Como es de costumbre, Pablo Machín mostró su tono tranquilo, aunque elogió a su equipo como nunca. Por cómo jugó su equipo, con ambición, con las ganas de ganar desde el minuto uno hasta el 94, y por el resultado, que incluyó una remontada y, por tanto, se mantienen intactas las opciones de subir. "Hemos demostrado que somos un superequipo. Un equipo con mayúsculas", decía, exultante.

"Teníamos las ideas muy claras desde el principio y hemos sido fieles a lo que buscábamos", declaraba Machín tras el encuentro. A pesar de verse por detrás en el marcador por una parábola imparable de Sandro en el minuto 6, el conjunto de Montilivi supo sobreponerse a la adversidad. "Hemos demostrado que somos capaces de todo y que creemos en nosotros mismos. Ha sido un jarro de agua fría, pero también teníamos muchos minutos para subsanar nuestro error. Sabía que tendríamos muchas ocasiones para ganar el partido", admitió el técnico de Gómara.

El entrenador se refirió también al gol de Cifuentes, con el que culminaba el partido con el 2 a 4 definitivo. "Este gol ha resumido lo que es este equipo y sus valores. La ambición de llegar al último minuto con fuerzas para seguir buscando el gol", decía un Machín que justificó su decisión de alinear a Mata Sandaza, en detrimento de Felipe. "Somos superiores al Barça B en el aspecto físico de los delanteros respecto a sus centrales. Queríamos tener más presencia arriba con el juego aéreo y desgastarlos físicamente".

Su discurso no dejó de ser prudente, especialmente cuando fue cuestionado por las opciones de ascender a Primera División. "Todavía quedan cinco partidos de liga, aunque hemos demostrado que somos capaces de ganar a cualquier rival si hacemos las cosas bien", admitía, a la vez que dijo que lo que más le preocupaba era "poder recuperar los tigres (refiriéndose a sus jugadores) que se han dejado el alma en el campo".

Finalmente, igualmente como con sus jugadores, también tuvo palabras de agradecimiento a los cerca de 1.500 aficionados que se acercaron al Miniestadi a ver al Girona. "Me encanta ver cómo este equipo arrastra tanta gente. Es muy difícil que una ciudad como Girona, a la que históricamente le cuesta estar con su equipo de fútbol y lo está más con el Barça, lleve más de mil personas. Se han ido orgullosos del esfuerzo de los jugadores y eso es muy importante", zanjó.