y muy tajante con el cuadro gerundense–, tampoco vio unas manos dentro del área rojiblanca de Samuel.

Ya lo dicen, cuando perdonas, al final lo pagas, y así fue. Mojica y Hernán Pérez tuvieron a sus manos, las primeras ocasiones del cuadro visitante, llegadas principalmente por banda izquierda. El segundo con una gran acción individual, acabó con un penalti clamoroso de Ramalho, y la transformación y empate en el marcador de De Melo

El apoteosis final 

Parecía que con el empate y la mejora del estado de forma del cuadro pucelano, la segunda mitad sería un desastre y sobre todo con mucho sufrimiento. El Girona, pero, sabe ser el mejor en las grandes ocasiones, y es un equipo que nos ha dado muchas alegrías. Los de Pablo Machín salieron de nuevo a torturar a su rival. De nuevo el Girona llevó las riendas, y el Valladolid tuvo que someterse al gran juego de su rival. Además, el conjunto de Rubi no supo conectarse con sus grandes artilleros, que estuvieron descolocados, incluso Roger que volvió a tocar el césped.

El juego era clave, aunque no fueron las mismas ocasiones, la posesión del balón era enorme para el Girona. La zaga estuvo al 100%, y la comunicación con el mediocampo era extraordinaria. La magia en las botas Pere Pons, Granell y Eloi Amagat era digna de los dioses del futbol. Felipe Sanchón fue sustituido por Sebas Coris, que aportó como siempre, un gran desequilibrio.

El 2-1 se estaba cocinado, hasta que llegó el córner celestial. El balón parecía atraído por la bota derecha de Eloi, que remato de volea el tanto de la victoria -minuto 73 de juego-. Después del gol, Rubi sin ninguna otra opción, cargó aún más pólvora con el ex blaugrana Jeffren y Óscar, pero el técnico soriano también sacó su último as de la manga, Gerard Bordas, que aunque no sea un habitual tuvo dos opciones claras a sus pies. Rovirola, debutó por fin en partido oficial, premio merecido por un gran diamante en bruto, que se consagra como aspirante al primer equipo.