Cuando el mes de junio de 2013 gerundenses y almerienses estaban luchando por una plaza en Primera División, difícilmente podrían pensar que dos años y cuatro meses después se encontrarían en la situación actual. Y precisamente quien acabó ascendiendo a la máxima categoría, el Almería, ve su nombre en la clasificación teñido de rojo, símbolo inequívoco de que las cosas no van bien. No mucho mejor está el Girona, que es decimoséptimo.

Durante muchos meses, el enfrentamiento en el último 'playoff' frente a los andaluces marcó a buena parte de la parroquia local, quienes se lamentaban de la oportunidad perdida en aquella fatídica eliminatoria, que acabó con un global de 4-0 para el equipo que dirigía entonces Javi Gracia. Sin embargo, la crueldad se cebó con el cuadro catalán este pasado mes de junio, cuando vivió dos episodios que costará, y mucho, olvidar: el palo ante el Lugo y siete días después frente al Zaragoza.

Por ello, y por la situación que atraviesan ambos en liga, donde han conseguido ocho y siete puntos, respectivamente, hace que la sed de venganza gerundense sea muy relativa. Además, pocos jugadores quedan en ambas plantillas de aquella temporada y en los banquillos también ha habido cambios. Sin ir más lejos, el almeriense ha cambiado de inquilino esta misma semana, al prescindir de Sergi Barjuan tras el empate frente al Tenerife (2-2). Su lugar lo ocupará el hasta entonces entrenador del filial Miguel Rivera.

El Almería, a cambiar de rumbo

Los equipos que descienden de categoría se convierten en, casi de forma automática, candidatos a recuperar de nuevo la plaza perdida. No lo es menos el Almería, que tiene el mayor presupuesto de Segunda División para confeccionar la plantilla, cuenta con jugadores contrastados y muchos exjugadores de Primera División, y sin embargo no acaba de carburar en el arranque de esta temporada en la categoría de plata.

Así lo constatan, por ejemplo, los 14 goles encajados en los siete partidos. De hecho, el cuadro almeriense ha sido incapaz de dejar la portería a cero en lo que se lleva de campaña. Tampoco ha podido arañar ningún punto cuando ha jugado lejos del Estadio de los Juegos Mediterráneos (3-2 en Zaragoza, 1-0 en Lugo y 3-0 en Albacete). Y la crisis de juego y de resultados también se tradujo en un mal ambiente a nivel interno, dado que el vestuario no está excesivamente unido.

Los andaluces adolecen en casi todas las líneas. A los errores defensivos impropios de un equipo de Segunda y de la categoría del Almería, entre los cuales destacan las acciones a balón parado y el desorden entre los zagueros, se le suma también la falta de pegada arriba. La incapacidad de cerrar los partidos y el hecho que no funcionen jugadores como Montoro o Eldin, que generaron muchas expectativas en pretemporada pero no están dando el rendimiento esperado, generan una desconfianza en la parroquia almeriense.

Con la llegada de Miguel Rivera, se intentará cambiar o corregir todo ello. Además de elogiar a su próximo rival, el Girona, y en especial a Pere Pons, a quien considera "un jugador extraordinario", el hasta ahora técnico del filial insistió en la necesidad de mejorar en tareas defensivas. "Hay que recuperar el orden e implicarse más cuando el equipo no tiene la pelota", reconoció.

El Girona necesita vencer en casa

Para recordar una victoria en Montilivi, los aficionados gerundenses deben mirar atrás, concretamente el 24 de mayo, cuando los de Machín se impusieron por 1-0 al Llagostera, en la jornada 40 de liga. Tras este triunfo, los catalanes sólo han cosechado fracasos, y especialmente sonados fueron los dos que encadenó ante el Lugo, cuando Caballero empató a uno en el minuto 91, privando del ascenso a los 'blanc-i-vermells', y contra el Zaragoza, que venció 1-4 cuando el Girona había conseguido un 0-3 en la Romareda, en la primera eliminatoria para el ascenso.

Esta campaña, aunque no pueden compararse estos fracasos, los gerundenses todavía no saben lo que es sumar tres puntos en su feudo. El Numancia se llevó la victoria sobre la bocina tras un gol de Valcarce en el minuto 95 (2-3), y tanto Huesca (0-0) como Llagostera (2-2) arrancaron sendos empates para la frustración de la afición local.

Es por ello que hoy no sirven más excusas y la victoria de los de Machín tiene que quedarse en casa. El técnico soriano lo tiene relativamente fácil a la hora de confeccionar su once inicial, dadas las numerosas bajas que llenan la enfermería. En efecto, ni Javi Álamo, Rubén Sobrino, Coris y Serrano no serán de la partida. El caso de Sobrino, que todavía no ha debutado con la elástica rojiblanca, merma el ataque catalán, aunque Borja García cada vez está mejor. Los otros tres podrían ocupar el carril derecho, ahora mismo en posesión innegociable de Aday.

Los precedentes sonríen al Almería

Son seis los partidos que han enfrentado a los dos equipos, siempre en Segunda División. Y los seis resultados indican que el Almería es un hueso que el Girona ha sido incapaz de romper. En los tres enfrentamientos en Montilivi, se ha repetido siempre el 0-1 favorable a los visitantes. El último fue el de la eliminatoria definitiva del 'playoff' de ascenso a Primera, cuando Charles (autor del gol) y Esteban (detuvo un penalti a Felipe) daban la mínima ventaja a los andaluces.

En el Estadio de los Juegos Mediterráneos, el cuadro catalán fue capaz de arrancar un empate (2-2) en la temporada 2011/2012, pero perdió la campaña siguiente, tanto en liga regular (2-1), en un partido que recordarán los aficionados gerundenses por un clarísimo penalti a Acuña que el árbitro Ocón Arraiz no señaló, como en el desenlace de la temporada (3-0), cuando Aleix Vidal y Charles, en dos ocasiones, dinamitaron las pocas opciones que tenía el Girona de subir y catapultaron al Almería a la máxima categoría.

Convocatorias

Girona FC: Por confirmar.

UD Almería: Julián Cuesta, Casto, Michel Macedo, Antonio Marín, Fran Vélez, Morcillo Dubarbier, Montoro José Ángel, Lolo Reyes, Antonio Puertas, Soriano, Iago Díaz, Pozo, Eldin Hadzic, Iván Sánchez, Quique y Chuli.

Onces probables