El Girona volvió a sortear, no sin poco sufrimiento, la penúltima 'piedra' del camino para hacer historia y conseguir el ansiado ascenso a Primera División. No obstante, el Mallorca del 'Nanu' Soler, bien posicionado sobre el terreno de juego, dominó varias facetas del encuentro y tuvo varias ocasiones para adelantarse en el marcador, sobre todo en la primera mitad, pero el único gol llegó en los compases finales del encuentro y con signo visitante.

Homenaje a Pep Lluís Martí

En los prolegómenos del encuentro, el Mallorca organizó un sentido homenaje a su capitán, Pep Lluís Martí, que se despedía de su afición en el Iberostar Estadi, ya que el jugador de 40 años no seguirá el próximo año en las filas del conjunto balear. El club le entregó una placa como reconocimiento a su larga trayectoria profesional y su ardua dedicación al club.

Dominio local

El partido no empezó con demasiada intensidad y no se registró una aproximación en el área rival de alguno de los dos equipos hasta el minuto 8', en una acción en que Fran Sandaza caía dos veces en el área local, reclamando la pena máxima, pero el colegiado no vio nada punible en esa acción. Sin embargo, previamente no dudó en mostrar la cartulina amarilla a Joselu para impedir el servicio de una falta, en el minuto dos de partido.

Rápidamente el Mallorca se hizo con el control del esférico y, con una presión muy arriba, dificultaba la salida del balón del equipo catalán. La primera ocasión clara para el conjunto balear no tardó en llegar cuando, en el minuto 16, un pase en profundidad de Xisco dejaba a Brandon solo ante Becerra y éste último atajaba el balón, evitando el primer gol del partido.  Ocho minutos más tarde, otro gran pase de Xisco provocaba la salida en falso de Becerra y a punto estuvo Bigas de aprovecharlo, pero su vaselina salió fuera por poco. Avisaba el Mallorca que, pese a no jugarse nada, quería ir a por el partido y así conseguir la victoria ante su afición.

El equipo balear seguía dominando el partido, con posesiones largas, mientras que el Girona lo intentaba con internadas por las bandas. Sin embargo, ninguno de los dos equipos era capaz de volver a acercarse con peligro a las áreas rivales. En el minuto 39, Richy probó fortuna con un tiro libre directo, pero el balón se fue, por poco, por encima del larguero. Con poco más se llegaba al final de los primeros cuarenta y cinco minutos, una parte poco atractiva que activaba la preocupación de los seguidores gerundenses, pues su equipo no estaba jugando bien y el Sporting ganaba con solvencia al Sabadell (2-0).

Se reanudaba el partido y apenas dos minutos necesitó el Mallorca para volver a inquietar la portería visitante. Un potente disparo de Martí, desde más allá de la frontal, obligaba al meta barcelonés a enviar el balón a córner con una magnífica intervención. Otra vez más, Becerra salvaba al Girona. Sin embargo, iban pasando los minutos y parecía que el Girona despertaba, pues el control del esférico empezaba a ser para los visitantes.

Síntomas de la resurrección gerundense fue la jugada de Juncà (62'), que sorprendió al conjunto balear con un quiebro y un disparo que salió rozando el palo izquierdo de la portería defendida por Miño. Avisaba el Girona que, conocedor del resultado provisional del partido del Sporting - Sabadell (2-0), necesitaba ganar si no quería ver peligrar la segunda posición, plaza que daría derecho a disputar la Primera División la siguiente temporada.

Pablo Machín, el entrenador del Girona, decidió realizar una doble sustitución y dar entrada a Felipe Sanchón y Aday (65'), en lugar de Eloi Amagat y Juncà, con el fin de intentar sorprender al cuadro balear y llevarse los tres puntos. Tres minutos más tarde, el 'Nanu' Soler también decidió mover ficha y entró Cedric por Joselu. El Girona se encontraba cada vez más cómodo en el verde del Iberostar Estadi y, prueba de ello, fue la magnífica combinación entre Àlex Granell y Cifuentes que acabó con el disparo del andaluz lamiendo el palo largo de Miño (71').

El Girona pudo con todo

Cuando mejor parecía estar el Girona sobre el terreno de juego, el conjunto gerundense recibía un jarro de agua fría tras sufrir la segunda amonestación de Carles Mas, que dejaba a su equipo con un hombre menos a veinte minutos del pitido final. Muy cuesta arriba se ponía el partido pero, cuando un equipo está tocado con una barita mágica, todo es posible. Corría el minuto 76 cuando Fran Sandaza y Jaime Mata se inventaron una magnífica pared que el toledano aprovechaba para batir por abajo al guardameta Miño. Estallaba la euforia en el lado visitante al conseguir lo que parecía imposible, adelantarse en el marcador en el último cuarto de hora de partido y con un hombre menos.

Sin embargo, el partido no estaba para nada decantado hacia el lado visitante, pues el gol no había tumbado al Mallorca. Aprovechando su superioridad numérica, el conjunto insular se fue arriba con la intención de salvar algún punto en el último partido de la temporada en su feudo. No obstante, nada pudieron hacer para penetrar la portería del meta Becerra. En los últimos minutos del encuentro, Richy vio la segunda amarilla y fue expulsado del choque. Este hecho no cambió nada en el resultado del partido, pero si será una baja muy sensible para disputar el último y decisivo encuentro de la temporada.

A 90 minutos del ascenso

Con la victoria de ayer, el conjunto de Pablo Machín seguirá una semana más en la segunda posición, con 81 puntos, y mantiene la ventaja de dos puntos sobre el tercer clasificado, el Sporting. La Primera División cada vez parece menos utópica para el Girona y su ciudad, pues dependen de si mismos para conseguir el ascenso directo en la última jornada liguera, en casa y ante el Lugo.