Cada día es más real. El sueño de Primera se va acercando. Otro paso más. Y van... El Girona tampoco defraudó en la tarde de ayer y consiguió derrotar a los vecinos de Llagostera, que hicieron sufrir de lo lindo al conjunto de Montilivi. Un solitario tanto de Fran Sandaza, uno de los artífices de la brillante temporada del cuadro gerundense, tumbó una barrera llamada René, que hasta entonces había protagonizado toda una exhibición con paradas de mucho mérito.

Lejeune, la gran novedad

Machín sorprendió a conocidos y extraños con la inclusión de Florian Lejeune en el once inicial. El central francés, que había sido operado el martes de una fractura de cúbito que se produjo en el partido contra el Zaragoza, volvió al eje de la zaga (mermada por la baja de Jonás Ramalho, que estará unos seis meses de baja), gracias a una tarea encomiable por parte de los fisioterapeutas y médicos del club, que permitieron que el galo se recuperara mucho antes de lo previsto.

Este factor sorpresa ya fue un punto a favor del conjunto rojiblanco, que salió desde el principio a por el partido, consciente que el Llagostera no le pondría las cosas nada fáciles -por alguna razón encadenó 15 partidos sin perder-. El equipo dirigido por Lluís Carrillo y Oriol Alsina, tras caer en la jornada intersemanal ante el Albacete por 2-3, puso toda la carne en el asador, con Aimar en el centro de la defensa como gran novedad.

El derbi gerundense empezó trepidante, como no podía ser de otra forma. Sin haber un dominador claro en el control del esférico, Sandaza mostró sus credenciales y, en el minuto 8, ya estrelló un raso y potente disparo a la base del palo derecho de la portería defendida por René, que haría gala de sus reflejos durante la mayor parte del encuentro. Aimar respondería con un cabezazo que tocó la red de Becerra por la parte superior (12').

Heroico René

A pesar de intentarlo por medio de la estrategia, en la UE Llagostera emergió la figura del gaditano René, que se erigió como el salvador de su equipo hasta que Sandaza no demostró lo contrario. El cuadro de Machín empezó a apretar el acelerador y a poner cerco sobre el arco visitante, aunque una y otra vez aparecía la figura del portero andaluz. Primero lo intentó Eloi con un disparo colocado que acabó en córner (22').

Granell, en dos ocasiones, Juncà y Cifuentes también pusieron a prueba la calidad del cancerbero del conjunto azulgrana, pero una y otra vez estaba seguro y, en caso de tener problemas, enviaba el balón a córner. El Girona, que intentó una y otra vez adelantarse en el marcador antes del descanso, vio cómo en el intermedio el marcador seguía reflejando el 0 a 0 inicial y que debería seguir insistiendo para lograr el premio del gol.

En la reanudación, el cuadro visitante dio un paso adelante y en dos jugadas de estrategia podía haberse adelantado en el marcador. Sandaza (49') tuvo que despejar a saque de esquina un balón que se iba envenenando, y Juanjo (50') cabeceó muy cerca de la escuadra izquierda del marco de Becerra. A pesar de estas dos aproximaciones, el cuadro local volvió a vestir el traje de trabajo y puso otra marcha en el ritmo del encuentro.

Sandaza remató a las nubes con todo a favor (51'), antes que la polémica estuviera servida en Montilivi por una caída de Mata dentro del área cuando ya había regateado a René. El árbitro, sin embargo, le amonestó por haber simulado el penalti. Los ánimos se fueron caldeando y el público empezaba a impacientarse, a pesar de que quedaba más de media hora de juego. 

Decide Sandaza

El Girona seguía a lo suyo a pesar que el esfuerzo físico empezaba a notarse en los jugadores. Mata, solo delante de René, mandó arriba (70') antes que el meta gaditano volviera a realizar una parada espectacular tras un disparo de rosca de Felipe, que había ingresado por Eloi (74'). En el saque de esquina posterior, una jugada embarullada dentro del área acabó con un disparo colocado de Sandaza, en el que nada pudo hacer René (1-0, min. 75).

El Llagostera no estaba dispuesto a bajar los brazos y Enric Pi, un defensa, entró para atacar junto a Arturo y Juanjo. El Girona aguantó las embestidas del rival, que empujó con más corazón que razón aunque lo intentó hasta el pitido final, y se llevó los tres puntos que le acercan un poco más al sueño de subir a Primera. El cuadro azulgrana, por su parte, se despide de la posibilidad de jugar el 'playoff', pero nada quita el temporadón que ha hecho. En 'can Girona' tienen muy claro que los sueños a veces se convierten en realidad, y éste está a punto de serlo.