El empate de la semana pasada en Montilivi frente al Llagostera en un derbi muy igualado tenía que ser la estela para que los jugadores del conjunto blanc-i-vermell pusieran más ímpetu y ganas para conseguir esta semana la victoria y seguir escalando en la tabla clasificatoria de la Liga Adelante. Pese a solo buscar la victoria el cuadro de Pablo Machín tropezó de nuevo a domicilio. El conjunto catalán que visitaba esta jornada el Mirandés en Anduva con la intención de conseguir otros tres puntos, pero los locales heridos después del 3 a 0 frente al Tenerife quería igual la victoria.

Pareció que la derrota les dio alas al conjunto burgalés con un gran domino del partido y dejando a un Girona casi con ninguna posibilidad de meter gol. Las numerosas ocasiones del conjunto local podrían haber agrandado el marcador, pero la mala suerte, las paradas de Becerra y algunas jugadas lucidas in extremis de la zaga, impidieron que el Mirandés pudiese marcar más de un gol. Por otra parte, el conjunto gerundense también tuvo oportunidad de anotar y minutos donde el dominio era claro para los catalanes, pero la valentía y el gran coraje del cuadro de Miranda de Ebro dejó sin opciones a un Girona muy tímido en ataque.  

Un enorme Mirandés amo y señor del partido

El encuentro empezó con mucho tanteo por ambos equipos. Las jugadas y las llegadas a portería contraria eran constantes. La primera la tuvo el Girona FC en un tiro de falta de Granell, donde Kiko Olivas se estiró para poder rematar el balón, pero su trayectoria era demasiado larga y se quedó sin opción de gol, además que el zaguero se encontraba en posición de fuera de juego. En el minuto 12 de partido ​un lanzamiento directo de ​Alex García ​se estrelló en el poste de la portería que defendía el meta Isaac Becerra, pero la jugada continuó y gracias a la zaga se pudo sacar el balón antes que entrara dentro del arco. El Mirandés aprovechó su buen momento sobre todo en las jugadas a balón parado.

Una nueva ocasión –minuto 35–para los locales a las botas de Lago Junior después de una magnifica jugada individual de Ion Vélez. Poco después otra vez Lago Junior buscaba el primero del partido pero se quedó sin ángulo para el disparo. En definitiva el Girona sufrió ante los ocasiones del conjunto local que minuto a minuto iban creciendo y con más peligro. En los últimos minutos de la primera mitad el Girona se veía superado en juego para el conjunto local que buscaba agujerear por primera vez la portería rival. Primera mitad sin goles pero con un Mirandés superior al conjunto catalán, con mucho juego directo y verticalidad que dieron alas a los locales para poder marcar gol y dominar el encuentro. 

Se confirma el guión

La segunda mitad empezó con la misma tónica que la del primer tiempo. Un Mirandés muy motivado y descarado en ataque seguía desatando su destreza en el césped de Anduva a base de ocasiones con mucho peligro que minimizaban aún más al cuadro catalán. Pese a eso los visitantes se pusieron manos a la obra y consiguieron generar jugadas que podían haber terminado en gol. Jairo, en el 46 de juego, puso un centro al área local pero con la mala suerte que nadie pudo sacar provecho de una gran jugada del ariete blanc-i-vermell. Poco después era Clerc que desde banda izquierda se acercaba a la portería burgalesa. Al igual contestaba el Mirandés con jugadas clave para decantar el partido, Ion Vélez, en el 61, asistió a Néstor ​quien, solo desde dentro del área pequeña, mandó su lanzamiento por encima del travesaño.

Después de una oleada de jugadas locales el Girona tuvo su momento de gloria sobre todo después de la entrada de Felipe Sanchón. El mismo inició una gran jugada –minuto 71– pero el remate posterior de Jairo acabó en un disparo muy desviado. Después de un momento de gloria donde el cuadro gerundense pudo poner el 0-1 en el marcador, volvió el tsunami de futbol local. Así fue el tanteo del Mirandés hasta que anotó el gol de la victoria. En el minuto 80 de partido, un saque de esquina bastó para que Alex Ortiz ​se adelantara a Lejeune ​y rematase el balón sin que el arquero visitante, Isaac Becerra pudiese evitar el gol local. Con el 1-0 en el luminoso poco pudo hacer después el Girona que se queda una semana más sin la victoria y rozando los puestos de descenso a Segunda B